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jueves, 10 de junio de 2010

A una semana de #canonmx

Todo blogger debe ser lo más sincero posible con sus lectores. Yo, al no tener lectores, no tengo ese problema y puedo decir cuantas falsedades quiera. Después de todo soy un blogger (¡pow!). Pero hoy me siento especialmente comunicativo (iba a decir “abierto”, mas no les daré ese gusto, guarros de quinta), así que empezaré por el principio totalmente real y vergonzoso de esta historia: no puedo usar Twitter en el trabajo he decidido de manera totalmente personal y voluntaria no usar Twitter en el trabajo. Ya saben, por la productividad y eso. Trato de ceñirme lo más que puedo a esa regla, pero es difícil resistir teniendo internet, e inútil teniendo una de esas porquerías tecnológicas que tanto asustan a nuestros mayores en la palma de mi mano (Sí, caí redondo en esa. No es un dildo, sucios de mierda, es un iPod touch. Gracias por hacer que rompiera mi voto de no branding). Pues bien, que en uno de esos momentos de mente en blanco tan conocidos por los programadores, uno de esos en los que con imaginación tratas de llenar los huecos que tienen unos requerimientos mal explicados, y ya que no iba a salir del problema en el que estaba de todas formas, me puse a leer mi timeline. Link a blog en inglés, noticia extraña del Time, actualización de Reddit, actualización de Reddit, Roger Ebert, spanglish, retweet de un sabihondo de una noticia extraña del Time, hashtag, hashtag extraño, #canonmx, furia popular.

Cuando un suceso como #canonmx sucede, rápidamente se forman grupos fáciles de identificar: están los que juegan con la indignación popular haciendo chistes que reducen el problema a una simplificación absurda. También están los que verdaderamente preocupados por las consecuencias que un aumento de precio en bienes que no forman parte de la canasta básica puedan tener en el desarrollo del país y su inserción en la economía del conocimiento, magnificando el problema a una escala absurda. No podemos olvidar a los que desde una justificada posición moral fruto de su amplio conocimiento de las prioridades del mundo, el funcionamiento de las estructuras sociales y económicas y su largo historial de activismo y servicio voluntario miran con recelo cómo protesta un montón de ciudadanos sin nada más que hacer y nos recuerdan que hay cosas más importantes de las que preocuparse, como los niños de Dharfúr o la conspiración sionista internacional. Yo me considero de los que le dicen al que tienen al lado “¿ya viste la última tontera?” y “sí, están locos”, reservando la verborrea para su blog banal y plagado de comentarios de spam. Somos más de los que ustedes imaginan. Deberíamos hacer una quedada.

#canonmx – En pocas palabras, para compensar a los artistas por el derecho a la copia privada que tienen los ciudadanos, y en vista de que estos no dejan de usar el Ares o el BitTorrent, se propone una modificación a la Ley de Derecho de Autor para que se tase a todo dispositivo de almacenamiento de datos con un canon (eufemismo de impuesto). Por un disco virgen (Ah, ya van a empezar méndigos... anden, metan el dedo por el agujero a un DVD y rian en el rincón) tendrá que pagar $7.00, por un reproductor MP3, dependiendo de su capacidad, entre $100 y $300 pesos, por una copiadora otros tantos... No importa si los vas a usar en tu trabajo para respaldar tus 9 GB de la bandeja del Outlook (lo he visto y no lo creo) o para grabar los XV años de tu hija, tienes que pagar, tu sabes, para beneficiar a los creadores de cultura, por que no queremos que muera. Piensen lo que quieran, pero a mi tía le gustó la propuesta. Hablo en serio. Hasta propuso que se debería cobrar a los proveedores de servicio de Internet porque, después de todo, por allí bajamos las canciones de Paulina Rubio que tanto nos gustan. No le digan “esclava del establishment” por favor, tengan empatía. Ella ha trabajado toda su vida, y sabe lo que cuestan las cosas, no como ustedes, bola de piratas. Verán, eso de la empatía me trae muchos problemas de conciencia. Nosotros vemos este tipo de iniciativas como un ataque a nuestros derechos, un asalto institucionalizado y una incongruencia de nuestros políticos que nos hacen pagar precios de Primer Mundo por un país de cuarta. Los OTROS nos ven como una banda de cínicos que queremos todo gratis. Un peligro para su forma de vida. Sí, podría ponerme en su lugar. ¿que haría yo como trabajador si veo que mi empleo va a desaparecer? Probablemente me aferraría con uñas y dientes a mi silla hasta que me sacaran a rastras, y luego buscaría otro trabajo, como cualquier otra persona. No me gusta la idea de que los formatos físicos desaparezcan o se vuelvan irrelevantes, pero a como van las cosas parece que todo camina en esa dirección, y se vuelve necesario cambiar las cosas. Las propuestas las pueden encontrar en su tecnoblog favorito, pero creo que ninguna pasa por pagar un impuesto por supuestos actos “delictivos” que se vayan a cometer en el futuro.

 Reiteramos.  En lugar de SGAE ponga su sociedad mexicana de autores de preferencia.

Me gusta la idea de pelear contra un impuesto injusto, que lo es. No soy de los que crea que es su prerrogativa bajar todo lo que se te antoje: tengo testigos de que compré un disco que ya había escuchado un millón de veces porque se lo merecía, y aunque no sabía cuántos de mis doscientos pesos terminarían en los bolsillos de Can, no me importó. Si tengo dinero, y ya sé que me gusta algo, pues lo compro y ya. Si me entero que va a venir Radiohead otra vez a México, mojo mis pantalones y luego los voy a ver. Me gusta la idea de que el público se informe y pueda defenderse. Internet (iba a decir Twitter, pero ya saben, no branding) es lo mejor que le pudo haber pasado a los ciudadanos de a pie que quieren expresar su opinión y hacerla valer. Allí tienen a los hermanos de España, que no se cansan de denunciar las arbitrariedades de su canon digital y la banda de gangsters que lo recauda, por lo menos en Menéame, donde es deporte nacional. Me pregunto de qué hablarían si ganaran la partida a la SGAE. No me gusta sin embargo el hecho de que sólo hemos alzado la voz tan fuerte (me huele a manada pero bueno) cuando nos han amenazado con tocarnos la cartera. Será que como los geeks que somos los que usamos Twitter los problemas que más directamente nos preocupan son los que tienen que ver con las series de tubos y los gadgets, pero si es así, qué mal. Me gustaría pensar que estamos peleando por algo importante y no somos una turba hiperinformada y desencantada con el sistema político que se queja por un alza en los impuestos: eso nos convertiría en neoliberales comeniños. O peor todavía: en personas que quieren todo gratis. O peor aún: en personas tan ensimismadas que sólo reaccionan cuando les tocan el bolsillo. Consumidores capitalistas, a fin de cuentas.

Al final lo que me preocupa es una cuestión más filosófica: que la subida de impuestos, los impuestos en general, provoquen en nosotros una ira asesina. Cierto es que hay impuestos ridículos, absurdos: la tenencia, este #canonmx... También es cierto que como Andrew Ryan nos dice, el hombre tiene derecho a disfrutar de los frutos de su trabajo, pero ¿de verdad nos cuesta tanto trabajo entender que los impuestos son para pagar los servicios que todos usamos? Porque para eso son. Puede que haya despilfarro, corrupción, hasta robo puro y duro, pero parte de ese dinero se usa para pagar las escuelas públicas, el salario de los maestros, nuestro sistema de salud con todas sus carencias, las minipensiones de los jubilados, el agua que no viene en un mes... hay un patrón aquí, si se fijan. Hay mucha evasión fiscal, pero también hay mucha gente que simplemente no quiere pagar los servicios que utiliza (o no puede, pero esa es otra historia, mucho más lacerante por cierto). Esto no es un campo de distorsión de la realidad marca Manzana©. No quiero demeritar el movimiento contra los impuestos injustos, pero quiero preguntarle, valiente lector que ha llegado hasta aquí: ¿cuántos impuestos considera usted justo pagar? ¿cuáles impuestos considera usted justos? Créanlo o no, gran parte de lo que una persona piensa sobre política, e incluso sobre la vida, queda perfectamente resumida en la respuesta de esas preguntas.

¿El final de la historia?


Tarea princip de un Dip es saber escuchar a los ciudadanos, retiro 2 iniciativas buscar opción p/defender Derch de Aut, sin afectar progresoless than a minute ago via Twitter for BlackBerry®

De todas maneras, te seguiremos vigilando. We never forget.