"La vida de un maquilador de software no es tan mala. Después de una carrera provechosa, haces un ligero examen en una oficina con olor a lavanda y ¡bam! estás dentro. No sabrás cómo funciona lo que escribes, pero sabes hacer unos formularios en Visual Basic chulos de bonitos. Llegas, te sientas, y preguntas lo que tienes que hacer a tu líder de proyecto. Él siempre sabe qué hacer y lo más importante, cómo. Tú eres un programador: las complejidades del mundo real no son tu problema. Tú escribes en Java como nadie. Tu creaste esa forma de convertir un dato entero en un texto y de allí a un arreglo, para luego compararlo con el resultado de una división de dos números tomados de la hora de la computadora, todo para saber un dato aleatorio. Los recovecos de esa función tienen una belleza inexplicable, casi barroca, con sus propios allegros y pianos, contrapuntos que desafían al entendimiento, que alimentan al espíritu, y que impresionan tanto a tu jefe inmediato que ese día tuvo que beber el doble del café y tomar el triple de píldoras que de costumbre para mantenerse despierto y entender su complejidad en toda su extensión."Más de estas cosas de programadores, computadoras y demás chácharas que no pienso poner aquí por respeto al buen nombre de Flaigrod en nuestra nueva franquicia, ComCuac Inc. Pásenle a lo barrido. Y pasan, porque de verdad me quedó bonita la primera entrada.
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viernes, 1 de agosto de 2008
ComCuac
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