Hace años, haciendo zapping en el cable (cuando veía cable) me encontré con el comercial más deprimente que haya tenido la desgracia de sufrir. Hoy, mientras leía historias de los efectos de la crisis en E.U. (para qué leer el recuento de muertos del día si puedes hojear el New York Times) se me ocurrió buscarlo. Afortunadamente lo encontré. Con ustedes, sopa de catsup:
Está de más decir que nunca he vuelto a ver esas bolsitas igual. Ni a los estadounidenses.
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