Our Motto:

We yell because we don't care

jueves, 27 de septiembre de 2007

Videogame Article



(Espero que no me demanden los de Something Awful. Oh, lo escriben separado. Suerte que escribo en engrish)

Estos últimos días se han puesto de moda los videojuegos. Halo 3 sale en todas partes, y los niños y gamers abusados saben que la temporada del año en la que salen más y mejores juegos acaba de comenzar, por lo que rompen sus alcancías o los bolsillos de sus padres. A pesar de todo, habemos algunos que nos tenemos que rascar con nuestras propias uñas para conseguir dinero y seguirles el paso a ustedes, nerds hedonistas, n00bs sin corazón y Nintendo-Fans recalcitrantes, por lo que tenemos que escoger con mucho cuidado lo que adquirimos (si los Soviets de Flaigrod estuvieran leyendo esto ya me hubieran ejecutado por traidor, antirrevolucionario, revisionista y capitalista). Por ejemplo, desde hace año y medio decidí que iba a conseguir el BioShock. Juego que terminé el viernes pasado. Es una lástima que el final dure veinte segundos, pero importa un comino si te la pasaste bien las otras quince horas ¿o no? Cosas del destino, el malo de la historia tiene el mismo nombre que un actor de los cincuentas, que por cierto, también sacó un disco. Su nombre es Frank Fontaine, y es un verdadero maldito (era, porque está muerto, y me refiero por supuesto al villano de BioShock, no al actor, que por cierto, ya murió).



Clic en la imagen para llegar al paraíso de los horrores

Por otro lado, el martes compré (mas bien le fui a comprar a mi hermano, que es uno de esos hedonistas sin sentido, maldito) el mentado Halo 3. La caja metálica de la edición de colección raya los discos, y pueden venir sueltos, por si están interesados. Nada más es cuestión de no abandonar la tienda sin abrirlo ante los ojos del encargado. Algo que no hice, por lo que ya no puedo reclamar. En fin, a mi hermano no le importó, al cabo que luego se compra otro. Y mientras él sube de nivel en Xbox Live, yo intento acabar la historia en Heroico (el equivalente de Halo al nivel difícil) ¡Ya voy en la segunda, y no está taaaan difícil! Si, me atoré en una base como meda hora porque no vi un rifle de largo alcance que estaba un poco más atrás y que me hubiera servido para limpiar el terreno, pero creí que iba a tardar más. Ahora bien, mi nivel me aconseja no arriesgarme a probarlo en Legendario (el equivalente de Halo al séptimo círculo del infierno).

Lasciate ogni speranza, voi ch'intrate.

Mientras BioShock es en esencia un ejercicio de cómo narrar una historia y una tesis de diseño, Halo es de matar como puedas, y a quien quieras gracias al multijugador. Lo bueno es que BioShock se juega bien también, pero está más fácil. Y Halo 3 es Halo 2 pero en divertido (el 2 me aburrió), así que decidirse entre uno y otro es… BioShoooock! Porque a los nerds les debe gustar la ciencia ficción bien hecha y deben acostumbrarse a filosofar, no solo conformarse con los deathmatchs. Aunque a decir verdad, las ideas de Andrew Ryan (el fundador de Rapture, y por ende, de BioShock) son políticamente incorrectas, por decir lo menos. Pero tan siquiera te ponen a pensar. Y eso es algo que pocos videojuegos pueden decir.


Ejemplo de idea no perversa: policía especial anti-pederastas

Pero si de todas formas se piensan comprar el Halo 3, que es seguramente lo que harán, no importa, es un buen juego también. Si quieren una reta abundante en palabras obscenas, muertes por escopeta e incomprensión hacia los novatos, mándele una invitación a Wittenbergman. Mi hermano con gusto los atenderá, porque es el que se dedica al Xbox Live. Yo los observaré o si ya estoy asqueado de verlo jugando, me iré a leer al sillón el libro del mes en turno. El de este mes se titula Armas, Gérmenes y Acero, de Jared Diamond. Truco para leer muchos libros rápido: escojan libros de divulgación científica o de historia. ¿Ven que no soy sólo un gamer cualquiera? (Pretensión Total: +9. ¡Subes de nivel!)

domingo, 23 de septiembre de 2007

Music To Drill Oil Wells


Detrás del horizonte, más allá de estas dunas, debe estar reinando el caos. Eso quiero creer. Aquí, en el equipo de exploración No. 7, sólo hay un vago sentimiento de apatía. Aunque este es el primer yacimiento que encontramos en treinta semanas (¿algo así como seis meses?) no estamos emocionados. Somos como los camellos que nos trajeron hasta aquí. Hasta estoy masticando el chicle como ellos. No hay mucho que hacer aparte de revisar las máquinas y pensar. Ya ni siquiera platicamos entre nosotros, tal vez porque el trabajo nos absorbe. Es una buena forma de evitar pensar. ¿Pero qué diablos estoy haciendo? Mejor vuelvo a revisar las válvulas.

El camión daba buena sombra, pero era hora de trabajar. Rick salió de entre las llantas, arrastrándose en la arena, retirando las manos en cuanto sintió el calor del mediodía. Era más seguro estar al sol de todas maneras. Jenny murió cuando un escorpión salió a cazar en el fresco y confundió su dedo con un gusano, así que pocos se arriesgaban a entrar al “cuarto”. Entre la oscuridad que provocaron sus párpados al cerrarse por la luz, oyó a Junior reír como demente, cosa que sucedía por lo general cuando algo se estropeaba, así que corrió a donde estaba. Lo encontró agachado frente al único jeep que quedaba.
- ¡Alguien olvidó revisarlo ayer! – decía Junior entre carcajadas - ¿Recuerdas cuando pasamos por ese helicóptero caído? ¡Pues una maldita varilla se le encajó en el tanque y se le salió todo el diesel!
- ¿Puedes arreglarlo?
- Claro, pero será un regalo para el Padre Desierto. Esa era la última carga de diesel para este jeep.
- Bueno, ya ni modo. De todas formas lo íbamos a dejar. Quítale todo lo que pueda servir y deja de asustarme.
- ¿Porqué lo dices? ¿Por mi sentido del humor? Oye, cuando uno ya no se puede reir, se muere y ya. Y yo no quiero quedarme en este lugar a que me coman los buitres. ¡Eso déjaselo al jeep! – dicho esto, Junior empezó a desmontar el vehículo, trabajo que le tomaría todo el día.
Desperdiciar cincuenta litros de diesel de esa manera era más grave que ser tragado por arenas movedizas. Desde el último año, todo el combustible sin utilizar debía ser devuelto a la cisterna de la compañía. De todas maneras, el “diesel” no era más que plástico quemado y derretido, pero era valioso. Literalmente, eso era dinero escurriéndose entre los dedos. Rick recordó el helicóptero. En lugar de simplemente pasar y recordar la fantasmal visión que era el esqueleto de la nave, él y Junior bajaron en busca de material electrónico o cualquier cosa. Hace algún tiempo, el “nec-rec” sólo lo hacían los desesperados. Ahora cualquiera lo hacía e incluso se había convertido en una actividad primordial. Los cazadores – recolectores de la antigüedad iban en busca de semillas y frutas. Los de ahora buscaban baterías o cualquier cosa que pareciera biomasa, material combustible o nutricional. Increíblemente, el dinero todavía servía. Claro que un litro de leche costaba una fortuna, pero se tenía la creencia de que la escasez era momentánea, o en el peor de los casos, temporal. Cuánta fe. Si la gente supiera de los meses sin encontrar un solo pozo, de los camellos, de Jenny, de que hasta el director general de la compañía tenía un par de sirvientes que hacían nec-rec por él, tal vez se darían cuenta de que las brigadas de exploración eran más rituales que cualquier otra cosa. Un día descubrió a un par de obreros oliendo los tanques que habían contenido alguna vez gasolina. Ninguno se atrevió a tocarlos. Cuando les preguntó porqué lo hacían, descubrió que esa sola experiencia había sido la razón por la que habían venido. Aunque había que decirlo, trabajaban bien.
Ellos prácticamente llevaban con el peso de todo el trabajo pesado. Poseídos cuando se les dijo que era un pozo muy probable, no pararon de trabajar. Hacia las 17:37, la perforadora llegó a una profundidad de setecientos cuarenta y nueve metros (siete, número afortunado). Un chorro de lodo salió por el tubo, y luego el petróleo. Rick dejó que los obreros disfrutaran del hedor del crudo un momento. Cuando vio que Cheng se saboreaba la boca y le mostraba una sonrisa negra, supo que era hora de cerrar la válvula. Junior se secó una lágrima, y puso a trabajar la protorefinería.
- Lástima que jeep No. Último no esté con nosotros. Le hubiera encantado un poco de diesel. Fuiste muy desconsiderado, Rick.
- Yo no tuve la culpa. Y deberías conectar el tocadiscos, ahora que podemos darnos el lujo.

***

No quedó muy coherente, ni largo, ni espectacular, pero es algo. Fue lo que se iba ocurriendo así que no me digan nada. Por cierto, si se fijan en la fotito de la parte superior, es un bonito disco extraño. Los discos raros vuelven a Flaigrod, con todo su diseño raro, sus nombres increíbles y su extraña habilidad inspiradora. Quería convertir esto en sección, pero por una cosa u otra no pude concretar. Ahora esperen verlos más seguido, al igual que más posts!

viernes, 21 de septiembre de 2007

Primer examen parcial

Toda mi vida gira en torno a la escuela. Nueve de cada diez ideas para este blog salen platicando con mis amigos del salón. Tengo que organizarme para flojear lo necesario, más no demasiado. Nunca he trabajado. Las únicas figuras de autoridad que conozco son las de la casa (que en mi caso es toda mi familia), y las de la escuela. Por eso cuando un desbarajuste surge en el campus, es obvio que todo mi sistema se descarrile. Este es el primer mes, y todo lo que he hecho se me hace sin sentido y vacío. Pero no puedo decir que no he aprendido nada:

* Van a hacer una serie de conferencias. Todo lo que sé es que serán de “corte ambientalista”. No sé si van a dar una clase de programación ecológica, o a partir de ahora todo el código lo vamos a tener que hacer a mano, pero de esto puedo aprender que toda la rebeldía punk fue y es innecesaria, y toda la represión fue inútil. En realidad, los hippies ganaron. Ahora todo mundo habla de los problemas de la madre tierra, todo mundo sabe una o dos cosas de new age, y a todo mundo le gustan los Beatles (o deberían de). A los hippies se les recuerda con una sonrisa; en cambio a los punks y similares se les tacha de delincuentes (aunque ahora, sus primos emos sientan pena cuando rompen un plato). El punk es estridente, repetitivo y repetitivo. A los que les gusta tarde o temprano lo dejan a favor del metal u otros sucedáneos. Eso sin contar que los punks originales se volvieron la generación X. Ahora, lo de moda son los geeks tecnológicos. Son respetados hasta cierto punto, los jóvenes ven sus poderes y creaciones con asombro, y las utilizan cotidianamente. ¿A quién le importa la izquierda o la derecha si de todos modos estamos avanzando hacia “el futuro”? Métanselo en la cabeza: los nerds heredarán la Tierra.



Un adelanto del nerdfuturo. Esto es Shanghai.

* Un vendedor común vende lo que la gente necesita. Un truhán vende lo que la gente no necesita. Un experto en mercadotecnia puede hacer que la gente deseé lo que ni siquiera conocía. El objetivo de la mercadotecnia es crear necesidades. Creo que me equivoqué de carrera, porque es como la psicología combinada con avaricia, y tengo facultades para ambas. Por ejemplo: una buena forma de atraer clientes es la beneficencia, y que la gente se entere. Allí está el Teletón, el redondeo, y Microsoft, que vende software a estudiantes a precios ínfimos, con el obvio propósito de capturar audiencia y futuros desarrolladores. Aunque me queda la duda de que si vender un Windows original a $30 es un acto desinteresado de altruismo o un precio justo por todos los problemas que te causará.


Una vez más, los nerds heredarán la Tierra.

¿Video de hoy? Un amigo me recomendó Black Capricorn Day, de Jamiroquai. Aquí está:



Sin embargo, ese no es el video que quiero que vean. En ese mismo disco, la primera canción se llama Canned Heat. Ya la había oído antes:



Los nerds heredarán la Tierra!

Ah, y el proyecto... el domingo sin falta!

martes, 18 de septiembre de 2007

Migraña (That Old Familiar Feeling)


Afortunadamente, ya hay aspirinas

Me siento mal. Mi cabeza, mi cerebro, en este momento, es un hervidero de dolor. No hay manera de describirlo de otra forma… bueno, si descontamos:

(Gritos y sonidos guturales)

“Entonces el ruido se hizo mas y mas fuerte. Brillante. De aquel lugar salía un sonido chirriante y agudo. Ahora ha rebasado las fronteras del espectro electromagnético y se ha convertido en una luz plateada. Al verla siento un sabor helado en la boca, algo como un metal, la textura de una cuchara de aluminio al ser mordida, y luego la perturbación que no puede ser un sonido, sino solo una cosa abstracta que simplemente esta allí. Un espíritu, sin forma ni pensamiento, que solo existe, y que por lo tanto sabe de cosas abstractas, lo atrapa y lo convierte en un objeto minúsculo, una semilla de mostaza, una cabeza de alfiler, un grano de arena, unos cuantos átomos de sentimiento, una descarga eléctrica. Cuando está a punto de fundirse con ella (un gesto que un ser de carne podría llamar comer, pero que en realidad es un sentimiento de empatía, lo único que un ser solo dotado de existencia puede hacer y desear) la chispa se le escapa de sus manos incorpóreas. Está en ese momento junto a mí. La descarga rebota en el aire y cae en mi cerebro. Entonces el escalofrío, el ruido y el aluminio entran en mi materia gris, una sensación desagradable que solo puedo interpretar como dolor. Maldito fantasma, ojalá no tuvieras hambre. ¿No quieres mejor unos tacos?”

(Los pensamientos se revuelven en este momento, al tratar de rodear el lugar del impacto. Solo queda una confusión equiparable al instante del despertar en la mañana, en medio de un sueño, las cortinas corridas, en la oscuridad artificial de la habitación. Queda entonces abandonarse al sueño o tratar de descubrir en donde se encuentra uno).

***

Por culpa de ese maldito dolor de cabeza no pienso correctamente. De hecho, pueden llamar a lo que está por encima de este párrafo una incoherencia sin valor, no voy a enojarme. Aunque debo decir que fue algo terapéutico, porque se me calmó un poco. Culpo de mi condición al rígido modo de pensar que un programador en ciernes debe desarrollar, algo a lo que el cuerpo simplemente se resiste, y a que últimamente he estado muy estimulado con digg.com, meneame.net, y demás megablogs que te vuelven adicto a la información. Debe haber una definición en la APA para algo así. En este momento estoy en de-tox, porque la verdad eso de estar revisando noticias hora tras hora es muy malo. Ni siquiera las analizaba, simplemente las leía, marcaba unas buenas en los marcadores del FireFox y seguía adelante. Así acumulé cientos en cuestión de días. De ahora en adelante voy a ver las noticias en la tele o las leeré en el periódico, nada de periodismo ciudadano. Y el tiempo que gane lo utilizaré en… un proyecto que verán la próxima vez, aunque se trata de algo que ya hice antes. No les cuento más.

¡Y vuelve el video! Una de las razones por las que me decidí por un blog en lugar de un fotolog fue el poder poner videos directo en la página, sin tener que recurrir al link. Últimamente se me ha olvidado poner canciones (mas que aquella a la que T3Mo le tiene miedo). Definitivamente ese mes sin computadora hizo estragos en mi ciber – vida. Ahora que salió el iPod Touch, un amigo fan de los aparatos tecnológicos como esos vio un video - demo, y cuando salió la parte de cómo manipular videos con el solo toque de tus dedos grasientos, reconocí a Beck al instante, mas no la canción. Afortunadamente YouTube existe.

Beck – Girl




(Increíblemente, este post se siente como uno pre-compucrash, y eso es bueno. Pero el dolor no se va…)

jueves, 13 de septiembre de 2007

Día del programador


Sistemas Computacionales: Una carrera con futuro


Para mi beneplácito, ya que es el 256avo día del año (2^8), hoy es día del programador. Claro, todavía no soy un programador de verdad, pues aun no salgo de la escuela… bueno, en realidad para los hackers eso poco importa, así que lo pondré de otra manera: todavía no codifico nada que valga la pena. Todo lo que he hecho hasta ahora son formas refinadas de tarea escolar. Tampoco he empezado ningún proyecto por iniciativa propia. No he hecho nada por amor al arte del software. Así que al final, ¿puedo festejar algo? Si acaso que por fin tengo tiempo para escribir, aunque tengo que decir que es complicado cuando a tu teclado le fallan siete teclas. Por ejemplo, la “p”, o la “ñ”, y ni qué decir del acento. Ese es el motivo que me obliga a que, de este momento en adelante, no utilice dichos signos.

Hoy no hizo un buen dia en donde vivo. Me encontraba en mi cama, cubierto entre la colcha, el cuarto oscuro, las cortinas corridas, cuando me dije a mi mismo “no quiero levantarme”. Sin embargo, estaba obligado. Tengo que salir. Me deshice de todos lo que estaba en mi disco duro y me fui a dormir algo tarde debido a esta tarea y no me voy a quedar con ella en las manos. Al dejar el estado somnoliento y ver al cielo nublado y la tierra mojada, tuve que darme cuenta de que estaba en lo correcto. Aunque lo correcto era salir con todo y lluvia y entregar el trabajo atrasado. Estuvo lloviendo, y un servidor tuvo que aguantar el fresco (he estado algo enfermo). Nos cambiaron de aula, a un cuartucho lleno de mugre y ecos. Juro que uno de los muros es unicel con una ligera embarrada de cemento. Y de todas maneras no tuve clases hasta las doce, justamente del tema que se festeja hoy (eso fue una salida sencilla, me excuso). Felizmente no fue tan malo, ya que me di cuenta de que mi mente no es una masa informe de saliva y arena (gracias a Internet comienzo a verme de esa manera). Es una dicha saber que tengo “el toque”. Veo mi futuro, entre monitores y cables de red, oculto en una ratonera en un edificio sin chiste, gastando las teclas con cada idea que sale de mi cerebro, siendo consciente de que dejo mi huella en el mundo con cosas que la gente encuentra con utilidad. No quiero ser un hacker, Soy un artesano digital, la voz de aquellos que quieren un mundo eficiente y ordenado, que se rige de acuerdo a reglas claras. Mi trabajo en un futuro es convertir a un cerro de hojas desordenadas en basura, a los organizadores en escoria, a los archivadores en recuerdos, a las filas interminables en mitos. Y ganar algo de dinero en el camino, si le ven algo de valor a tu obra. Quiero que en el futuro, cuando el mundo entero trabaje desde su casa, que nos recuerden como los que los liberaron de levantarse de su cama en un dia como hoy gracias a que tienen que ir a gastar su existencia en una oficina. Esa es la mentalidad. Eso es ser un *rogramador.

Mi cabeza va a estallar. No me queda una sola estructura gramatical, y aunque soy ca*az de extenderme (ya me ganaron el Xbox), me temo que lo dejo hasta este *unto. Ahora a descansar un *oco. (¿Y la tarea* No la revisaron).

jueves, 6 de septiembre de 2007

Akademie der Flaigrodsprache

He notado que meto en problemas a varias personas con los nombres que uso en el Internet. Vocablos artificiales tales como el título de este blog. En especial Flaigrod. Supongo que ha llegado el momento para develar el porqué insisto en crear y utilizar vocablos incomprensibles.

Soy malo para los nombres. Me gusta escribir y eso es malo porque siempre mis personajes acaban siendo “él” o “aquella sombra de mayo”. En peores casos “K***”. Para evitar eso, acudo a los inventos lingüísticos. Hubo una vez en que quería (de hecho sigo queriendo) hacer una historia ambientada en la guerra fría, pero no me agradaba la idea de usar a la URSS y a EEUU como tales, porque no sé nada acerca de cómo eran dichos países en ese periodo de la historia. De EEUU es fácil investigar, mientras que de la URSS no tanto. Además, eso no me iba a permitir usar ideas locas o chistosas, porque las sentiría artificiales. Así que la solución fue crear un mundo ficticio, con potencias inventadas y una línea temporal diferente. Así podía hacer a un fascismo - socialismo que siempre quise ver en este cuentito en particular. El problema ahora era el nombre. Cómo en un principio me iba a dedicar al lado rojo, o sea a la Simi – URSS, le puse más atención. La cadena de razonamiento fue:

  • La URSS. Bueno, ¿cómo se llama la capital? Moscú.
  • Moscú. ¿A qué te suena? Como a Mosca
  • Mosca. ¿Puedes decirlo en otra lengua? Sólo en inglés: Fly.
  • Fly. Fonético sería Flai.
  • Flai es muy corto. Pongámosle una partícula que esté en muchos nombres rusos: -grod.
  • Flai + grod = Flaigrod.

Entonces, fonético sería fláigrod, o en el AFI:

Si alguien es lingüista, corríjame si estoy mal

Fue fácil recordar el nombre a partir de ese momento. Y como ese es mi mundito al que le tengo más cariño, lo tenía que usar. Ahora, uso a veces el alemán porque se me hace un idioma con un sonido muy chistoso, pero intimidante, y porque no tengo ni idea cómo suena el ruso. Además, una mezcla entre los nazis y el socialismo de Stalin son mi prototipo de villano político (y perfecto), y en esta historia funciona bien ese revoltijo sin sentido, porque el totalitarismo es un absurdo. Por eso también uno las palabras o invento otras, siempre pensando en esa fantasía tenebrosa, que espero algún día darle forma definitiva (en libro o cómic, no en partido político).

¿Ya está explicado? Pues si es así, quiero dar las gracias a T3mo por el premio al blog solidario. Como no me visitan más de tres personas, no puedo repartir el premio como se supone debo hacerlo. Por acá mis amigos de carne y hueso no son afectos al blog, sino al Fotolog. Sería bueno convencerlos. ¿El trofeo? Aquí está:

domingo, 2 de septiembre de 2007

Conspiromanía (II)


Segúramente Bush tiene algo que ver con esto también


Hace algunos meses hice un post sobre las reservas que tenía mi familia acerca del internet. Creí que era una broma, o por lo menos, una de esas leyendas que la gente mayor crea para disuadir comportamientos reprobables, equiparable con los pederastas sobrenaturales o el crecimiento de vello corporal en áreas fisiológicamente imposibles. Pero con la revelación que he recibido hoy, la tela que cubre al engaño se ha rasgado una vez más. Resulta que no sólo las compañías de telecomunicaciones tienen interés en la preservación de PseudoNet, sino la gran empresa energética, que como toda persona informada sabe, es fuente de todo mal. Las cantidades de energía que consume una computadora son considerables. Hecho que hace redituable el movimiento de apoyar el gran fraude de la Red. Los tipos que están toda la noche conectados al eMule, “descargando” contenidos, simplemente están engordando la cuenta de luz de su casa. El interés del sector privado en controlar el suministro eléctrico de este país responde a este hecho. En el futuro, PseudoNet se inmiscuirá en el entramado de la vida cotidiana, afectando las relaciones interpersonales y laborales de la población, así como nuestras actividades cotidianas, todo en pos de un beneficio económico creado por un nicho artificial e inexistente que no soluciona ningún problema real, sino que al contrario, deja a mucha gente indefensa. ¡Abajo PseudoNet!

***

Es absurdo, extravagante, visceral, contradictorio y sin fundamento. Y sin embargo, con las palabras correctas y una estructura adecuada, cualquier sofisma igual de estúpida que ésta, o más estúpida, puede parecer verosímil, e incluso convertirse en verdad (o peor aún, dogma). Pregúntenle a Goebbels. Dudo que los lectores habituales de este blog den crédito a estas afirmaciones, pero, ¿qué tal si escribiera un libro, lo tradujera al inglés y lo vendiera en el Gabacho bajo un seudónimo. Bien podría ser el título: “PseudoNet: La realidad del Ciberespacio”, y abajo en letras pequeñas: “Dr. Phillip G. Haussmann”. O simplemente “PseudoNet” en letras plateadas con un enigmático fondo negro. Tal vez vendería algunos cientos de ejemplares antes de ser descubierto por James Randi o la revista Wired. Sería interesante intentarlo, aunque supongo que la traducción sería un problema.

La diferencia entre el escéptico y el desconfiado irracional es que un escéptico no creerá en algo hasta que tenga las suficientes pruebas para hacerlo, mientras que el desconfiado no creerá aunque las tenga, sino que simplemente seguirá en su dicho hasta que su muy personal esquizofrenia le impida razonar de una manera levemente coherente. Un desconfiado ve conspiraciones y engaños donde sea, y sólo confiará en los pedazos de realidad que le parezcan, a veces elegidos de forma aleatoria, o siguiendo un patrón definido. En casos extremos simplemente los creará. A final de cuentas un desconfiado empedernido es fácilmente convertible en un creyente convencido. Todo lo que hay que hacer es encontrar el punto de quiebre correcto. Después será fácil mantenerlo adentro del sistema que queramos imponerle. Es triste, pero la modernidad ha creado este tipo de personaje en cantidades alarmantes. Los dos lados son deprimentes: primero un paranoico, luego un brainwashed.