¡Hasta sale Big Boss!
Así que allí estaba yo, tomando parte en el infame episodio de la Bahía de Cochinos, abriéndome paso hasta la recámara del jefe de la Revolución Cubana, con ganas de llegar y darle un tiro en medio de los ojos. Y estaba en Vietnam, saludando a las oleadas infinitas del Viet Cong (¿De dónde salen tantos chinos, demonios?) que se estrellaban contra nuestra posición como olas en una escollera, marejada comunista, hasta sus uniformes eran blancos, espuma norvietnamita, los saludaba con una lluvia de balas, aventándoles confeti de plomo mientras gritaba “Have some freedom, motherfuckers” o “Voy a matar a todo el proletariado del mundo” desde la comodidad de mi cuarto. Pon en mis manos virtuales una ametralladora de pixeles y todo es risas y felicidad. A veces pienso que debería jugar cosas más tranquilas y kawaii, no vaya a ser que me estén adoctrinando. Y estaba maravillado ante la primera escena: una sexy oficial ¿rusa? que dejaba consumirse un típico cigarro ruso en su mano (Dejando en claro sus malvados planes: les recuerdo que los héroes no fuman) mientras repetía una secuencia de números para una audiencia compuesta por espías e infiltrados. Sí, hasta las emisoras de números salen en este juego. Y científicos nazis. Lavados de cerebro. Teorías sobre el asesinato de Kennedy (no pueden faltar en una buena historia de conspiraciones). Creedence en los altavoces de una base militar, ya saben, para recordarles a los muchachos por qué están peleando. Un cliché tras otro, pero clichés divertidos al fin. Todo lo bueno que puede haber en una historia de intrigas político-militares, condensado en ocho horas de juego. No, espera, creo que son menos, por los videos y las conversaciones in-game. Han de ser como seis. Seis horas de juego efectivo por 1000 pesos en efectivo.
¿Valió la pena haber gastado tanto en un juego que probablemente no vaya a tocar otra vez? Qué puedo decir. Claro que sí. No le puedo poner precio a la alegría que me causa volar un campamento en medio de la selva, o abatir nazis en medio de la nieve. Si puedo contribuir en algo a que sigan existiendo estas películas palomeras interactivas (que son en lo que se han convertido las campañas de Call Of Duty del 4 para acá) que así sea. El equipo de Treyarch ha hecho un gran trabajo; definitivamente ya no son los idiotas responsables de ese Call Of Duty 3 tan sin chiste. Aunque, para ser sinceros, se sigue jugando como los anteriores. Han de haber cambiado algo en el esquema de juego, pero no me fijé y no me importa. Salen Castro y Kennedy, McNamara y Nixon, zombis nazis por Dios Santo. Este juego podría ser una pila de mierda o un Modern Warfare 2 con skin sesentero pero al menos sería una mierda o un clon muy divertido de ver.
Ah sí, tiene multiplayer. Whatever.
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