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martes, 5 de enero de 2010

Películas en 1000 caracteres o menos (II)

Moon - 5/10




Se supone que es buena. Debe serlo. Todo está allí: la base fría y antiséptica, la luz fluorescente, el astronauta solitario, la computadora con sentimientos, la corporación maligna, recuerdos fabricados, giros inesperados, el tempo lento, clones, el qué significa ser humano... De verdad, tiene todo lo que tiene una buena película de ciencia ficción. Lo malo es que ya he visto un montón de esas películas, y se nota que Duncan Jones también. Cada uno de esos tópicos los hemos visto desarrollados en otros lugares, algunos de mejor manera. Con decirles que en el momento que pasa el suceso que va a darle vuelta a la trama, ya sabía cómo iba a terminar. Inteligente, pero insípida. Bien hecha, pero genérica.

La escena: Los clichés de esta película llegan a su climax en el momento en el que la computadora de la base se "compadece" del astronauta y le cuenta la verdad:



Office Space - 7/10




No es la mejor película que he visto. No es la mejor comedia que he visto. Los personajes son en el mejor de los casos caricaturas de las personas que nos encontramos a diario en el trabajo. El tema es tan común (no estar a gusto en el trabajo) que a muchos no les llamará la atención. Y sin embargo es de las pocas películas en las que he podido decir que me sentí retratado. No es difícil: a cualquiera le da un "caso de los lunes". Todos hemos sentido o sentiremos alguna vez que nuestra vida se ha reducido a llenar reportes o limpiar mesas, que "cada día es peor que el anterior y que cada día es el peor de nuestra vida", que si tuviéramos un millón de dólares simplemente nos sentaríamos en él viendo pasar los días. Se puede sacar todo un curso de superación personal de esta hora y media de humor irónico, pero me da flojera. Yo por mi parte la pondré cada vez que llegue de malas.

La escena: La destrucción de un símbolo de la frustración del trabajo, y de todo lo que está mal en una empresa sin rostro y en el capitalismo: la impresora mañosa.

martes, 22 de diciembre de 2009

Películas en 1000 caracteres o menos (I)

Este blog ya acumula telarañas blogueriles, o sea, spam de medicinas contra la disfunción eréctil. Creo que eso es una llamada de atención bastante fuerte. Ya que me paso el poco tiempo que me deja el trabajo viendo películas (no tengo tiempo ni de engancharme con una serie) y me he habituado a los formatos pequeños por Twitter (adoro compartir mis pensamientos contigo, oh dulce robot de la NSA), ambas cosas se fusionaron durante una ida al baño y produjeron esto: reseñas en mil caracteres o menos, con todo y espacios. Para darle vida a un blog moribundo, y porque creo que se necesita menos que eso para convencer a alguien para ver una película.

Planet Terror: 10/10


De todos es sabido que Quentin Tarantino ama el cine. Se nota en cada película que hace: las hace porque le encanta, y porque le encanta hace lo que le da la gana. Esta vez llamó a su hermano del alma Robert Rodriguez, el director más suertudo del mundo, para que lo ayudara con Grindhouse, un homenaje a las películas baratas de los 70's, tan baratas que se presentaban de dos en dos. La de Rodriguez debe ser la película de zombis con la que más me he reído, y he visto Shaun Of The Dead. Tiene autos que explotan sin razón, un doctor demente, una doctora que tiene una pistola de jeringas, un montón de cadáveres putrefactos, Bruce Willis declarando que mató a Osama Bin Laden, un tipo que colecciona testículos y UNA BAILARINA CON UNA AMETRALLADORA EN UNA PIERNA. Dios, debe ser la mejor película del mundo. Scorsese, Coppola y Eastwood deben estar muertos de envidia por este tipo que puede filmar una película así de divertida. Esto es amor por el cine.

LA ESCENA: El pene derretido de Quentin Tarantino (Esperar para ver)



Death Proof: 9/10


La segunda parte de Grindhouse es más calmada, y con calmada me refiero a que son 70 minutos de mujeres hablando sobre lo que van a hacer en la tarde, con un asesino, Stuntman Mike, acechándolas desde la barra del bar, el objetivo de su cámara, o el auto a prueba de muerte que nombra la película. Pero este DIOS MIO QUE ALGO PASE GRAN DEMONIO es lo que le da el sabor a película churrera que Tarantino quería ponerle. De hecho hasta tiene su encanto: crea tensión (aunque a veces raya en el hartazgo), te encariñas con las chicas y algunos de los diálogos son fascinantes en su banalidad. Stuntman Mike es un gran personaje: un rudo de cantina que ha de sentir el peso del tiempo en sus hombros, enojado con todas las mujeres del mundo, pero un cobarde cuando se encuentra con quien pueda ponerlo en su lugar. Pero esto no es una novela de James Joyce. Cuando por fin vemos a Kurt Rusell en acción, detrás del volante, descargando su furia contra las desconocidas que se encuentra, es genial.

LA ESCENA: El primer choque



Stop Making Sense 10/10


Talking Heads debe ser uno de los mejores grupos que ha habido en los Estados Unidos. Raros, funkies, y con David Byrne al frente convulsionandose ante el micrófono, son algo especial. Una pequeña muestra de ello es este show filmado cuando estaban en lo máximo de su fama. Burning Down The House y su video eran un hit, Brian Eno les había producido tres discos, el grupo era una pequeña orquesta que experimentaba con ritmos africanos y el post-punk, demostrándonos que no todo el post-punk es deprimente como Interpol nos ha hecho creer. Byrne se desgañita, se arrastra por el suelo, baila y nos hace bailar hasta no poder. Como en Grindhouse, se transpira un amor por lo que se hace que envuelve cada nota. Dénles una oportunidad si no los conocen, que lo dudo mucho.

LA ESCENA: Girlfriend Is Better



Moraleja: Cuando te gusta tu trabajo, se nota. No pun intended.