No. 5.- Dios Emperador de Dune
Cuando salí del super (en serio, lo compré en un supermercado) con Dune bajo el brazo, sabía que me convertiría en una mejor persona. Y lo hizo: me disuadió de leer a Harry Potter. Tenía aquí una saga más increíble. Después de que lo terminé, seguí con el Mesías de Dune, y todo fue felicidad. Luego tendría que seguir Hijos de Dune, pero los hijos del averno del super no lo tenían. Es más, no lo encontré hasta hace unos dos años. Así que en ese momento tuve que hacer una decisión, y me seguí de largo con el cuarto volumen, pasándome el tercero. Al principio estaba muy entusiasmado: había algunos personajes a los que reconocía, y hasta en la introducción venía un resumen del volumen faltante. Todo apuntaba a que sería más felicidad la que me aguardaba, y que en unas semanas más iría al super por los dos que me faltaban. Pero algo pasó. Leto Atreides no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Dijo algunas cosas memorables, pero a la mitad me medio aburrí y lo puse a descansar un poco. Ese descanso ha durado cinco años. Ahora los libros de Dune, que esa temporada invadieron toda la ciudad (me imagino que asaltaron un trailer), no los encuentro por ningún lado. Demonios.
No. 4.- Los Miserables
Los Miserables es un libro muy ameno, muy fácil de leer (a mi gusto) y muy lindo en general. Lo que pesa aquí es la extensión. Es frustrante cuando vas a en la página 487 y todavía te falta la mitad. Dos veces he tratado de pasar de la mitad, y las dos veces he fallado. Mi error está en que la historia es muy sencilla (los personajes principales los cuentas con los dedos de las manos y la historia está pensada para que se quede grabada en la cabeza), lo que me permite empezar desde donde me quedé cuando quiera, pero mi orgullo me dice “no, empieza por la página 1”, y me canso por allí de la 500. De otra forma, ya hubiera sabido qué le pasó a Cossete y a Jean Valjean. Por lo menos, siempre me queda el ánime.
No. 3.- Adiós y Gracias por el pescado
No creo que en todo el mundo haya algo más chistoso que la Guía del viajero intergaláctico. El problema con que me encontré con sus secuelas es que todos los hechos, todos los nombres y todas las cosas parecen salidas de la nada. Sé que a muchos les gusta eso, no poder predecir lo que viene a continuación, y a mí me gusta también, pero aquí me parece que está usado en exceso. Demasiado. Es casi como si Douglas Adams hubiera tenido un montón de ideas, las hubiera escrito, y luego las hubiera revuelto en cualquier orden. Eso me hace pensar que la cosa no camina para ningún lado, y frustra a mi cerebro rígido y más clásico en lo que se respecta a las lecturas. Por eso no sé lo que pasa con Arthur Dent más allá de este libro, y creo que voy a seguir así un largo tiempo. Ya veo venir las cartas de odio.
No. 2.- Así Hablaba Zarathustra
Una de las reglas de oro del “manual del adolescente intelectualoide” dice:
XVI – Nietzsche es cool.
Deberé profundizar en ello en otra ocasión, pero el caso es que es así. A lo mejor es por la idea del superhombre, a lo mejor por la rebelión en forma de libro delirante, por la crítica al cristianismo (que siempre da un aire de superioridad al que la hace sin pensar) o porque son de dominio público y cuestan 30 pesos (unos 2.5 euros, para nuestros amigos europeos), el caso es que a los jóvenes que quieren pasar por pensadores les da por leer las obras de Nietzsche. El libro que escogí en mi racha de poser intelectual fue éste, tal vez porque no me atrevía a llegar con “El Anticristo” a mi casa, o porque había visto 2001: Odisea del espacio. El caso es que lo abrí, leí tres páginas y lo puse en la repisa, donde todavía esta. Y es que este libro es como una Biblia pero pagana o algo así. Ahora que lo pienso: si este libro habla del superhombre, entonces puede pasar como de superación personal. Con razón es tan popular
No. 1.- Ulises
Ulises es como el Necronomicón: todo mundo cree que es un mito, y el que lo lee se vuelve loco y miembro de una oscura secta de adoradores de un dios extraterrestre. Por mi propia salud mental (y porque resultaba bastante complicado), lo dejé en el capítulo 3. Es el único libro que necesita ser leído en trance místico aparte de la Biblia, ya que al estar escrito de forma que entras y sales de la mente de los personajes, luce más o menos así:
Diálogo entre Buck Mulligan y Stephen Dedalus
Una vista de Dublín al mediodía
Si por algún motivo cometes la estupidez de meterte con él, ten en cuenta algunas recomendaciones:
1.- Tener un amplio conocimiento de Dublín en 1902. Si es posible, pídele un DeLorean prestado a un vecino, y pasa allá una larga temporada.
2.- Es útil hacer contacto espiritual con James Joyce para aclarar los puntos oscuros. Procúrate una ouija o un médium.
3.- Indispensable tener a la mano un programa como Microsoft Visio o algún otro para hacer diagramas de flujo y mapas conceptuales. Esto impide que te pierdas en el maremoto de datos.
4.- Acondiciona tu área de lectura. Debe ser un lugar de preferencia cerrado, aislado de toda perturbación externa.
5.- La mejor técnica de lectura es pasar con el libro en la mente la mayor parte del tiempo, si no es que todo. Los pensamientos del lector de Ulises deben estar enfocados sólo en el libro. La vista también debe estar enfocada en él todo el tiempo: no se permite ni pestañear.
Ulises permanecerá en mi repisa como el bulto menos legible de mi colección, tal vez por décadas. Por ello, y por lo que dije al principio, es mi libro más valioso.
Hasta aquí por hoy. Pásense por los blogs de Albertini, Intramuros, Kalimero y Zark. Somos poquitos, así que sí les da tiempo. Y el tema del próximo domingo es Chucherías. (Sí, golosinas).
7 comentarios:
yo pues también tengo la mia, pero no me acuerdo muy bien de cuales:
-Humillados y ofendidos de Dovstoyevski (espero y no me equivoque).
-El mismo de Nietzsche, pero yo sí lo voy a leer, el de arriba me dio como hueva y mejor lo termino que que termine los 1000 que me faltan.
-sobre la fotografía de Susan Sontang.
-Meditaciones metafísicas de R. Descartes.
-Aguila o Sol de Octavio Paz.
Espero no haberme equivocado con algún nombre o lo que sea.
tengo gustos bien raros.
Paso de este top.
El de Victor Hugo... puta, creo que ya hasta novela ha hecho Televisa. Deberías ir pensando en otro medio para asimilarlo.
Que razón tienes con Nietzche!!!
Cuando voy en bus o en tren y veo a un chaval con "Así habló Zaratustra" en la mano (siempre leyendo las primeras páginas), recuerdo que yo también fui así alguna vez.
Je je, qué grandes los consejos sobre Ulises. La verdad es que es cierto que cuando lo estás leyendo o te metes en la novela o nada.
Ya sé que libros no coger nunca xD
Tino: Dostoyevski... Pude acabar Los Hermanos Karamazov pero no Crimen y Castigo. Creo que yo también soy raro.
Memo: De hecho, se presta mucho para que Carla Estrada se anime y nos brinde otra muestra de su genio. Ojalá no te oiga hablar.
Intramuros: Sí, todos hemos pasado por el bigotón alguna vez. Lo importante es no quedarse en el viaje, porque luego nos convertimos en trolls anticatólicos que dan más pena que admiración
Albertini: Hay más consejos, pero eso lo dejaré para otra ocasión
Zark: Estamos para ayudar siempre.
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