Desde que aquél cromado globo meteorológico cayó en New Mexico en 1947, la gente cree que los extraterrestres existen. No dije “sabe”, ni “piensa”, ni siquiera “sospecha”. El OVNI es un objeto de culto y veneración, mas no de un análisis científico. En Flaigrod estamos convencidos de que la creencia no debe sustituir nunca a un análisis detallado de los hechos y a las verdades empíricamente verificables, por lo que en nuestro Departamento de Asuntos Científicos hemos estado haciendo los estudios pertinentes para responder a las interrogantes más comunes alrededor este fenómeno. Primero es preciso separar los términos OVNI y extraterrestre, dado que no son sinónimos.
1.- ¿Qué es un OVNI?
Un OVNI por definición es cualquier objeto volador no identificado. Por ejemplo, si un observador A se encuentra en un punto cualquiera B, sube la cabeza en un ángulo de inclinación C y ve un objeto D suspendido en el cielo E, este objeto D será un OVNI si A no puede distinguirlo desde B con la certeza suficiente para identificarlo como miembro del conjunto O de “objetos típicamente voladores”. Dado que para la mayoría de las personas que lean este documento les sonará a superchería la mención del conjunto O, vale la pena que nos extendamos un poco en él.
El conjunto O es todo el acervo mental que un ser humano tiene acerca de los objetos que tienen la propiedad de ser voladores. Aquí caen pájaros, aviones, platillos voladores (que no es un sinónimo de OVNI, como se explicará más adelante), anuncios publicitarios, bolsas de supermercado, etc. Ahora bien, la extensión de este conjunto depende de las experiencias de cada persona y su formación cultural, entre otros factores. Un OVNI lo será mientras el objeto observado no es miembro de este conjunto. Un pájaro nuevo para la ciencia no es un OVNI, dada su condición de ave que está ante la condición de ser nuevo. Un globo de feria que se escapa de las manos de un niño y que no puede ser distinguido con claridad por una persona es un OVNI, puesto que no está seguro de si lo reconoce como globo, objeto que forma parte de su O. Incluso, una persona que nunca ha visto a un globo puede considerarlo con OVNI, porque no lo conoce. De hecho, el conjunto O forma parte de un conjunto mucho más grande, que es la parte de la memoria que recuerda a los objetos con los que estamos familiarizados. Así que viéndolo desde esta perspectiva, podemos decir que:
Un OVNI es cualquier objeto que una persona no reconozca como típicamente voladora
O dicho de una manera más específica:
Un OVNI es cualquier cosa que sea un OVNI.
Fig. 1: O es diferente de persona a persona La definición de OVNI es por su naturaleza muy vaga, y puede dar lugar a confusiones. De hecho, los OVNIS podrían no existir para un observador Ω cuyo conjunto O englobe a todos los objetos típicamente voladores. Este observador ideal podría distinguir en cualquier condición a una bruja del cerdo de Pink Floyd, por citar un ejemplo. Por otro lado, un observador A podría considerar a todas las cosas suspendidas en el aire como OVNIS dado que su conjunto O no tiene a ningún elemento. Ejemplos de estos sobran: los bebes, los cazadores de brujas, y prácticamente cualquier ser que haya vivido en latitudes muy altas. La mayoría de nosotros nos encontramos entre A y Ω. Cabe decir que un ufólogo no puede ver OVNIS en su forma pura, dado estos objetos caen la mayoría de las veces en la categoría “Inteligencias extraterrestres” del conjunto O.
Ahora bien, como ya se dijo, la existencia de un OVNI depende de la incapacidad del observador para identificarlo como miembro de O. En todo caso, dicha capacidad depende mucho de las condiciones del cielo E, de la situación de B en el espacio y de la agudeza visual y/o mental de A. Por las características de esta última variable, el potencial OVNI de un objeto no puede medirse mediante instrumentos y métodos cuantitativos, dado que cada persona tiene agudezas diferentes. Sólo se puede inferir que una persona que busca OVNIS en el cielo los encontrará, dado que su agudeza mental se lo permite, y si el conjunto O de la persona es muy reducido. Esto se verá potenciado si está en un punto propicio para la no-identificación, si las condiciones del cielo son extremas. Dicho de otra forma:
La probabilidad de ver un OVNI es proporcional a la agudeza mental del sujeto y a la extensión de O en el mismo, potenciándose si se está en el lugar y en las condiciones adecuadas.
Citemos un ejemplo: Supongamos que A sea un piloto con veinte años de experiencia en vuelos comerciales, y viaja en una ruta transoceánica de Londres a Nueva York. Dada su condición, podemos decir que tiene una agudeza visual muy grande, y su conjunto de “objetos típicamente voladores” es bastante extenso. De repente, ve frente a él a un objeto, a una distancia prudente y a una altura de vuelo similar a la de su avión. Es obvio que el potencial OVNI de este objeto es muy baja, dado que el piloto puede deducir por sus movimientos y características físicas de qué clase de cuerpo se trata. Agotará todas las instancias a su disposición (radares, comunicación vía radio) antes de que pueda declararlo formalmente un OVNI. Ahora bien, supongamos que un ufólogo B esté en un crucero en el océano, a una distancia considerable del lugar del suceso que acabamos de describir. B observa desde la cubierta al cuerpo desconocido. La distancia del cuerpo con respecto a B es demasiada, y éste sólo observa un punto indefinido en el cielo, así que va a su camarote por su cámara de video y graba el suceso. Para nosotros es fácil ahora decir que el B estaba en el lugar (muy lejos) y en las condiciones adecuadas (a ocho kilómetros del cuerpo, a bordo de un barco) para ver a un OVNI, además de que su agudeza mental y su conjunto O son lo suficientemente reducidos para ver con su agudeza visual reducida a un OVNI.
Fig. 2: B tiene más probabilidades de ver un OVNI que A
Dicho todo lo anterior, podemos plantear la segunda pregunta más común: ¿Qué es un extraterrestre? Eso en nuestra próxima edición.