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domingo, 3 de enero de 2010

America's Most Depressing Videos (I)

Hace años, haciendo zapping en el cable (cuando veía cable) me encontré con el comercial más deprimente que haya tenido la desgracia de sufrir.  Hoy, mientras leía historias de los efectos de la crisis en E.U. (para qué leer el recuento de muertos del día si puedes hojear el New York Times) se me ocurrió buscarlo.  Afortunadamente lo encontré.  Con ustedes, sopa de catsup:



Está de más decir que nunca he vuelto a ver esas bolsitas igual. Ni a los estadounidenses.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Error 503

No tengo Internet.  El regulador de mi compu ha adquirido por azares del destino la maravillosa propiedad de destruir todo eliminador de corriente que sea conectado a él.  El módem necesita uno de esos.  Ergo, estoy incomunicado.  Estar sin Internet es espantoso.  Es como estar sordo y no poder ver, o estar ciego y no poder oír.   No sé cómo los antiguos podían sobrevivir sin ese caudal de datos interminable, paraíso del anonimato, botadero de lolcatz, único lugar del mundo en el que los nerds y geeks pueden acceder a una posición dominante (a DIOS gracias), nube, compañera, amante secreta.  Tal vez entonces la televisión era buena, o no existía YouTube. Ese primer día sin internet, no habiendo nada más importante qué hacer, me acosté a dormir a las 9:00 PM.  ¿De qué sirve el tiempo si no tienes Internet?  ¿Para ver tele?  No puedes escoger nada, las series están dobladas al español, no hay comentarios (la mitad de la diversión de Internet está en los comments) , sin las estrellitas o el número de visitas no puedo saber si el programa es bueno, ¡no puedo PAUSAR!  O tal vez sirve para salir a la calle, sobre todo en una semana como ésta, en la que he cargado con un impermeable en la mochila todos los días.  

Ya pasé por todas las etapas del Duelo: negación, ira, negociación, depresión, aceptación.  Ahora más tranquilo, estoy a la espera de que el técnico de Telmex tenga un poco de empatía en su corazón y venga a arreglar esto.  Por lo pronto, estoy sustituyendo mis ansias de leer en pantallas y jugar con el ratón a seleccionar texto y mover la barra de desplazamiento de una ventana con pdf's, como en los viejos tiempos en los que iba al ciber, cargaba mis montones de disquetes de 3.5'' (o un cd en blanco) y me disponía a ordeñar a la red, buscando libros o abandonware, mismos que disfrutaba en mi burbuja sin conexión.  En estos momentos estoy a punto de convertirme en un ateo gracias a Richard Dawkins y "El Espejismo de Dios" (es bastante coherente, por decir lo menos.  Luego les cuento.  O léanlo ustedes).  Ahora que lo pienso, la vida sin Internet es algo más tranquila.  Sin este tiempo de sobra, no hubiera sido capaz de leer la mitad de ese libro en los dos días que llevo leyéndolo, y eso es bueno.  Además, tengo más tiempo para hacer la tarea (sí, cómo no).  Pero la sola sensación de que los feeds se acumulan en mi lector me hace sentir desesperado.  Sí, el dedicar tiempo a la reflexión sobre el motivo de la existencia, del origen de la vida y de la religión es algo bueno, pero, ¿acaso eso es mejor que leer las nuevas noticias de Apple, una caricatura sarcástica o escribir este texto ahora mismo?


Alguno debe ser bueno, pero...


...¿mejor que ésto?

La verdad es que no sé.


P.S: Buscando imágenes para el post, me encontré con éste anuncio:


Da para qué pensar.  Feliz 11 de septiembre 


jueves, 7 de agosto de 2008

Hipocondría


En foto: la puerta a mis pesadillas

Hace unos nueve años, cuando era un muchachito fácilmente impresionable, agarré en el super una Muy Interesante. En una de sus páginas venía la descripción de un experimento de un acelerador de partículas. Lo interesante no era cómo funcionaba, ni para qué servía (tal vez por eso ignoro esas cuestiones hasta el día de hoy). Lo verdaderamente atrayente era lo que podía pasar mal. Se hablaba de que en un choque entre protones o quarks o lo que sea que pusieran a chocar en el acelerador, se produciría energía, más partículas y posiblemente una bolita amarilla. Esa bolita amarilla era un stranglet, un pedazo de materia extraña que tenía el poder de convertir todo lo que tocara en más stranglets, disolviendo lo que se encontrara en su camino. Así, un buen día cualquiera, durante un experimento cualquiera, el fín del mundo llegaría en forma de una aniquilación escalofriante: todo el planeta reducido a una sopa de materia extraña. Lógicamente, me llené de terror. El acelerador sigue funcionando hasta ahora, y sigo siendo un conjunto de átomos bien cohesionados, así que puedo dormir tranquilo. Aunque a veces me acuerdo de esa revistilla, y me culpo a mi mismo por tener curiosidad por esas cosas. Otro niño, uno normal, habría agarrado un dulce y no tendría que pensar en el fin del mundo. Pero no, tenían que interesarme esas cosas. Ahora sabía eso, y tenía un motivo para preocuparme.

Algunos años atrás había sucedido lo del Shoemaker-Levy 9: un cometa que chocó con Júpiter. Pues bien, yo había visto en la tele a un idiota decir que ese impacto crearía un estallido de radiación que eventualmente afectaría a la Tierra, tal vez de modo muy peligroso. Debe entenderse por muy peligroso el fin de la raza humana. Yo entonces no sabía que a los astrólogos no se les debe creer, más si salen en televisión. Era un niño en el que la autoridad podía implantar lo que quisiera. Obviamente, el día del suceso no podía dormir. Al día siguiente seguía allí, vivo y despierto. Lo del cometa fue bastante mejor que con el stranglet: había una hora y una fecha determinada. Con la otra posibilidad podía estar en la escuela y de repente ver con horror cómo los compañeritos de al lado se convertían en neutrones y encantos. O en cualquier otra parte. Eso sí es terror y no tonterías.

Hace unos cinco o seis años me tocó ver en el Aunque Usted No Lo Crea la historia de un tipo al que un buen día lo atacó una bacteria comecarne que terminó con destruir su cara. No puedo acordarme cómo se contagió: sólo sé que se decía que era una bacteria común a la que todos estamos expuestos de vez en cuando, pero que a veces se comporta de formas por demás agresivas. Al día siguiente tuvimos visita de una prima y su bebé. No sé qué tenía que ver una cosa con la otra, pero no quería estar cerca de él. Temía su saliva. Cualquier fluido corporal. Estaba en todas partes. Por algunos minutos sentí lo que Howard Hughes sufrió durante años: un miedo enfermizo a los gérmenes. Y entonces me lo pusieron cerca. Sus babitas tocaron mi mano. Disimuladamente me lavé, pero estuve atento unos días por si aparecía alguna lesión digna de ser atendida por Doogie Houser (no había Dr. House en ese entonces). No paso nada, y de allí en adelante perdí mi miedo a las bacterias comecarne, aunque es curioso, sentí un escozor en la mano.

En estos días se ha puesto de moda el LHC, el mayor acelerador de partículas que se haya construido, no tanto por lo que se espera encontrar allí (que no es poco: nada más el porqué las masa tiene, bueno, masa), sino sobre todo por la bella posibilidad de que en una de tantas colisiones se pueda crear un microagujero negro que poco a poco vaya ganando masa y eventualmente se trague toda la Tierra (o si no, mi DIOS, un stranglet). Si toda mi experiencia anterior con los peligros probables de la ciencia me ha enseñado algo es que no se debe temer a algo que solo es "mínimamente probable", "estadísticamente insignificante" o "basura alarmista". Sin embargo, yo como buen nerd he estado siguiendo esta historia desde hace tiempo, y también, como no, como un buen blando sin criterio que se cree todo si es "mínimamente probable" me he estado preocupando. Ayer hasta me puse a buscar opiniones tranquilizadoras, y afortunadamente no tuve que buscar mucho: están hasta en Wikipedia. Pero hoy me encuentro con esto:



y una noticia en Menéame que dice que es probable que los microagujeros negros sean peligrosos, y eso ha bastado para encender de nuevo mis miedos infantiles. Más por el hecho de que antes era una sola opinión en una revista y nunca me encontré a nadie que la hubiera leído o se hubiera preocupado y ahora en el mundo del Internet, donde te encuentras cualquier cantidad de locos, y en esto tiempos, donde ser geek y preocuparse de estas cosas es cool y socialmente bien visto (por lo menos dentro de Internet) me encuentro con que el LHC es portada, cientos de enlaces a páginas preocupantes y también cientos de comentarios. Entre tanta avalancha de información no sé a quién creerle. Además, en los otros casos me olvidé del asunto pronto, pero Internet es un depósito de información que nada olvida, así que de aquí hasta que el último pseudo-nerd se olvide de la historia seguiré temiendo a que un agujero negro me trague antes de ver a Radiohead en concierto. Gracias a todos ustedes, sabelotodos, voy a tener el mes más largo de mi vida (la cosa empieza el 10 de septiembre). Maldita sea, ¿porqué tengo que saber cosas? Mi hermano es un idiota y ya hasta novia tiene, y yo con saber todo esto de las teorías de Hawking, los dilemas de Dawkins y los garabatos de Plank no consigo nada mas que hipertensión arterial. Pero en fin, es tarde para lamentarse. Pude ser un anestesiado miembro de la sociedad pero desperdicié mi oportunidad. Ahora sólo me queda tratar de calmarme y esperar lo mejor para la raza humana. GRAN DEMONIO.

miércoles, 5 de marzo de 2008

"Smile, baby...


That's the 2nd best thing you can do with your mouth."

Eso decía la motocicleta que vi ahora estacionada en el restaurante que está a media cuadra de la escuela. Necesito una maldita cámara, y dejar los albures. Sólo una hora después pude pensar que tal vez se refería a un beso.

Éste debe ser el post más corto de este blog. Corrijo: este SERÁ el post más corto del blog. Mientras, quédense con "Trees", de Pulp. Un video tan gratuito como esta anotación.




domingo, 2 de marzo de 2008

Razón

(Aquí debería ir una imagen que representara más o menos lo que trato de decir en este texto, pero al no encontrar ninguna, me disculpo.)

Recuerdo (sí, todavía puedo recordar) que una vez le dije a alguien que yo no podía racionalizar demasiado las cosas, o me volvería loco. Él se rió, pero yo sabía de lo que hablaba. Al rato iba a empezar a ver a las personas como ese tipo del cuento de Cortázar, que a veces para divertirse sólo se concentraba en una parte del cuerpo, y se la pasaba un día entero conviviendo con manos, ojos o narices. Al rato iba a obtener poderes místicos y podría ver a través de los objetos; bizquearía para lograr apreciar el movimiento de los pistones de un coche o empezaría a decodificar las páginas web que le llegan a mi computadora por el módem y la línea telefónica sólo con un osciloscopio. A lo mejor me dedicaría a clasificar todos los objetos del mundo real de tal manera que hiciera mi tarea de programador más fácil y a la vez llevar a los ojos de los mortales una visión del mundo de las ideas de Platón, justificando una vez más sus puntos de vista. Eso para empezar. O sea, de una persona común me convertiría en un nerd ambicioso.

Pero después de un tiempo las cosas materiales darían todo de sí y luego seguirían los aspectos morales: no podría comer nada animal, por que estos seres, a pesar de no tener habla, tal vez tendrían conciencia, y no se puede aniquilar a un ser consciente así como así: en este universo lleno de caos, sólo un prodigio de la naturaleza podría dar lugar a un conjunto de materia en un estado ordenado (o menos desordenado que el resto) que es la mente. Después me quejaría de la ineficacia de nuestro sistema capitalista, que condena a millones de personas a la pobreza más abyecta a menos que un día, al señor viejo y calvo dueño de una de las megacorporaciones que están a la cabeza de nuestro escalafón socioeconómico se le aparecieran tres fantasmas y súbitamente se diera cuenta de que hay millones de personas en la pobreza más abyecta. Y ni qué decir de los agentes bursátiles que compran dinero en un lugar y lo venden en otro para crear riqueza sustentada en decimales proyectados en un monitor. O de la voracidad de los accionistas que son dueños de miles de títulos de cientos de empresas, esperando a que suban o les den ganancias. O de cómo una compañía que opera en bolsa puede ver destruido su emporio gracias a un chisme que surja en el momento y el lugar adecuado, contado a las personas correctas, las que puedan crear un pánico de alcances sólo limitados por el miedo de los demás accionistas voraces. Entonces me convertiría de un nerd ambicioso en un anarcopunk izquierdista genérico.

Y ya que hablamos del temor, es aquí cuando el raciocinio cruza esa delgada línea que nos separa de la locura: En última instancia, todos los acontecimientos de la humanidad se deben a un empujoncito en el lugar y momento correctos. Entonces, ¿qué sentido tiene lo que yo haga si de todas partes me están empujando? ¿Cuánto campo me queda a mí para decidir, si de todas maneras mi decisión se verá afectada por lo que Carlos Slim desayunó en la mañana, lo que Claudia Gutiérrez de mercadotecnia diseñó para el espectacular que está cerca de la escuela y por esa piedrita que está en la parada del camión y con la que me tropezaré tarde o temprano, haciéndome olvidar la marcha de mis pensamientos y redirigiéndolos en otra dirección? En ese momento lo que haga o deje de hacer deja de tener sentido, al ser sólo el resultado de un entrechocar de corrientes y contracorrientes cuyos orígenes se pierden en la bruma del tiempo; entonces me deprimo un poco. La pequeña influencia que puedo ejercer en mi propio destino se hace todavía más pequeña. Con ello mi sistema inmunológico se hace un poco más débil y me enfermo. Así empieza otra cadena de razonamiento: Mírate, no sólo eres débil, sino también frágil. Un ser de carne, animal confundido expulsado de manera repulsiva de la matriz de todas las cosas. Tienes que comer, dormir, relacionarte, ¿y todo para qué? Para transmitir tus genes a la siguiente generación. Para agitar todavía más el río de la historia. De repente ser un robot toma sentido, y hasta es deseable. Me deprimo un poco más. Empiezo a soñar con el día en el que pueda descargar mi mente a un mainframe. O comer aminoácidos directamente. Con ello pasaría de un anarcopunk izquierdista genérico a un goth ciberpunk intelectual.

Pero todavía se puede caer más bajo, como cuando Philip K. Dick culminó una existencia de escribir novelas sobre lo que es real y lo que no convirtiéndose en el protagonista de una de esas historias. Lo feo es que empezó a recibir mensajes de DIOS y de seres interdimensionales. Y todo por los efectos de una visita al dentista y los efectos de la anestesia. No podía ser de otra forma: los caminos del SEÑOR son misteriosos, pero todos conducen a ÉL. Debe de haber algún orden en medio de este sin sentido, alguna explicación que no pueda comprender, una variable que todavía no haya tomado en cuenta. No, no puede ser. Las cosas no pueden expresarse en términos tan simples. Mi mente, cansada de tanto pensar, de querer descubrir el hilo negro de todas las cosas, se rinde a la primera explicación teológica que encuentre, no importa si viene del Hare Krishna o de ALLAH o de mis propias reflexiones. En todo caso, la versión de religión que adopte estará tergiversada por años y años de darle vueltas a las cosas, y surgirá un dios extraño, nuevo para el mundo, con sus propios mandamientos y motivos. Será diferente a todo lo conocido, y la única actividad en mi agenda de allí en adelante será seguir su doctrina. Seré su sacerdote y su grey, su Mesías y su pueblo escogido. Tal vez salga a los caminos y a las plazas a predicar, o sólo haré voto de silencio y me comunicaré a través de mis miradas y de figuras que haga con papel de estaño. De cualquier manera, habré pasado de goth ciberpunk intelectual a demente con un brillo especial en los ojos: el de aquellos que se han visto cara a cara con la verdad, y al hacerlo con los ojos desnudos han quedado cegados, incapaces de ver cualquier cosa que no sean las quimeras que viven en su psique. A tientas me desplazo por los pasillos de mi casa y las aceras de la calle, tratando de encontrar sentido a las cosas a través de las pistas que aún puedo percibir, y aquellos fragmentos dispersos que todavía poseo de mi vida anterior.

Moraleja 1: No piensen. No duden. No duden ni pregunten. Eso déjenlo a los suicidas.
Moraleja 2: Si no pueden ceñirse a la moraleja 1, tan siquiera tómense las cosas con calma. Y consigan pareja.

viernes, 30 de noviembre de 2007

All work and no play makes ME a dull boy

¡Mira, tengo un blog! En estas semanas se han juntado muchos, muchos trabajos de la escuela, y como buen estudiante, he tenido que cumplir con cada uno de ellos. Pero el ir y venir, el estar trabajando y viviendo en horarios desfasados (de cinco de la tarde a una de la mañana) y la sensación de irrealidad que sigue a una noche de mal sueño me han dado material para pensar, sobre todo en el futuro. Porque en el futuro, cuando deje el entorno artificial de la escuela y me encuentre inserto en la realidad, en realidad, no lo extrañaré. No sé porqué los que terminan sus estudios se sientan tan tristes: Ya no van a tener que rendir cuentas a muchos jefes, y por consiguiente, no van a tener que dividirse para hacer muchas tareas. El trabajo, aunque sea una cosa sin sentido, deja dinero y con ello independencia. No puedo contar aquí lo que haría con ambas cosas, sería largo y aterrador. ¿Los amigos? En este mundo de relaciones casuales, los amigos son intercambiables. Por lo menos para mí, que no soy un inadaptado o sociópata, pero sí una especie de comodín que anda de allí para allá. A lo mejor soy yo el desechable… (Nota para mí: que la emoda no te venza).

Al dejar la escuela se deja atrás la falta de orden, que es endémica del sistema educativo mexicano, y que se manifiesta en profes “sorpresa” (porque no sabes si van a ir o no) o el uso de “guías de estudio”. Aparte, no te tienes que preocupar por aprender definiciones palabra por palabra, aunque en los propedéuticos de McConalds te lavan el cerebro pero no importa, porque no tienes que repetirla en un examen, creo. Además, la rutina de trabajo - casa – duermo – trabajo puede ser muy benéfica: las cosas del trabajo se pueden quedar allá y no vienen a casa contigo. Creo que conmigo no aplica porque voy a ser programador, pero para ustedes que van a tener un empleo normal no hay problema. Quizá esta falta de espíritu universitario se deba a que tengo mucho trabajo, a que fui educado y me eduqué para vivir en el frío mundo de los adultos, o a que simplemente me gusta estar encajonado en una rutina, pero por ahora, es mi pensar. A lo mejor en navidad se me quita, o le doy uso al color negro de este blog y empiezo a postear sobre Fall Out Boy y la tristeza infinita… Espero que no. Ya lo hice una vez y todavía tengo secuelas.

lunes, 22 de octubre de 2007

Viaje a Frikilandia - I (?)

Cola Cosplay

Por ahora, la única foto que puedo mostrar: la cola para entrar

Hubo un tiempo en el que casi me convierto en otaku. Mis mejores amigos de la prepa lo son o lo fueron. De los varios Messenger-amigos que tenía, sólo mantengo contacto con uno que conocí en un foro de anime. Compraba mangas, cometía la indecencia de empezar los libritos esos por atrás. Me agradaba el galimatías de leer de derecha a izquierda. La única cosa que he comprado en Internet y llegó fueron los primeros cinco volúmenes de Neon Genesis Evangelion. También le entré a Dragon Quest por la nostalgia. Leía esa ofensa al diseño editorial llamada Conexión Manga. Tuve mi propio set de figuras de Heroclix, por Dios. Iba que volaba para ser uno de ellos. Un friki, un otaku, un nerd total. Pero algo pasó. Súbitamente, todo eso dejó de interesarme. Los monitos los vendí. Los mangas los regalé. Los capítulos los arrumbé. Sólo me quedé con los amigos. Todavía no logro desentrañar el enigma de este cambio. A lo mejor fue que para mi mente con déficit de atención le resultan más interesantes los videojuegos que los animes pasivos. Tal vez fue un acto para sentirme superior. O simplemente me aburrí de las historias que no iban a ningún lado o que se acababan antes de comenzar, de las bromas que se repetían una y otra vez, del j-pop y el metal (que para esa subespecie son de ley), de la abrumadora cantidad de cosas que tenía que ver y comprar sólo para seguirles el paso a los verdaderos freaks. Tal vez crecí. Pero a pesar de que renuncié a la posibilidad de pertenecer de una vez por todas a una denominación adolescente, a veces me gusta hacer un recorrido por ese mundillo que rechacé y pensar en lo que no fue, ya que después de todo, todavía les manejo un poquito del argot. Por ejemplo, lo del sábado pasado.

Por estos lares, desde hace cuatro años, vienen celebrándose expos de cosplayers, que logran juntar en un solo sitio a toda la otakés de Mazatlán, sobre todo para presenciar la pasarela del cosplay, que son como la crema y nata de la frikada. Fui con la intención de aprovisionarme de fotos y hacer un superpost sobre el absurdo y la enajenación, sobre como esta masa de gente sin nada mejor que hacer va a este tipo de eventos con el fin de aprovisionarse de mercancía y encontrarse con aquellos que comparten el anime – manga como interés y Japón en general como fetiche (solo los clavados), pero, después de pedirle con toda la cortesía del mundo a un cosplayer si me regalaba una foto y que éste no sólo aceptara, sino que pone su mejor pose, me di cuenta que simplemente no podía. Mis amigos me dijeron que era porque estaba allí entre ellos, y en ese momento no podía, pero después (por ejemplo hoy), cuando saliera de ese nido de ñoñéz, le encontraría el WTF al asunto y me inspiraría. Pero es hora de que eso no pasa. El otaku que enterré dentro de mí, que yace roto y desperdigado en mil pedazos, pero sobre todo mi sentido de empatía, me lo impiden. El Pepe Grillo que me habla al oído y me dice que queme las cosas también me aclara que ellos también son personas, personas que disfrutan lo que hacen de una forma que jamás podré comprender, partícipes de un sentimiento de grupo que nunca podré experimentar, tan fuerte que es capaz de hacer sentir raro a alguien completamente normal. Y todavía sigo en shock por lo que me dijo mi tía cuando vio las fotos de todos los disfrazados y maquillados: “Hubieras ido vestido tú también” Si mi tía ve con buenos ojos algo, no debe ser algo tan malo.

Por suerte para ustedes, que buscan reírse un rato con las fotos del Supremo Kaiosama y el cast de Naruto, habrá oportunidad de ello. Bueno, en realidad no, porque prometí a una amiga que no iba a subirlas, y entendí que debía aplicar el mismo criterio para todos. Además, Mazatlán es un lugar pequeño, y aunque es costumbre añeja que solo las mismas tres personas lean mis desvaríos, basta una sola voz que denuncie un ultraje hacia tan sano pasatiempo como para que me sea imposible volver a poner un pie en un lugar público, so pena de ser considerado la escoria de la escoria: un friki troll. El problema es que siento quiero y odio a la vez al anime y por extensión a todo lo que se relacione con él. Siento cariño por aquella parte de mi vida, mas me alegro de no haber caído en el pozo del ser otaku. Este fue el post del cariño. El filósofo flaidgrodiano ultra-reaccionario Rufus Lepzdermann se encargará del odio, y es por eso que dejo el tema por hoy. Si quieren de verdad oír lo que tiene que decir, sólo háganlo saber. Si no, pues no hay problema: El camarada Lepzdermann hará su aparición triunfal en otra ocasión, y les pasaré un link a Flickr con todas las fotos. Por su atención gracias.

sábado, 13 de octubre de 2007

ESPECTACULAR

1.- Dilema moral



En estos momentos estoy escuchando el nuevo disco de Radiohead, “In Rainbows”, que bajé de manera 100% legal al registrarme en la página oficial y pagar lo que quise: 0 libras esterlinas. Eso me deja con un conflicto en mi pequeña cabeza. La premisa era pagar lo que se te diera la gana, casi como diciendo “lo que guste cooperar”, para bajar el disco, no importaba si fuera un peso o doscientos, porque de todas maneras lo ibas a tener. Yo fui muy feliz cuando leí esto, pero obviamente, para hacer una transacción de esa naturaleza necesitas un plástico y cuenta en el banco, o sea, tarjeta de crédito. Al no tener, pues le puse 0 y me salté ese paso, y como lo prometieron, en este momento estoy oyendo el disco. Pero aún sin tener nada que temer, porque poner 0 se valía, me siento culpable, y lo único que va a poder lavarla va a ser comprar el disco cuando llegue en forma física a las tiendas. Si eso era lo que querían hacer, tuvieron éxito. Radiohead es mi 2° grupo favorito, y mi deber como fan es ese. Ahora, ¿por qué mejor no compro uno de los que me faltan para la colección? El disco es bueno, pero no es el mejor del mundo. Suena como si quisieran volver a tocar como un grupo “normal”, pero sin dejar de lado todo lo que han aprendido, y eso lo vuelve agradable, pero yo quiero algo ESPECTACULAR. ¿Qué más quería por un disco “gratis”? Consíganse Bodysnatchers y Jigsaw Falling Into Place.

2.- Cine incómodo

Soy un indeciso, y por eso cuando es momento de aprovechar el martes de a $15 del Blockbuster me tomo mi tiempo para escoger. El otro martes fue ESPECTACULAR, pero me tardé media hora en decidir. Esta vez me tardé menos, y por eso no quedé del todo satisfecho. Me decidí por Borat y La Verdad Incómoda (conocida como la película de Al Gore). Borat está muy chistosa, en especial la parte del rodeo en la que este ser dice apoyar la guerra de Irak y que espera que Bush beba la sangre de cada iraquí. También es una historia sobre un sueño: el de Borat de casarse con miss Pamela Anderson, y en última instancia, de hacer de Kazajstán un mejor país. Y qué mejor ejemplo de cómo vencer al oscurantismo que los EU y A. (“We are christians now!”).



La de la verdad incómoda… bueno, como nerd que soy, estoy siempre dispuesto a ver un documental. Me aburrió un poco por el hecho de que la mayor parte de la película es Al Gore dando su presentación sobre el calentamiento global, y la idea de un político comprometido con una buena causa me resulta incomprensible, pero parecía que creía en sus palabras, y que te hablaba con la verdad. Increíble que no haya ganado la presidencia de los States. Pero lo importante no es eso, sino que allá en Gringolandia un señor en el que los gringos confían les esté hablando de cosas del ambiente y de responsabilidad política, allá donde más contaminan, consumen y se dopan con mil series de televisión. El balance de las dos películas es bueno, pero no ESPECTACULAR. Si se quedan con ganas de más comedias “raras”, busquen a Dr. Strangelove, y si quieren ver más sobre el mundo capitalista que destruye todo lo que se pone a su paso, La Corporación. Por cierto, Al Gore acaba de ganar el premio Nobel de la paz.



3.- Se busca…



Restauración, película de época de 1995, no muy conocida. Si alguien la ha visto en forma física y tangible en algún lugar, favor de dejar un mensaje aquí. Esto con el fin de que mi hermano deje de molestarme con el asunto. Verán, la película es para él, bueno, para su maestra, y parece ser que no hay en DVD. Si alguien la encuentra y quiere hacer un trato con un servidor, tal vez me gane el Orange Box para 360, y él un punto para su calificación. La imagen es la portada de un DVD región uno, así que todavía tengo esperanzas.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Conspiromanía (II)


Segúramente Bush tiene algo que ver con esto también


Hace algunos meses hice un post sobre las reservas que tenía mi familia acerca del internet. Creí que era una broma, o por lo menos, una de esas leyendas que la gente mayor crea para disuadir comportamientos reprobables, equiparable con los pederastas sobrenaturales o el crecimiento de vello corporal en áreas fisiológicamente imposibles. Pero con la revelación que he recibido hoy, la tela que cubre al engaño se ha rasgado una vez más. Resulta que no sólo las compañías de telecomunicaciones tienen interés en la preservación de PseudoNet, sino la gran empresa energética, que como toda persona informada sabe, es fuente de todo mal. Las cantidades de energía que consume una computadora son considerables. Hecho que hace redituable el movimiento de apoyar el gran fraude de la Red. Los tipos que están toda la noche conectados al eMule, “descargando” contenidos, simplemente están engordando la cuenta de luz de su casa. El interés del sector privado en controlar el suministro eléctrico de este país responde a este hecho. En el futuro, PseudoNet se inmiscuirá en el entramado de la vida cotidiana, afectando las relaciones interpersonales y laborales de la población, así como nuestras actividades cotidianas, todo en pos de un beneficio económico creado por un nicho artificial e inexistente que no soluciona ningún problema real, sino que al contrario, deja a mucha gente indefensa. ¡Abajo PseudoNet!

***

Es absurdo, extravagante, visceral, contradictorio y sin fundamento. Y sin embargo, con las palabras correctas y una estructura adecuada, cualquier sofisma igual de estúpida que ésta, o más estúpida, puede parecer verosímil, e incluso convertirse en verdad (o peor aún, dogma). Pregúntenle a Goebbels. Dudo que los lectores habituales de este blog den crédito a estas afirmaciones, pero, ¿qué tal si escribiera un libro, lo tradujera al inglés y lo vendiera en el Gabacho bajo un seudónimo. Bien podría ser el título: “PseudoNet: La realidad del Ciberespacio”, y abajo en letras pequeñas: “Dr. Phillip G. Haussmann”. O simplemente “PseudoNet” en letras plateadas con un enigmático fondo negro. Tal vez vendería algunos cientos de ejemplares antes de ser descubierto por James Randi o la revista Wired. Sería interesante intentarlo, aunque supongo que la traducción sería un problema.

La diferencia entre el escéptico y el desconfiado irracional es que un escéptico no creerá en algo hasta que tenga las suficientes pruebas para hacerlo, mientras que el desconfiado no creerá aunque las tenga, sino que simplemente seguirá en su dicho hasta que su muy personal esquizofrenia le impida razonar de una manera levemente coherente. Un desconfiado ve conspiraciones y engaños donde sea, y sólo confiará en los pedazos de realidad que le parezcan, a veces elegidos de forma aleatoria, o siguiendo un patrón definido. En casos extremos simplemente los creará. A final de cuentas un desconfiado empedernido es fácilmente convertible en un creyente convencido. Todo lo que hay que hacer es encontrar el punto de quiebre correcto. Después será fácil mantenerlo adentro del sistema que queramos imponerle. Es triste, pero la modernidad ha creado este tipo de personaje en cantidades alarmantes. Los dos lados son deprimentes: primero un paranoico, luego un brainwashed.

lunes, 25 de junio de 2007

We are Mexico

Advertencia: si soy muy duro o malinchista, es que no soy pambolero. Sólo soy un nerd amargado.

Y pasó lo que tenía que pasar, y con pena, lo que queríamos que pasara: México perdió. No, no, no, espera; perdimos. Sí, perdimos. Hay que festejar la victoria y reconocer la derrota. Aunque la selección sólo sea el 11 + suplentes + Don Hugo de Sánchez, Marqués del Pedregal, es un ejemplo muy bueno del carácter nacional.

- La mayoría de los mexicanos hemos sido educados en el arte de medrar, o sea, obtener el mayor beneficio con el menor esfuerzo posible:

- Somos personalistas y con una propensión a depender de la acción individual de terceros, todo por el punto anterior. De este no tengo imagen, mas sí testimonio. El comentarista de deportes lo dijo: “México depende mucho de sus figuras” “Cuando salió Borguetti (o como se llame) se descompuso el equipo, se perdió el juego aéreo”, y cosas así.

- Le echamos la culpa a todo de nuestros problemas, como al vecino de que se nos ensucie el patio, o como Hugo de que la cancha estaba en pésimas condiciones y no los dejaron entrenar.

- El nombre lo es todo. TODO. No importa si eres bueno o malo, si tienes renombre y prestigio el éxito se dará por añadidura. Como Iñárritu con Babel, o como México en la CONCACAF. Y como el nombre lo es todo, y tenemos figuras, no necesitamos mejorar, porque así estamos bien.

- Porque el nombre lo es todo, no hace falta trabajar, y otros tienen la culpa de nuestros problemas, éstos se arreglan trayendo a otro. Borrón y cuenta nueva. No hay continuidad (aunque, siendo honestos, no creo que alguien haya querido continuar la “labor” de Lavolpe).

- Pero el mayor problema, lo pongo en negritas: las entrañas. Las malditas entrañas no nos dejan pensar bien. Ese es el mayor problema. Pensamos con las vísceras. Con “el corazón”. Hay veces en lo que es bueno dejarse llevar por el sentimiento, pero no es bueno dejar todo al dictado del azar, la suerte, la inspiración. El sentimiento nos dicta “este es el bueno”, o “no nos jodan, eso es una injusticia, pinches gringos”, o la de la mañana: “Yo ya sabía, méndigos mediocres”. El mexicano es radical, extremista. Todo lo vemos blanco o negro. Un error, y todo es decepción. Un solo triunfo nos infla como peces globo. Corolario: Cualquier error es suficiente para depredar a quien lo cometió, no importando sus triunfos pasados. Porque la mente vive para el futuro, pero el estómago sólo entiende del hoy.

Y ese es el dilema. Somos humanos, todos podemos fallar. Lo malo es que a veces somos demasiado humanos. Para que vean lo demasiado humanos que somos, a continuación van los resultados (sacados de Wikipedia, el profeta de Internet).


Métanselo en la cabeza, soñadores: en el futbol no gana quien se lo merece, sino quien mete más goles.

lunes, 11 de junio de 2007

So you wanna be a mass murder? – Mr. Brownstone

Tengo una mente muy lenta. Este post, por ejemplo, debió ser escrito en abril, después de lo que pasó en el Virginia Tech, ya saben, lo del coreano que mató a treintaitantos. Es una pena que cosas así ocurran, pero pasan. Pasan mucho. O mejor dicho, pasan mucho allá en el Norte. Algo tiene el Norte que exacerba la violencia. Podría ser que el mass murder sea un producto más del american way of life, un americano extremo:

  • Hablan inglés
Obvio. Aunque no es tan obvio leyendo “Mr. Brownstone”. Parece escrita por un robot

  • Sienten que ellos son demasiado importantes, o los únicos importantes, pero al mismo tiempo, se sienten nada.
La sociedad estadounidense es una competencia. Así es el capitalismo, y como la manera como vives define quién eres y serás, esos son los principios del estadounidense promedio. Si la vida es sueño, los capitalistas estamos en una fantasía bélica digna de Steven Spielberg.

Cho se despidió con veintisiete videos dignos de Al Jazzera. Se tomó fotos, hizo discursos y toda la cosa. Luego le puso tres estampillas al bulto, lo envió a la NBC y se puso a matar gente. En Wikipedia, para cualquiera que lea las notas, están links a las obras de este genio. Una de ellas es “Mr. Brownstone”. Se trata de un trío de adolescentes que van a un casino, y uno de ellos se gana el premio mayor en una máquina tragamonedas, un jackpot de cinco millones de dólares. Se la pasan toda la obra quejándose del mentado Mr Brownstone, un profesor de la fregada que les hace la vida imposible. En el escrito mecanografiado se lee la frase “I want to kill him” un par de veces. El Mr. Brownstone, al ver que estos muchachos están hablando de él, o tal vez por hacer la maldad, dice “de aquí soy” y les roba el premio a los muchachos. Moraleja: por más que te esfuerzes, el destino siempre estará en tu contra, y ellos (el poder, los guapos, tu madre, etc.) siempre ganarán. A menos que mates.

  • Compran cantidades excesivas de cosas innecesarias por necesidades creadas.
En caso de la gente normal, cosas como computadoras Apple, seguros de vida y comida chatarra. En el caso de los freaks, armas. “Guns, lots of guns”. Las pistolas en los USA están en todas partes, mas eso no significa que sean baratas. Alrededor de trescientos dólares. O abre una cuenta de banco (vean Bowling For Columbine, Michael Moore explica esto mejor que yo).

  • Se basan o toman inspiración de los medios de comunicación como la televisión, la música popular, el cine, etc.
Estados Unidos es el hogar de los trekkies, los jedis, los darks, los emos, los wiggers y de la Familia. Su lider, Charles Manson, se deschavetó escuchando compulsivamente Helter Skelter, y todo el White Album de Los Beatles, diciendo que había pistas de una guerra racial en la letra. Los de Columbine entraron a la escuela con gabardinas a lo Matrix. Cho dedica toda una página de “Mr. Brownstone” a la letra de la canción de Guns N’ Roses que se llama igual.

  • Tienen obsesiones, ideas compulsivas o manías, o por lo menos, incapacidad de expresar sus pensamientos y sentimientos.
La mayoría de los mass murders son seres callados, que de repente, un buen día, explotan, como las de Esposas Desesperadas. Sin embargo, entre los que los conocen, hay trazas de sus problemas. Como todo el mundo. Lo que separa a los arranques de ira que todos tenemos a los ataques de ira que ellos tienen es el meollo del asunto. A veces, ante el golpazo mediático que dan estas noticias, nos olvidamos de los que pueden estar en una situación parecida. Una señora que limpia su casa ocho veces al día, usa guantes todo el tiempo, bebe solo agua destilada y no abraza a sus hijos ni a su esposo por miedo a contaminarse o contaminarlos no le hace daño a nadie ¿verdad? No, hasta que se da cuenta que su niña entra con los zapatos enlodados y, aterrorizada, la descuartiza. Ella, seguramente, estaba loca. ¿Lo estaba, o la dejamos ser?

El mundo, hermanos míos, se ha vuelto un lugar frío y amenazador. No es que antes no lo fuera. Lo que da coraje es que tenemos a nuestro alcance todo lo necesario para que sea diferente, y sin embargo, simplemente lo dejamos girar. Pecamos de omisión, hermanos. No se necesita ser religioso para darse cuenta de que hay algo malo en eso.

* * *

Este es el post 50. Increíblemente, este es el post 50. Quería poner una lista de mis discos favoritos pero me gustó más este tema, aparte, lo encontré en mi libreta recién encontrada. Queda para el próximo mi crítica musical.

martes, 22 de mayo de 2007

En la antigüedad…

…uno podía creerle a la televisión con los ojos cerrados, tal vez porque era la mass-era, la era de las multitudes. Hoy, que es la era de los individuos, no sólo no es posible, sino que es de buen gusto no hacerlo.

Hace algunos meses, en los anuncios de las campañas políticas, salía AMLO comparado con Hugo Chávez, como una forma de “hacer consciente” al teleauditorio acerca del “peligro” que representaba volver al autoritarismo, cosa que “pasaría” si votábamos por el candidato con amor desaforado. Hoy, en las noticias, ante una revisión a la ley que regula a las emisiones de radio y televisión, se dice que esto llevaría a un retorno al pasado, y nos muestran el ejemplo de Venezuela, otra vez. Me pregunto qué piensan los venezolanos. El “peligro” radica otra vez en volver al autoritarismo del PRI (corte a: tomas de ex – presidentes en esas ceremonias fastuosas de adoración pública al Ejecutivo).

Aquí empiezo a sospechar. ¿Y si el señor S. P. no es el mártir de la libre empresa que Te Ve Olmeca nos retrata? ¿Y qué tal si al Teacher le dicen qué decir, y mientras muestra esa máscara de objetividad inexpresiva nos oculta la verdad? Hace algunos meses hojeé una revista en el Sanborns de la que arranqué la idea de que cuando traen una cosa a cuadro mucho, y por mucho tiempo, la televisora gana algo con ello. Llámenme ingenuo (o por lo menos a mi yo del pasado), pero no era capaz de concebir tal ultraje. Pasé, como casi todas las personas allá afuera, mucho tiempo anestesiado por la TV. Ahora nada más veo los Simpson, pero es más un complemento de la cena que una droga.

Lo malo es que contra los políticos la TV tiene dos armas muy poderosas: el dinero (obvio) y el videotape. El único que puede escapar a ese poder es un político intachable, que nunca haya hecho nada remotamente ambiguo en ninguna forma. Como eso no existe, en cuanto uno quiere hacer una acción en contra de ella, le sacan la investigación, o ya de plano, el cheque (esa gente no usa efectivo). Quien controla la información controla todo, y en este México, las televisoras tienen gran parte de esa “información”. Con su ubicuidad, pueden hacer la ficción realidad y convertir la realidad en una caricatura. Tienen la facultad de decidir qué es importante y qué no. Lógicamente, pueden torcer la vida a su antojo y “obsequiándonosla” en una forma blanda y muy condimentada, donde lo rojo es ROJO y lo dulce es duuuuuulceeeeee, algo que ningún otro medio puede lograr. Yo mismo al estar viendo la nota introductoria del desHechos M. no podía dejar de sentir un sentimiento de aprobación hacia lo que se me ofrecía en esa cápsula de noticias. Mi cerebro reptil se indignaba ante los senadores que aparentaban defender los bienes de la nación cuando en realidad eran unas fichitas, y clamaba justicia. ¿Para quién? Me asombra decirlo, pero juro que digo la verdad y lo pensé por un instante: para TeVe Olmeca. El aparato de relaciones públicas denominado “noticiero” funciona. No digamos que todo lo que nos dicen es mentira, sino que nos muestran lo que es “correcto”. Lo ROJO.

martes, 3 de abril de 2007

Una agitación en el océano digital, el espacio interior. Espuma – bit de las olas, sargazos con virus, y a lo lejos un pez vela de baja resolución

Mis vacaciones son todo menos eso. Al principio (los primeros cuatro días) son buenas. El resto del tiempo siento un conjunto de hastío e inactividad. Los descansos me hacen mal. Para una persona cuyo mundo gira alrededor de la escuela, o el trabajo, los descansos le rompen el ritmo, son malos. Dos veces no fuimos a clases los viernes, y nos acostumbramos. Ya no pudimos ir a esa clase por que era nuestro día de salir temprano. Con las vacaciones es algo parecido, aunque no tan drástico.

Cuando uno no tiene dinero para vacaciones familiares o tan siquiera salir al cine, la televisión se convierte en el centro del hogar. La programación es el aliento divino que nos despierta en la mañana y nos alimenta en el resto de la jornada, en nuestro diario vegetar. Por suerte tengo X360, y no me tengo que esperar a embrutecer con Mi Gorda Bella. Puedo embrutecerme con un RPG con voces japonesas. Hablan muy chistoso. En tres días, del sábado pasado hasta ayer lunes, recuerdo haber estado jugando por horas y horas al Enchanted Arms, olvidando así mis deberes. Porque ¿qué clase de vacaciones serían estas sin tarea? Una tarea que no puedo hacer por... lo desagradable: Hacer un programa en Java con enlace a base de datos. Ya perdí tres días, y cuatro con este. Me quedan como seis. ¿Han tratado de meter un hilo muy delgado en una aguja muy chica, y han sentido la desesperación por lo fácil y difícil que es? Eso siento ahora. Multiplicado por mi. Lamento hacer este post tan pobre, pero tenía que desahogarme. No funcionó. ¿Alguien podría prestarme un mazo y una pared de concreto que ya no use?

sábado, 17 de marzo de 2007

Entrada 34!!!


“Ellos creían que este dia nunca llegaría. ¿Qué tienen que decir ahora?” Espero que Microsoft no me cobre regalías. Esto salió cuando puse "Contra todo pronóstico" en Google. Mágico. Ahora tengo que pagarle a Bungie y a Picasso


Tengo que escribir esto en 15 minutos así que seré tan breve como mi conciencia. Me acongojé, dije que estaría aquí el martes y miren, ya pasa del viernes y apenas estoy posteando. Aunque, ¿a quién le importa? No sé si ya tenga admiradores (porque amigos si tengo), pero no lo creo. Quizá al único que le importe sea a mí mismo. He estado haciendo estos días algunas búsquedas sobre Flaigrod, y sigo siendo el único, según Google, que usa ese vocablo en toda la red. Eso me llena de orgullo, y es un aliciente para no dejar morir este blog. Aunque tal vez tenga los días contados. Leí que el máximo de blogs será en junio de este año, para después irse apagando gradualmente. Yo no lo creo, pero los de CM pocas veces se equivocan.

Ya basta de palabrería. Les cuento cómo me la pasé el 13 de marzo. Ese es el día feriado de Flaigrod City y de toda la UPSF. Según un formulario de Internet, moriré el 13 de marzo de 2062. Seguramente será antes (en un derrumbe de una mina de motores en el 2033, o en la pandemia de influenza de 2008, o cuando Junap-Ju, el dios que está en todas partes, achicharre la Tierra según la profecías mayas en 2012), y espero que sea mucho, mucho después, pero esa anécdota fue la que empezó este blog, y la honraré como se debe. Se me olvidó. Se me olvidó por una tarea de Java. Estuve sentado tres desesperantes horas frente al monitor de una computadora de la escuela. Aunque el 14 no fue tan malo: duré allí seis horas seis, pero no me desesperé.

Esta entrada está vacía, lo sé, pero es para probar, entre otras cosas, que sigo con vida. Y para llevar mejor el luto, la frase debajo del título no cambiará hasta que vuelva a postear desde mi casa. Mientras eso sucede, una canción linda: "Funny Little Frog", de Belle And Sebastian. Espero que sea, porque esta compu no tiene bocinas.




miércoles, 7 de marzo de 2007

Requiem For A Dream

No es un adiós, Flaigrod, es un “vuelvo en una semana”. Espero que no me pase como a Napoleón…

Esto es triste. Mi compu murió. Escribo esto desde un ciber y no desde la sala de mi casa, lo cual tal vez provoque que no tenga el habitual cuidado que tengo al subir un post. No tengo nada más que decir que no sé si volveré a postear... es broma, claro que lo haré, una vez enganchado en un blog no se puede parar. Pero sé que lo haré menos seguido. Ya son 33 posts con este, es mi marca máxima, y no dejaré que Flaigrod muera tan fácil. Donde otros han muerto, nosotros prevaleceremos. Donde otros han dejado las armas, nosotros marcharemos. Aunque sea difícil y engorroso escribir apurados, lo haremos. No nos callarán tan fácil, compañeros. Aunque pasará mucho tiempo antes de volver a agarrar el viejo ritmo, Flaigrod aguantará en el exilio.

Hoy, por lo visto, será un post pequeño. Nada más el aviso. Pero acabo de volver de Monterrey, y tengo bastante material para enseñar. Lástima que no encontré el llaverito de Panda que dijera “recuerdo de Monterrey”. Supongo que me hizo falta buscar más.