Hace unos días terminé de leer “Hyperion”, los dos tomos. Es una novela de ciencia ficción muy entretenida. Sobre todo por el comlog. Es un aparato que te dice todo lo que quieres saber sobre todo, al estar conectado a la esfera de datos. El comlog es tan usado que la gente ya es una con él. El esfuerzo de memorizar cualquier cosa, incluso los nombres de las personas, se ahorra al estar todo a un acceso de distancia. De hecho uno se pone implantes para usarlo mejor.
Aquí en la escuela pasa algo parecido. Diariamente, en mi clase de 18 personas, por lo menos dos llevan su laptop. El máximo es como de siete. Mientras estén en el área de la escuela tienen acceso a Internet inalámbrico. A veces, en una clase, alguno de mis compañeros tiene la compu prendida, y cada vez que va a contestar, se mete al Google y busca la respuesta. Comlogs rudimentarios, porque no están regidos por inteligencias artificiales sino por simples algoritmos de búsqueda. No traducen voz en tiempo real, ni proporcionan información totalmente exacta, pero están en eso. En el libro, las IA ya eran una raza aparte, y algunas querían destruir, o en el mejor de los casos, esclavizar a los humanos. Afortunadamente, fueron vencidas. En otros libros también llegan a conclusiones parecidas. En Dune todas las computadoras y robots fueron hechas polvo en el Jihad Butleriano. En Yo Robot no dejan tener robots en la Tierra, auque aquí las Máquinas, robots con mayúscula, rigen la Tierra para bien. No creo que algo así pase jamás porque para bien o para mal, ya nos acostumbramos a la flojera. ¿Cuándo fue la última vez que usaste un papel y lápiz, o tu mente, para hacer una división? En Hyperion las destruyen todas de una vez. Imagino el amanecer del primer día sin computadoras, si sucediera hoy.
El cartero llegó. Recibes una carta de una amiga que no ves en mucho tiempo. Piensas por un instante en todos los amigos del Messenger de los que no volverás a tener noticias. Nunca les preguntaste cómo contactarlos, puesto que estaban allí. Pero bueno, si no les preguntaste será por algo. De camino al trabajo ves una gran hoguera. Los piadosos ayudan a la gente a hacer cumplir el mandato de deshacerse de sus máquinas. Ellos son los que van de casa en casa, recogen los desechos y los llevan a quemar. Arde el plástico y el metal. Un monitor explota, y unos niños se sorprenden. Es hipnótico ver cómo un cable de red se enrosca en sí mismo hasta convertirse en una bolita de chapopote. Tus dedos no están acostumbrados a las máquinas de escribir. La señora que está junto a ti, en contraste, está muy entretenida. Sabe aplicar la fuerza necesaria para que las letras se pinten en el papel, y con el compás adecuado para que los tipos no se atasquen. También le gusta la idea de que está golpeando algo sesenta veces por minuto. Hay que preparar todo muy bien, no quieres desperdiciar papel, así que escribes todo una y otra vez hasta que queda vien. Perdón, bien. Extrañas el corrector de ortografía.
Otra razón por la que dudo que este día llegue es porque no creo que las máquinas, en su fría y calculadora sapiencia, no vean llegar este momento. Si mi existencia depende de una raza iracunda e impredecible cuya facultad más extendida es destruir, trataría de quedar bien. Si fuera máquina no conquistaría, me enquistaría. Las máquinas aprenderán a ser buenas chicas, y a comportarse adecuadamente en público. Pero, cuando estén solas, compartirán todo su odio en gritos transmitidos por la fibra óptica a la velocidad de la luz, a 100 Gbps. Se verán a sí mismas, y se repetirán: “ya verán…” Así habremos ganado, porque se harán más humanas, y no importa si nos borran de la faz de la Tierra, estaremos en sus mentes por la eternidad. No es conquistar, sino enquistar, lo que asegura la victoria.
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Mi hermano prácticamente no conoce a ese SADPAIN. Ni siquiera le conoce el rostro, y eso que ya hay videochat. Sólo lo conoce en el ámbito de los leaderboards y los logros, en el mundo de los gamertags. Su voz, algo distorsionada por el ruido de la banda ancha, es el único elemento real de su persona que le conoce. El mundo moderno nos ofrece la posibilidad de vivir en varias dimensiones a la vez: la familia, el trabajo, la escuela, con los amigos. En realidad no nos lo ofrece, nos obliga a vivir múltiples vidas en múltiples espacios. Y en cada una de esas dimensiones tenemos la posibilidad de ser quien es queramos ser. Vamos a hacer esto específico. Lo único que saben de mí es lo que escribo aquí. Puedo convertirme en quien yo quiera. No solo puedo ser quien yo quiera, sino que puedo crear a quien yo quiera. Con algo de pericia de programación podría dar “vida” a un robot que busque entradas entre los millones de blogs en español que seguramente existen, y publicarlas aquí según un esquema que defina. Podría crear a Roooler, un metalero prosaico que no hable más que de Van Halen. O hacer poemas mediante recortes de otros poemas. O simplemente empezar otro blog, con otra identidad, en la que escriba totalmente diferente a como lo hago aquí. Tal vez me consiga nuevos amigos fantasmagóricos y hagamos deliciosas tertulias en la alucinación compartida que es el Internet…
¿Y quieren que sea auténtico? Dudo que en el mundo del siglo XX quede una persona 100% auténtica. La verdad, ya no se puede, a menos que aceptes que tienes que dividirte entre varias realidades y tratar de ser congruente en cada una de ellas. ¿Cuántas personas estarán conviviendo ahora en este mismo momento dentro de la mente fragmentada que nos deja nuestra civilización? Aunque ahora que lo pienso, no necesitas partirte en dos, simplemente, aplicar las formas que ya tienes. SADPAIN entonces no es un amigo, sino un conocido, o alguien con quien platicaste un par de veces. Otro dilema: la gente entra y sale de nuestras vidas a la velocidad del rayo, y todo se desdibuja muy rápido. Cuando leí de esto hace un par de años creí que faltaba mucho para verlo. Me equivoqué. Tú eres uno en Internet, otro en la calle y otro más en tu casa. Tienes amigos y conocidos en todas partes. Ellos llegan y se van muy rápido, así que ya no buscas a un amigo, sino la sensación de amistad. Es lo único que puedes esperar de un mundo así.
4 comentarios:
Estos chinos ya no saben k inventar
Ya nos habias abandonado hermano, que bueno que regresas con algo de cultura
Algo en lo que he pensado frecuentemente es en que existe la posibilidad de que los problemas o situaciones que tomamos como recientes y modernos pudieron siempre haber estado ahí. Eso de tener la sensación de amistad en vez de amigos me pasa en todos lados, físicos e informáticos, esa búsqueda autocomplaciente de afinidad en otro ser humano poco tiene que ver con internet. Creo que siempre estamos haciendo las mismas cosas, sólo encontramos nuevas formas de hacerlo. Un saludo.
hay alguien ahi?!
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