Our Motto:
We yell because we don't care
lunes, 26 de julio de 2010
#musicmonday - Neu! 75
No se me ocurre mejor forma de celebrar el #musicmonday que compartirles un disco que escucho a diario. Con ustedes, Neu! 75, de Neu!
lunes, 19 de julio de 2010
"Tres dólares por una docena de huevos"
Sí, es una abominación. También es más fácil de comprar en el súper.
Ayer ví Food Inc. Más que los planes malvados de Monsanto por adueñarse de todos los cultivos sobre la faz de la tierra o los niños que literalmente mueren por comer una hamburguesa, lo que más me impactó fue una frase. Tres dólares por una docena de huevos, dice un granjero orgánico. El callejón sin salida al que hemos llegado por nuestra falta de respeto por el ambiente y lo poco que nos importa queda resumido magníficamente en esa frase. Tres dólares por una docena de huevos. Cuarenta pesos por menos de un kilo de huevos. A ese precio no estás comprando comida: compras arrepentimiento. Eso es lo que cuesta comer con la conciencia tranquila. El punto es que a muchos no nos importa, y hasta temblamos con pensar las ramificaciones. No consumir nada que no haya sido hecho localmente. Adiós a las importaciones. Dudo que se estén refiriendo a cosas como las computadoras o los televisores de plasma. Esos que tienen plomo y boro altamente contaminante. Esos que desechamos cada cinco años. Esos que están hechos de petróleo convertido en plástico y coltán extraído por semiesclavos convertido en microchips. No, ellos se refieren a los alimentos, como esos huevos a precio de oro. Juro que cuando escuché eso fui a mi refrigerador a contar los huevos que había allí. Mierda, como treinta. Serían como cien pesos. Con el maléfico conglomerado agroindustrial cuestan la mitad. Allí me pregunté si sería capaz de pagar esos precios. Si sería capaz de cambiar la manera en la que vivo. Pues no. Muchos no somos capaces, estamos demasiado inmersos en la Matrix. Nos convertiríamos en agentes en cuanto subieran el precio de la leche o el pan. Díganme si ustedes no. Díganme si soportarían pagar el triple por sus gadgets. Si gastarían doscientos pesos en unas cuántas lechugas. Si dejarían de comer hamburguesas. Dúdolo. No se preocupen, no los juzgo. Yo sé que es difícil desprenderse de la civilización tal y como la conocemos, que es lo que se necesita para salvar el planeta. Sí, amiguitos, necesitamos dejar de usar petróleo y comer frugalmente para poder seguir viviendo en nuestro punto azul pálido. Eso significa dejar atrás la mayor parte de la agroquímica moderna, el transporte, la tecnología, hasta nuestras relaciones sociales. Allí es donde comienzo a entender la maldad sin alma de la corporación. Si British Petroleum fuera una persona de verdad y no solo en los documentos (sí, para la ley americana una corporación es una persona) tal vez se extrañaría de esta gente psicótica que la ataca y a la vez no deja de consumir sus productos. "Malagradecidos, yo que me parto el lomo trabajando como burro, toreando a los burócratas, taladrando hoyos en medio del mar o en un cerro de Absurdistán, tratando de dar todo lo más barato que puedo para que puedan estar echadotes en su sala... ¿Y así es como me tratan cuando me equivoco? Debería darles vergüenza. Si les da calor sálganse de la cocina. Si no pueden ver a esa foca cubierta de crudo pues no usen crudo en primer lugar. Pero supongo que muchos de ustedes morirían si les quitaran su estilo de vida ¿Han visto Barry Lyndon? En el siglo XVIII no tenían petróleo y vivían más aburridos que un niño de cinco años viendo el Canal del Congreso. ¿Porqué creen que antes había tantas guerras en Europa? Porque no tenían nada mejor que hacer. Ahora tienen la civilización del petróleo y la energía casi gratis y mírenlos, ni a los alemanes les dan ganas de volver a meterse en berenjenales. Y toda esa gente hipócrita comprando petróleo saudí y condenando el fundamentalismo islámico me da asco. Conmigo se meten porque soy inglés, pero a ver si se atrevían a meterse con Saudi Aramco.
Yo, al contrario de todos ustedes que presumen ser honestos, en realidad lo soy. Miren niños, siempre andan diciendo que hay que vivir el momento al máximo, no dejar nada para después. Eso es lo que hago yo. Yo en verdad lo creo. El presente es todo lo que tenemos, chavos. Disfrútenlo mientras dura. Ahora tienen un bonito auto. Úsenlo. Pueden comprar un tomate traído de Mozambique. Cómprenlo. Tienen su überipod que hace de todo, hasta reproducir mp3's. Disfrútenlo. No se hagan pendejos, todos sabemos que no vamos a cambiar. Todos sabemos que el mundo se va a ir a la mierda. Si el mundo se va a ir a la mierda, ¿para qué preocuparse?".
A ver, contéstenle al viejo BP. Por cierto, Food Inc. es un buen documental, pero nadie nunca ha cambiado el mundo filmando un documental. Eso se hace con revoluciones. Pero eso es tema de otro post.
Etiquetas:
esa cosa que llaman empatía,
medio ambiente,
opinión,
películas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)