Cuando hace tres meses compré el dominio de flaigrod.com soñé en convertirlo en... la verdad no sé. Creo que mi error fue en querer convertir este viejo blog en algo más que un pequeño jardín de bits. Hubiera sido como querer transformar mi casa en una miscelánea, conmigo durmiendo debajo del mostrador. No quiero eso: dormir encima de un costal de comida de perro debe ser bastante incómodo, así que este blog será lo que deba ser, y dado que mi vida se ha tornado bastante seria, creo que es hora de mi casa en Internet también lo sea. Seria, sobria, responsable, pendiente de los problemas de la vida moderna, histérica... Ups, no sé de dónde vino lo último. Al diablo, vean qué bonita plantilla le puse. Hasta tiene mis actualizaciones de Twitter. Oh, Twitter, es hora de que hable de tí, aunque eso signifique darle publicidad gratis. Twitter es a alguien que tiene un blog lo que masturbarse a alguien que está casado o con pareja: un sucedáneo bastante malo pero extrañamente gratificante. Como este post es un mal sucedáneo de un post de verdad. A lo que quiero llegar es que ahora seremos serios, nos lleve a donde nos lleve. Eso y que sigo vivo, by the way.
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