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lunes, 29 de noviembre de 2010

Top 5 a las 5 - Eventos idiotas en la tele

Aquí estamos, como cada domingo… mierda, es lunes. Por primera vez, gracias al Síndrome de Abulia Dominguera Profunda (SADP), el top de la semana es en lunes. Hoy homenajeamos los eventos especiales que nos llenan de vergüenza ajena o de furia ciega

5.- Las Lunas del Auditorio


Como los Grammys en Los Simpson, sólo peor.

La idea no es tan mala: premiar a los mejores espectáculos en vivo del año (Umm… too meta). Lo malo es terminar dando el premio a mejor concierto a una banda que sólo va a enviar un video de agradecimiento. Un evento que podría ser por lo menos interesante de ver, y que se supone busca dar proyección internacional al país (Creo que eso lo escribió el café) se convierte en un cubetazo de realidad que nos recuerda nuestro provincianismo entre las naciones. Más que estúpido es triste. Okey, es estúpido.

4.- La Boda De Lucero Y Mijares


Los sueños se vuelven realidad... si tienes exclusividad.

Estamos de acuerdo que las transmisiones de las bodas de los famosos son estúpidas. De por sí nadie ve los videos de las bodas de los amigos que se dan como recuerdo. Pero La Boda Televisiva que siempre se me viene a la mente es La Boda De Ensueño de Lucero y Mijares: En la cumbre de su fama (…) La Pareja De Ensueño tuvo una Boda De Ensueño en un ex convento colonial, con la crema y nata de la farándula noventera, transmitida en cadena nacional a través, claro está, de Televisa. Todo como de telenovela. Claro, estamos hablando de Lucero. Y de Televisa. ¡Miren, señoras, las novelas se hacen realidad! Otra cosa más triste que estúpida: tener que vivir en una telenovela.

3.- Fin de año con las estrellas, Noche Mexicana…



Otra cosa que no sé si es estúpida o sólo triste (Y es por eso no se debe escribir en emonday). De verdad, ¿quién ve esos programas? Por lo general a las diez de la noche de la Noche Buena estamos poniendo la mesa o cenando o algo, cualquier cosa menos viendo la tele. Por lo menos esa es la idea. Cuando mucho sirven para darle otro ruido de fondo al precopeo. Hay un montón de solitarios que pasan las fiestas solos, pero seguramente ellos se van a dormir temprano para evitar la depresión, por lo que el poco público que pueden tener se pierde entre sollozos en sus almohadas y sorbos a un vaso de whisky mientras se observa la calle desierta. Pero año tras año los “artistas” siguen apareciendo para amenizar las veladas. Uno de los misterios de la vida.

2.- Previos deportivos. Cualquier clase


FFFFFFUUUUUUUUUUU

Esto si entre de lleno en la estupidez. El partido empieza a las 4:00. Los amigos congregados. La lata de dip a punto de ser abierta y un chicharrón en la mano en posición de untamiento. El destapador puesto estratégicamente en el centro de la mesa después de una amplia deliberación sobre el lugar correcto de su emplazamiento. Los accesos al baño despejados. Los aparatos excretores vaciados. Todo listo… y de repente empieza a hablar el comentarista. Y habla y habla, cambia al color del partido, vuelve a la mesa de análisis… “Faltan sólo cuarenta minutos”. Lo último que recuerdo es el platón de la botana incrustado en la tele.

1.- Las visitas de DIOS a México. Bueno, de Juan Pablo II


Si lo de Lucero es risible, esto es simplemente bochornoso. Antes del Papa Palpatine, estaba en el trono de San Pedro este señor buenagente y bonachon, amante de las excursiones y de alertar de los peligros de la planificación familiar, azote del comunismo y turista incansable. Tanto que vino a México cinco veces. Su primer viaje como Papa, de hecho, fue a este país bendecido por la Virgen de Guadalupe. En aquél entonces tenía sesenta años, un bebé comparado con el 90% de los príncipes de la iglesia. Pero en 2001 estaba debilitado por el Parkinson, las balas y otros achaques propios de la edad. Y aún así se anduvo paseando por el DF como Pedro por su casa. Para los medios, era Pedro en persona. Esos viajes pastorales eran verdaderos circos de pararreligión al más puro estilo de los televangelistas gringos, con todo y sermones en megaiglesias (o como les llamamos aquí, Estadio Azteca), películas con Pedrito Fernández y bendiciones por televisión. Sí señores, eso dijeron los que transmitieron una de las misas de esa última visita, y creo que por allí he de tener un frasco de agua o una imagen bendecidas por el Papa polaco en persona, gracias a la magia de Televisa.

Dejo fuera los torneos de póker, porque me parecen sin chiste, aunque no dudo que a alguien le pueda gustar eso de ver a un montón de desempleados jugar cartas, siendo tan fácil juntarse con los amigos y jugar, y el Teletón, más que nada porque después de todo sí construyen los dichosos CRIT, aunque para ello tengan que valerse de trampas tan arteras y viles que darían para un top en sí mismo. En realidad es por eso: podría hacer un top de cinco cosas que odio del Teletón y me faltaría espacio, pero me verían feo por burlarme de la buena voluntad de la gente. Screw them.

Postdata: Si no había enlazado el top de Don Humbert C Christopher, o "el que sí se acordó de publicar en domingo", fue porque esto lo escribí en un rush de cocaína cafeína.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Call Of Duty: Black Ops


¡Hasta sale Big Boss!

Así que allí estaba yo, tomando parte en el infame episodio de la Bahía de Cochinos, abriéndome paso hasta la recámara del jefe de la Revolución Cubana, con ganas de llegar y darle un tiro en medio de los ojos. Y estaba en Vietnam, saludando a las oleadas infinitas del Viet Cong (¿De dónde salen tantos chinos, demonios?) que se estrellaban contra nuestra posición como olas en una escollera, marejada comunista, hasta sus uniformes eran blancos, espuma norvietnamita, los saludaba con una lluvia de balas, aventándoles confeti de plomo mientras gritaba “Have some freedom, motherfuckers” o “Voy a matar a todo el proletariado del mundo” desde la comodidad de mi cuarto. Pon en mis manos virtuales una ametralladora de pixeles y todo es risas y felicidad. A veces pienso que debería jugar cosas más tranquilas y kawaii, no vaya a ser que me estén adoctrinando. Y estaba maravillado ante la primera escena: una sexy oficial ¿rusa? que dejaba consumirse un típico cigarro ruso en su mano (Dejando en claro sus malvados planes: les recuerdo que los héroes no fuman) mientras repetía una secuencia de números para una audiencia compuesta por espías e infiltrados. Sí, hasta las emisoras de números salen en este juego. Y científicos nazis. Lavados de cerebro. Teorías sobre el asesinato de Kennedy (no pueden faltar en una buena historia de conspiraciones). Creedence en los altavoces de una base militar, ya saben, para recordarles a los muchachos por qué están peleando. Un cliché tras otro, pero clichés divertidos al fin. Todo lo bueno que puede haber en una historia de intrigas político-militares, condensado en ocho horas de juego. No, espera, creo que son menos, por los videos y las conversaciones in-game. Han de ser como seis. Seis horas de juego efectivo por 1000 pesos en efectivo.

¿Valió la pena haber gastado tanto en un juego que probablemente no vaya a tocar otra vez? Qué puedo decir. Claro que sí. No le puedo poner precio a la alegría que me causa volar un campamento en medio de la selva, o abatir nazis en medio de la nieve. Si puedo contribuir en algo a que sigan existiendo estas películas palomeras interactivas (que son en lo que se han convertido las campañas de Call Of Duty del 4 para acá) que así sea. El equipo de Treyarch ha hecho un gran trabajo; definitivamente ya no son los idiotas responsables de ese Call Of Duty 3 tan sin chiste. Aunque, para ser sinceros, se sigue jugando como los anteriores. Han de haber cambiado algo en el esquema de juego, pero no me fijé y no me importa. Salen Castro y Kennedy, McNamara y Nixon, zombis nazis por Dios Santo. Este juego podría ser una pila de mierda o un Modern Warfare 2 con skin sesentero pero al menos sería una mierda o un clon muy divertido de ver.

Ah sí, tiene multiplayer. Whatever.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Zeit, de Tangerine Dream


Lo que me pasa en la oficina es que no me puedo concentrar cuando una canción tiene letra: me pongo a cantarla (o murmurarla en el idioma universal del washawasheo, verdadero esperanto musical) o me emociono de más y tengo que dejar lo que estoy haciendo (No Distance Left To Run siempre es un gancho al hígado). Tampoco puedo estar sin música, porque el silencio de la oficina que solo se rompe con el sonido de los teclados y los clics de los ratones me deprime un poco. Así que últimamente he tenido que recurrir a métodos poco convencionales, como sintetizadores setenteros que están a un paso de ser música New Age, a cargo de Tangerine Dream, un grupo con mucho pedigrí en ese género. Creo que con la edad empiezas a apreciar más ese tipo de música atmosférica. Ustedes saben, tiene su encanto escuchar un montón de sonidos y melodías que salieron de máquinas primitivas allá en los 70 (En Berlín, oiga usted), que parece fueron hechos para ambientar documentales, museos, colecciones de ciencia ficción, qué se yo. Algo así como el futuro que nunca fue. Con el tiempo, en los 80, se volvieron simplemente repetitivos (como casi todos los artistas pasado un rato, hay que decirlo), pero ya habían hecho cosas como Zeit, un disco que puede ser para usted una sinfonía al tedio o el soundtrack del espacio intergaláctico:

















¿Aburrido? Tal vez. Pero hasta lavarse los dientes (o en mi caso, programar) se envuelve en un aura mística y majestuosa con estos ruiditos compuestos al girar perillas al azar. A lo mejor por eso es tan popular la música New Age. En cualquier caso, cuando quiera volver al mundo de los vivos, pongo a Franz Ferdinand o ya de perdida a Kraftwerk.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Top 5 a las 5 - Películas malas que no puedo dejar de ver

"Tan malas que son buenas". Son películas que parecen existir sólo por el placer del schaudenfreude, sectores inmensos de la población no las soportan (en realidad, sectores inmensos de la crítica) pero no se puede negar que son una fuente de divertimento sin igual.

La Fortaleza
 

No es mala mala mala, pero tampoco es una joya. O cual es bastante extraño, porque tiene gente que se alimenta con aminoácidos, superpoblación, huídas a México, cámaras que espían los sueños y sobre todo, intestinadores. El fascista interior se regocija al oír “línea amarilla es dolor, línea roja es muerte”. O mejor aún: “Intestinación al azar”. La verdadera esencia de la justicia.

Troll 2


Qué puedo decir. Soy muy influenciable y ese OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD, aunque ya esté muy quemado en los internets, siempre es digno de verse.

Glen O Glenda


Un director de cine desnuda su alma mostrando sus cuitas a la cámara, con resultados hilarantes. Hay que ser sinceros, aunque sea un desastre, es una película con corazón, y sobre todo, con cojones. Porque en pleno macartismo, donde todo lo que huela a “anormal” es sinónimo de comunista y por lo tanto de malvado y digno de ser destruido, hacer un trabajo que defienda los estilos de vida alternativos es un acto de valentía. Eso no le quita que sea espantosa.

Street Fighter


O “Una loca película de M. Bison”. Siempre podremos reírnos del tonto Zangief, vomitar al ver a lo que quedaron reducidos Ryu y Ken o exclamar “pero qué cojones” al ver de dónde salieron Dhalsim y Blanka, pero nos quedaremos para ver a Raul Julia dando discursos sobre la Pax Bisonica.

La Santa Muerte


Tres historias en las que se muestra la sordidez y la miseria de los mexicanos. Una madre desesperada, un fracasado convertido en policía y una mujer que se acuesta con su compadre buscan la felicidad a través de la adoración a la Santísima Niña Blanca, con consecuencias hilarantes. No hay manera de describirla, tienen que verla por ustedes mismos. ¡Con albañiles teólogos y la señora que salía en Puro Loco!



Y quedaron fuera…

Jesus Christ Vampire Hunter: Puede que esté hecha con tres dólares canadienses, pero es chistosa y cumple lo que promete, así que mala no es. Además, se nota que todo mundo se divirtió haciéndola.

Luna Nueva: Si, esa Luna Nueva. Me reí como no me había reído en mucho tiempo, pero creo que ya es hora de dejar de burlarse de Crepúsculo, sobre todo porque los fans se lo toman muy a pecho. Fans, nada personal. Sean felices con su hobby, y no nos lo restrieguen en la cara por favor.