Aquí estamos, como cada domingo… mierda, es lunes. Por primera vez, gracias al Síndrome de Abulia Dominguera Profunda (SADP), el top de la semana es en lunes. Hoy homenajeamos los eventos especiales que nos llenan de vergüenza ajena o de furia ciega
5.- Las Lunas del Auditorio
Como los Grammys en Los Simpson, sólo peor.
La idea no es tan mala: premiar a los mejores espectáculos en vivo del año (Umm… too meta). Lo malo es terminar dando el premio a mejor concierto a una banda que sólo va a enviar un video de agradecimiento. Un evento que podría ser por lo menos interesante de ver, y que se supone busca dar proyección internacional al país (Creo que eso lo escribió el café) se convierte en un cubetazo de realidad que nos recuerda nuestro provincianismo entre las naciones. Más que estúpido es triste. Okey, es estúpido.
4.- La Boda De Lucero Y Mijares
Los sueños se vuelven realidad... si tienes exclusividad.
Estamos de acuerdo que las transmisiones de las bodas de los famosos son estúpidas. De por sí nadie ve los videos de las bodas de los amigos que se dan como recuerdo. Pero La Boda Televisiva que siempre se me viene a la mente es La Boda De Ensueño de Lucero y Mijares: En la cumbre de su fama (…) La Pareja De Ensueño tuvo una Boda De Ensueño en un ex convento colonial, con la crema y nata de la farándula noventera, transmitida en cadena nacional a través, claro está, de Televisa. Todo como de telenovela. Claro, estamos hablando de Lucero. Y de Televisa. ¡Miren, señoras, las novelas se hacen realidad! Otra cosa más triste que estúpida: tener que vivir en una telenovela.
3.- Fin de año con las estrellas, Noche Mexicana…
Otra cosa que no sé si es estúpida o sólo triste (Y es por eso no se debe escribir en emonday). De verdad, ¿quién ve esos programas? Por lo general a las diez de la noche de la Noche Buena estamos poniendo la mesa o cenando o algo, cualquier cosa menos viendo la tele. Por lo menos esa es la idea. Cuando mucho sirven para darle otro ruido de fondo al precopeo. Hay un montón de solitarios que pasan las fiestas solos, pero seguramente ellos se van a dormir temprano para evitar la depresión, por lo que el poco público que pueden tener se pierde entre sollozos en sus almohadas y sorbos a un vaso de whisky mientras se observa la calle desierta. Pero año tras año los “artistas” siguen apareciendo para amenizar las veladas. Uno de los misterios de la vida.
2.- Previos deportivos. Cualquier clase
FFFFFFUUUUUUUUUUU
Esto si entre de lleno en la estupidez. El partido empieza a las 4:00. Los amigos congregados. La lata de dip a punto de ser abierta y un chicharrón en la mano en posición de untamiento. El destapador puesto estratégicamente en el centro de la mesa después de una amplia deliberación sobre el lugar correcto de su emplazamiento. Los accesos al baño despejados. Los aparatos excretores vaciados. Todo listo… y de repente empieza a hablar el comentarista. Y habla y habla, cambia al color del partido, vuelve a la mesa de análisis… “Faltan sólo cuarenta minutos”. Lo último que recuerdo es el platón de la botana incrustado en la tele.
1.- Las visitas de DIOS a México. Bueno, de Juan Pablo II
Si lo de Lucero es risible, esto es simplemente bochornoso. Antes del Papa Palpatine, estaba en el trono de San Pedro este señor buenagente y bonachon, amante de las excursiones y de alertar de los peligros de la planificación familiar, azote del comunismo y turista incansable. Tanto que vino a México cinco veces. Su primer viaje como Papa, de hecho, fue a este país bendecido por la Virgen de Guadalupe. En aquél entonces tenía sesenta años, un bebé comparado con el 90% de los príncipes de la iglesia. Pero en 2001 estaba debilitado por el Parkinson, las balas y otros achaques propios de la edad. Y aún así se anduvo paseando por el DF como Pedro por su casa. Para los medios, era Pedro en persona. Esos viajes pastorales eran verdaderos circos de pararreligión al más puro estilo de los televangelistas gringos, con todo y sermones en megaiglesias (o como les llamamos aquí, Estadio Azteca), películas con Pedrito Fernández y bendiciones por televisión. Sí señores, eso dijeron los que transmitieron una de las misas de esa última visita, y creo que por allí he de tener un frasco de agua o una imagen bendecidas por el Papa polaco en persona, gracias a la magia de Televisa.
Dejo fuera
los torneos de póker, porque me parecen sin chiste, aunque no dudo que a alguien le pueda gustar eso de ver a un montón de desempleados jugar cartas, siendo tan fácil juntarse con los amigos y jugar, y
el Teletón, más que nada porque después de todo sí construyen los dichosos CRIT, aunque para ello tengan que valerse de trampas tan arteras y viles que darían para un top en sí mismo. En realidad es por eso: podría hacer un top de cinco cosas que odio del Teletón y me faltaría espacio, pero me verían feo por burlarme de la buena voluntad de la gente. Screw them.
Postdata: Si no había enlazado el top de
Don Humbert C Christopher, o "el que sí se acordó de publicar en domingo", fue porque esto lo escribí en un rush de
cocaína cafeína.