Our Motto:

We yell because we don't care

domingo, 30 de diciembre de 2007

I’m So Tired

Los posts de este mes han sido muy sombríos. Debe ser la falta de luz (o de sentido al despertarme: no sé ni qué día es a veces por que estoy de vacaciones), el frío que obliga a resguardarse y que invita a comer y a estar en una especie de semiletargo, o la cruda mental que sigue después de entregar trabajos finales y del rush de adrenalina e ira que los acompaña. Lo que sea, está haciendo impacto en este blog, y en mi salud mental. Afortunadamente, el 2008 pinta bien: cambio de profesores y oportunidades de negocio. (¿?). Entro a clases el siete de enero, y hasta entonces verán algo nuevo por aquí, porque voy a hacerme un mini-detox de computadora. La prendo y lo único que quiero es empaparme de blogs ajenos y podcasts, acallando la vocecita que me dice “hoy haz un post de esto” o “¿no te habías fijado que…?” o “JAJAJAJAJAJA! Chido”. Mientras pasa el tiempo, les deseo feliz año a los que pasan por aquí y les pido que me guarden un pedacito de rosca de reyes, pero sin monito.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Playlist del 2007

Como en el año pasado, aquí está el playlist del 2007. El de este año fue más difícil porque con tantas cosas que le han pasado a mi computadora todo lo que es historia de archivos se ha ido al caño, y no recuerdo bien qué canciones me encontré este año. Pero aquí están, otra vez, sin orden específico:

Crystal Rainbow Pyramid – Acid Mothers Temple & The Melting Paraiso U.F.O. (La prueba de que los hippies siguen vivos)

Dancing With The Moonlit Knight – Genesis (De la era en la que Phil Collins y Peter Gabriel tenían cabello, estaban juntos en la misma banda, y hacían cosas chidas)

Yeah (Crass Version) – LCD Soundsystem (Punchis punchis de caché)

This Is A Low – Blur (Canción etérea No. 1)

This Is Hardcore – Pulp (Canción etérea No. 2)

Tales Of Endurance (Parts 4, 5 & 6) – Supergrass (Canción Etérea No. 3)

Lonely Soul – UNKLE (Del anuncio del Assassins Creed, y Canción Etérea No. 4)

I Am the Resurrection - The Stone Roses (Sé que la he oído en algún otro lado, pero no puedo recordar dónde)

Bodysnatchers – Radiohead (Precio: 0.00)

The Race Is On Again - Yo La Tengo (La canción más linda de todas, pero no hallé clip)

Bookshop Casanova – The Clientele (La otra canción más linda)

Station To Station – David Bowie

Stay – David Bowie (¡MUAJAJAJAJAJA, este clip parece de Siempre en Domingo! Ya entiendo porqué a ciertas personas este ser les da ñáñaras)

Sweet Thing – David Bowie (Necesito buscar más artistas. AGHHHH! SE CORTA EL FINAL!)

The Prophet’s Song – Queen (Desenterrando al A Night At The Opera)

The Killing Moon – Echo & The Bunnymen (Dándome cuenta de que tenía rodando por allí al Ocean Rain)

Blow Out – Radiohead (Sacando al Pablo Honey de la oscuridad)

The New Pollution – Beck (Ritmo Raro No. 1)

Insistor – Tapes N’ Tapes (Ritmo Raro No. 2)

Atlas – Battles (Ritmo Raro No. 3)

¡Veinte! Comparándola con la del otro año, esta lista tiene más artistas, y sigue demostrando que soy el último en enterarme de las cosas: pocas de estas canciones son de este año (1, 9, 11, 20). Espero estar más conectado con el presente en el 2008. Otro propósito de año nuevo que seguramente no cumpliré. Feliz Navidad (y navidad).

viernes, 21 de diciembre de 2007

“Espíritu navideño”

El centro de la navidad son los regalos. Antes de que se ponga a mandar mensajes de odio y trate de rastrearme a través de mi IP para matarme, déjeme hacer una distinción. Existe la “Navidad” y la “navidad”. La Navidad con mayúscula es la fiesta religiosa cristiana, mientras que la otra navidad es la de nosotros las personas. Dicho lo anterior, trate de corregir la frase con la que empezamos: el centro de la navidad son los regalos. Inténtelo, verá que es inútil. En el fondo de su corazón, aunque disfrute la compañía de las fiestas, la algarabía de las fiestas, la comida en las fiestas y las cosas que puede recordar después de una fiesta, existe ese instinto infantil que desea despertar el día de navidad y correr al árbol a abrir los regalos que aquél hombre de barba blanca y sus duendes del Polo Norte habían fabricado. Cuando se crece, uno se da cuenta de que Santa Claus no existe, de que los duendes podrían demandarlo por tenerlos en condiciones de esclavitud y que toda la celebración es una ilusión creada por los industriales victorianos para elevar sus ventas en una época en la que no se necesitaban ni juguetes ni adornos, pero de todas maneras se mantiene esa primitiva esperanza inconsciente, de la misma manera que se siguen creando automóviles que usan gasolina, con la primitiva esperanza inconsciente de que el petróleo jamás se acabará.

Ante esta verdad incuestionable, es totalmente incomprensible que corazones insensibles deseen satisfacer las inocentes esperanzas de incautos con un inservible juego de plumas o un incómodo suéter. La idea de que el detalle es lo que cuenta es sabia en el sentido de que un regalo, por pequeño que sea, es bueno, pero en ningún momento dice que un regalo pueda ser algo que de cualquier manera se tenía que comprar. Es una cachetada con guante blanco, como regalar una batidora a una señora en el día de las madres. Mucha gente comete este error al no ocurrírsele nada para regalar. Este post no tratará de reemplazar la obviedad de preguntarle al que se le va a regalar algo lo que le gusta, puesto que esa es la mejor manera de obtener información, sino que simplemente dará unas directivas sencillas para situaciones desesperadas (mayoritariamente intercambios de regalos a personas que le son desconocidas a uno, o compras de pánico):

1.- El regalo no debe ser utilitario
La regla de oro de la navidad es la superficialidad. Los japoneses lo han entendido muy bien, y celebran esta fecha aunque su cultura es mayoritariamente budista-sintoísta. Esta regla implica que no debe tratar de comprar cosas como ropa o enseres. El regalo navideño ideal es aquel que no sirve para nada en la vida cotidiana, sino que apela a instintos más básicos como la apreciación de la belleza por el placer que esto provoca, o las fantasías más aberrantes.

2.- El regalo debe perdurar
Si el detalle es lo que cuenta, lo menos que se desea es que se olvide. Un regalo eterno, que ocupe un lugar en la casa de un amigo o familiar, será siempre un tema de conversación, y una excusa para reprochar la comida que se tome del refrigerador sin permiso.

3.- El regalo debe apelar a los instintos básicos
Ya se dijo en el punto uno, pero es importante recalcarlo: el regalo debe apelar a los instintos básicos. Recuérdelo: instintos básicos. Cosas como el ansia de superioridad, el deseo carnal y el sentimentalismo deben ser tomados en cuenta a la hora de adquirir un bien o un servicio.

Comodín: El regalo no tiene que ser caro
Este post podría parecer una exaltación al consumismo, pero no es así. La idea de que más es mejor no es la adecuada al comprar un regalo en una ocasión desesperada, en parte porque, después de todo, es navidad y uno tiene que guardar dinero para sí mismo, y en parte porque cuando se llega a la ocasión desesperada ya no se tiene mucho dinero para gastar.


Ejemplo: Si usted va a regalar algo, y tiene que escoger entre un libro, un pantalón y una caja de chocolates, serán ordenados en la siguiente forma:

Chocolates < Pantalón < Libro

Los chocolates pueden parecer lo suficientemente superfluos, puesto que hay alimentos más eficientes, mas sólo apelan al instinto primario de la alimentación, que debe satisfacerse de todas maneras. En caso de guerra nuclear, de acaparamientos o una tarde de flojera, los chocolates serán consumidos de cualquier manera, y al terminarse, se esfumarán de la faz de la tierra, y con ellos el sentimiento de agradecimiento que pudieron haber causado. Unos pantalones son mucho mejor regalo que una caja de chocolates, pues no hay nada que estimule el sentimiento de superioridad ante la tribu que un pedazo de tela nuevo, fragante y lustroso que se pueda exhibir en público, más se corre el riesgo de ser ridiculizado por aferrarse a un objeto como ese, además de que es utilitario, lo cual viola el apartado 1, además de que un pantalón no dura décadas: a lo sumo uno o dos años, antes de convertirse en un artículo desgastado que pone en vergüenza a su portador y le hace sentir un horrible sentimiento de rabia hacia el que le regaló esta prenda tan obscenamente pasada de moda. El libro es un gran regalo: fundamentalmente superfluo, apunta a los deseos de autosuperación, los más elevados de cualquier persona. Un libro no tiene que ser caro, puede durar décadas acumulando polvo para nuestro beneficio (además de que puede tener una dedicatoria, útil en discusiones que involucren reproches), y lo más importante: no tiene que ser útil. Simplemente busque uno que tenga cosas de fantasía o que haya visto en alguna lista de los más vendidos. Evite los de superación personal: no son útiles en absoluto, pero dan esa impresión. Un libro para un adulto puede convertirse en lo que es un juguete para un niño: un modo de sentirse superior ante los otros niños, que es básicamente la función de los regalos de navidad. Para el que escribe, es el mejor regalo, aparte de un juguete de verdad. Si usted tiene una idea de un mejor regalo, por favor compártala, recordando las reglas:

1.- No debe ser utilitario
2.- Debe perdurar
3.- Apela a los instintos básicos
Comodín: no tiene que ser caro.

(Se solicitan ideas pronto: todos de seguro tenemos intercambios de regalos)

martes, 18 de diciembre de 2007

"Políticamente correcto"


Ese sí es un nombre

En mi casa somos unos desconfiados paranoides. Eso nos ha mantenido con vida, sobrios y sin amigos por décadas. Tal vez por ello mi fascinación con la realidad. Descubrir la verdad, tratar de dilucidar los motivos ocultos, de no dejar pasar nada por alto, leer entre líneas, cuestionar, cuestionar y cuestionar. Llegar a las respuestas, descubrir el 42. Es una curiosidad morbosa. También es un hobby muy entretenido hacer conspiraciones de la nada, darle respuestas absurdas a la vida, aunque eso es jugar con la realidad.

La semana pasada me enteré de la existencia de este documental, “El poder de las pesadillas”. Cuenta la historia de la visión ellos vs. nosotros que tanto se ha alimentado tanto del lado de los neoconservadores de Estados Unidos como del extremismo islámico. No todo es culpa de Bush ni de Osama, después de todo. Son peones de un juego más grande: el de evitar que la civilización caiga por la libertad desmedida. Sí, ambos bandos creen que demasiada libertad corrompe, y deben evitarlo, ya sea usando la fuerza del Islam o del mito de America (sin acento, obviamente) como defensora de la democracia. Una idea avasalladora que le deje al individuo bien claro un sistema de moral y que le dé identidad y propósito, cosas que la libertad individual no puede dar. Lo increíble es que estas formas de pensar salgan de personajes obscuros que muy poca gente conoce, y que circunstancias fortuitas y desafortunadas en sus vidas refuercen aún más sus convicciones. Lo que me pareció más interesante de toda esta trama no es el entramado de mentiras y temores infundados que se han ido tejiendo desde los sesentas, porque ya estamos acostumbrados a ver conspiraciones donde sea, sino la idea de que el individuo es demasiado pequeño, y de que una élite deba conducir a las masas. De verdad me impactó que haya gente que crea ese tipo de cosas aún. Los “iluminados” son los tipos más nefastos de personas (si lo sabré yo, que estoy escribiendo esto). Y algo más interesante aún, que no es necesario que una persona predique a multitudes. Basta llegar a las personas correctas. Un grupito es capaz de trastocar la historia completamente. De hecho basta sólo con una, y un instante. Una noche lluviosa, una migraña espantosa, o fijar la vista en un papelito tirado en la calle, pueden desencadenar acontecimientos maravillosos o desastrosos. Yo por eso apunto todo lo que se me ocurre, no vaya a ser que le parezca coherente a alguien correcto… Si los quieren ver, y decirme lo orate de mis conclusiones, aquí están los links:

El poder de las pesadillas I
El poder de las pesadillas II
El poder de las pesadillas III


Y los nombres: Sayyid Qutb (del lado de allá) y Leo Strauss (del lado de acá).

jueves, 6 de diciembre de 2007

Se supone que un blog es para desahogarse (está implícito)

En este momento estoy oyendo Station to Station, al raro y decadente Thin White Duke, en mi iPod nuevo, que está lleno de música varia y espectacular, y que he atinado en llamar… Thin White Duke. Les hablo desde el cómodo y bello momento que está entre haber terminado un trabajo y empezar otro. Acabo de leer en esa pantallita de dos pulgadas “El Hombre en el Castillo”, y pues, eso es todo. ¿O no? Pues no. Me siento un arribista hablando de David Bowie y Phillip K. Dick. A veces me pregunto porqué no me gusta mejor Nightwish y Anne Rice, o mejor aún, Intocable y Dan Brown, o todavía mejor, Panda y Carlos Trejo. Me siento arribista porque creo en mi pequeña y estúpida mente que soy inclasificable, lo cual es falso. Habemos muchos que nos gustan esas cosas, la música retro-elegante y los libros con tramas sobre la naturaleza de la realidad. Se llaman pretenciosos o snobs. O simplemente, si de verdad te gustan esas cosas… pues no sé, porque de verdad me gusta el rock-funk-algomas de Station To Station, y de verdad me gustó leer sobre un mundo en el que los nazis ganaron. Es sólo que no tengo nadie con quien hablar de estas cosas. Malditos vampiros: engatuzaron a la juventud con sus poderes de dominación mental. Son mas cool que un oficinista japonés buscando el significado de la vida en un talismán, y salen en más películas. Maldito emo-punk: Es más chido cortarse las venas con galletas Marías y andar gritando en dos minutos que meterse en una atmósfera tristona poquito a poquito. Esas son cosas que a los jóvenes del siglo XXI les aburren: tardan mucho en cargar. Y ya ni modo, voy a tener que lidiar con ellos. A ver, ¿alguien tiene una copia de Entrevista con el Vampiro que me preste? Yo les presto una de Dune.

(Perdón por estos balbuceos sin sentido. En el próximo, otras cosas que son mas coherentes, y menos elitistas. Y los dejo oyendo Stay)

viernes, 30 de noviembre de 2007

All work and no play makes ME a dull boy

¡Mira, tengo un blog! En estas semanas se han juntado muchos, muchos trabajos de la escuela, y como buen estudiante, he tenido que cumplir con cada uno de ellos. Pero el ir y venir, el estar trabajando y viviendo en horarios desfasados (de cinco de la tarde a una de la mañana) y la sensación de irrealidad que sigue a una noche de mal sueño me han dado material para pensar, sobre todo en el futuro. Porque en el futuro, cuando deje el entorno artificial de la escuela y me encuentre inserto en la realidad, en realidad, no lo extrañaré. No sé porqué los que terminan sus estudios se sientan tan tristes: Ya no van a tener que rendir cuentas a muchos jefes, y por consiguiente, no van a tener que dividirse para hacer muchas tareas. El trabajo, aunque sea una cosa sin sentido, deja dinero y con ello independencia. No puedo contar aquí lo que haría con ambas cosas, sería largo y aterrador. ¿Los amigos? En este mundo de relaciones casuales, los amigos son intercambiables. Por lo menos para mí, que no soy un inadaptado o sociópata, pero sí una especie de comodín que anda de allí para allá. A lo mejor soy yo el desechable… (Nota para mí: que la emoda no te venza).

Al dejar la escuela se deja atrás la falta de orden, que es endémica del sistema educativo mexicano, y que se manifiesta en profes “sorpresa” (porque no sabes si van a ir o no) o el uso de “guías de estudio”. Aparte, no te tienes que preocupar por aprender definiciones palabra por palabra, aunque en los propedéuticos de McConalds te lavan el cerebro pero no importa, porque no tienes que repetirla en un examen, creo. Además, la rutina de trabajo - casa – duermo – trabajo puede ser muy benéfica: las cosas del trabajo se pueden quedar allá y no vienen a casa contigo. Creo que conmigo no aplica porque voy a ser programador, pero para ustedes que van a tener un empleo normal no hay problema. Quizá esta falta de espíritu universitario se deba a que tengo mucho trabajo, a que fui educado y me eduqué para vivir en el frío mundo de los adultos, o a que simplemente me gusta estar encajonado en una rutina, pero por ahora, es mi pensar. A lo mejor en navidad se me quita, o le doy uso al color negro de este blog y empiezo a postear sobre Fall Out Boy y la tristeza infinita… Espero que no. Ya lo hice una vez y todavía tengo secuelas.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Master, Master!

Me gusta decir que puedo oír lo que sea, pero a la hora de los hechos, cuando oigo metal o cualquiera de sus n variantes, digo “pinche grupo, puros gritos y guitarrazos, aquí parecen rudos pero en el fondo le tienen envidia a Belanova”. O cuando un otaku empieza a poner j-pop: “Méndigas ardillitas, lo bien que no se desgañitan, pero van a quedar como el de Jaguares”. Y ni quiero mencionar los ruidos “gangsta” que son acompañados por rimas incoherentes y obscenas que ni se esfuerzan por parecer rudas, simplemente soeces. No tengo palabras para eso, a lo mejor “estrubujuástico”. No me refiero al pop normal porque ese no levanta tantas pasiones como estas tres familias. No sé porqué son tan populares. Me gustaría saber en qué momento se perdió el rumbo. Yo le echo la culpa a los 80’s, pero eso es harina de otro post. De lo que trata éste es de mi intento por encajar en el esquema musical. Debí empezar por algún lado y dentro de mi discoteca interior, el mini DJ que programa la tornamesa de mi neocórtex como que se siente más afín con el metal. Y de mi exploración, así como resultado preliminar, puedo decirles un par de cosas:

“Master Of Puppets” me da risa. Sí. Así como lo están leyendo. Risa. Cuando oigo ese “Master, Master”, me carcajeo, y no sé porqué, porque no debería. Creo que la escribieron como un acto de adoración al demonio o una apología de la dominación o algo así, no como un chiste. Y la parte del principio se me hace que la usaron en el Doom. Por lo demás, si pones un disco así con Gears Of War, como que se disfrutan más ambas cosas.



No la pude conseguir con Gears, pero es en vivo, así que debe ser mejor

“Through the Fire and Flames” puede causar amputaciones de dedos por sobreexposición al Guitar Hero, pero bien pudo haber formado parte del Punp It Up. Es cosa mía también, pero cuando oigo una canción de power metal pienso en animes con vampiros o guerreros ultrapoderosos, o ya de plano en Dragon Ball, y esta cancioncita en especial no hace sino afianzar esa imagen mental, porque usa menos que otras esa guitarra de fondo tan grave, ruidosa y rápida que hace que el metal me desagrade.



Creo que alguien allá afuera piensa igual que yo

Aunque no es metal, tengo que decir esto también. Yo pensaba que Guns N’ Roses era más rudo. No me puedo imaginar a esa banda tocando November Rain. Simplemente no puedo, y sin embargo, así fue. Es un grupo muy inofensivo: ese mono del Use Your Ilussion es sacado de una pintura de Rafael. Y yo que creía que era una viejita contorsionándose de dolor o un bailarín irlandés.



November Reeeeiiiinnnn! (chiste privado)

**

Si, me gusta el metal. Pero no en el sentido de “que chido solo”, o “¿qué tono de negro debo usar hoy?”. En ejemplo práctico, es como si comprara un disco de Mago de Oz no por las letras paganas o los sonidos de juglar, sino para tratar de contar todas las figuritas que tiene la portada. No me agrada que toda la atención se la lleven las guitarras, o más concretamente, los dedos de los guitarristas. Hay más instrumentos buenos y que hacen cosas padres y sonidos. Aparte de que se pueden hacer mezclas entre ellos, no necesariamente se tiene que grabar “en vivo”. Pero mejor ya no agrego más, de por sí si algún metalero lee esto ya tengo de qué preocuparme, así que mejor lo dejamos hasta aquí.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Music - Yonqui

Los music-yonquis siempre andan buscando cosas nuevas. Yo por ejemplo, encontré un grupo japonés ¡que no es j-pop! Obviamente lo tengo que probar, no se ven cosas así a diario. Y menos si se llama "Acid Mothers Temple & The Melting Paraiso U.F.O". Por lo pronto, me dispondré a oir una composición de cuarenta minutos de rock psicodélico. Pero ese no es el tema. Ahora fue una banda a la escuela. Una banda de viento, sinaloense, con tarola, tuba y toda la cosa. Y lo primero que se ocurrió pedir fue Sweet Child O-Mine. Es un chiste personal: a cada grupo/cantante/idiota musical que me encuentro le pido el mismo set de canciones, a saber: Sweet Child O-Mine, Welcome To The Jungle, November Rain y Free Bird. Me gusta fantasear con Belanova tocando canciones de Metallica o viceversa. O Tatiana doom-metal. Y aunque la petición suena estúpida, si se piensa bien, no es tan difícil:

- Una trompeta hace las veces de Slash
- La tarola es un símil de la batería
- Un clarinete es tan chillón como la voz de cantante de Axl Rose.

Así que no les sorprenda que la encarnación de Guns N' Roses en la Novena Dimensión sea algo así:

GunsBanda


GUNS N' ROSES
"North - Korea Revolution"

***

Para quitarles la horrible visión de Julio Preciado haciéndole segunda a Axl Rose o a Bon Jovi portando una medallita de Valentín Elizalde, les dejo un pedazo de un grupo que ya ha aparecido en este blog: The Beta Band. Esto es "Simple". Disfrútenlo mientras puedan por que YouTube ha estado sensible con los derechos de autor últimamente. (Los que ya vieron el video o se la saben, pues ni modo, tendrán que vivir con el temor por lo menos cinco minutos).


martes, 6 de noviembre de 2007

Al diablo con Disney (I)


Como lo prometí en el anterior: trabajos finales = puras tonterías.

Yo nunca vi el Rey León cuando era niño. No fui cuando estaba en el cine, ni la vi cuando salió en video. Ni falta que me hizo. Cuando por fin pude romper con ese ciclo kármico (porque pienso que en una vida anterior fui una persona desobligada que ahora tiene que vivir toda reprimida si quiere limpiar su alma) y me senté a verla, me aburrí. Y no me sorprende. De hecho, la encuentro brutal y chocante desde un punto de vista ideológico.

El Serengeti vive una monarquía teocrática regida por el miedo, miedo a ser comido por Mufasa y el resto de la familia real. Nos pintan la existencia del príncipe Simba como una llena de lujos y comodidad. Su mismo nacimiento fue un ritual de culto al poder reinante. Rafiki es el símbolo de la religión de estado, delirante y anacrónica, que justifica al status quo, y llena la cabeza de la camada real con ínfulas de superioridad. Zazú bien puede ser la personificación del poder aplastante de un Estado que todo lo ve y todo lo sabe: él es un pájaro que vuela por toda la sabana, y es una extensión de la vista del rey. Sus ojos y oídos pueden escrutar en los secretos más íntimos de la población subyugada por el clan de los leones, una de tantas castas en las que está dividida la sociedad, de las que no pueden salir. Aquellos que han elegido vivir fuera de esta estructura asfixiante son exiliados, sobreviviendo con los alimentos que nadie se atreve a comer. El mismo Simba tuvo que resistir esa frugal existencia cuando su padre fue asesinado a traición por su propio hermano, justo frente a sus ojos de cachorro, y sus derechos de sucesión fueron violados. Pero ni todas las enseñanzas que recibió sobre la vida sencilla bastaron para borrar de su mente su adoctrinamiento de niño: él había nacido para ser rey. El "espíritu" de su padre en persona se lo dijo. No le quedó más que volver a reclamar su lugar, y matar a su tío. Y como ya dijimos, la filosofía de Timón y Pumba no fue suficiente para abrirle los ojos, y una vez sorteado el único obstáculo que tenía, consuma su "destino" y perpetúa el ciclo de dominación establecido desde tiempo inmemorial, o "ciclo de la vida", como lo llama esta repugnante obra de propaganda. Lo más horrible es que fue diseñada para los niños. ¿Son estos los ejemplos que queremos darles? ¿Queremos que crean que su existencia carece de sentido si no se apegan a lo que la superestructura de la sociedad les ha deparado? ¿Que un estado de cosas opresivo es justificable sólo porque así ha sido siempre, y por lo tanto así debe de seguir? ¿Que la tiranía es el mejor gobierno? ¿Que el más fuerte, y no el más inteligente o hábil debe dominar, y que debemos aceptar aliarnos seres de esa calaña, déspotas y plutócratas, únicamente por tener algunos privilegios o prestigio? De verdad, compañeros, no me gustaría vivir en Oceanía, pero tal parece que al gran capital le interesa la implantación de gobiernos fascistas en el mundo, y se vale de instrumentos muy poderosos, en este caso el cine. Sabe dónde atacar: las mentes impresionables de los niños (y de la gente con esa edad mental: ¿cómo puede un adulto lamentar la muerte de un rey-dios?) que gustosos aceptan el lavado de cerebro a cambio de satisfacer su curiosidad natural. Los conceptos enmascarados entre musicales e imágenes fastuosas de animales y paisajes quedan allí, en su subconsciente, y son la semilla de lo que en la vida adulta será en lo que crean y confíen. Y no sólo implantan en su psique este tipo de sucedáneos de ideas políticas, sino que aprovechan para dar arquetipos "morales" y actitudes "deseables". En las próximos días y semanas, si no somos víctimas de la censura o de desaparición forzada, presentaremos argumentos que prueban esta teoría y mostraremos el verdadero rostro de estas piezas que llamamos "entretenimiento".

Queda de ustedes

Un ciudadano preocupado

viernes, 2 de noviembre de 2007

¡Ánimo!

Navegando por el Internet me encontré con una página llena de posters motivacionales. Lamentablemente estaban todos en inglés. Pero usando Paint.Net (gracias a Gustavo por el tip) y mis limitados conocimientos del idioma de Shakespeare me aventaré a traducir algunos, y los más abstractos de plano van a ser adaptaciones o reinvenciones. Espero que no me vaya a caer la ley… Bueno, aquí los primeros:




Espero algún día tener la inspiración para hacer alguno, después de todo lo único que se necesita es una foto, un pensamiento x y unos minutos en el Paint o un asistente de esos tan comunes en la Web 2.0. Si saben de trabajos de éstos en español, díganme. Y perdonen por no haber hecho el tipo de post que este blog acostumbra presentar, pero ya tengo que ir haciendo el trabajo final, ese que se tiene que hacer en tres meses pero que se inicia quince días antes de la fecha de entrega. Lo bueno es que es programación y (ya) no tengo que investigar, y ustedes ganan, porque como no tengo tiempo para hacer reflexiones filosóficas sobre la naturaleza de la realidad, tengo que llenar espacio con estupideces como ésta.

domingo, 28 de octubre de 2007

Una historia como tantas

Barry era un tipo con talento. Incluso había estudiado arte, aún cuando la sola idea de estudiar cómo ser artista suene extraña después de pensarla detenidamente. En fin, estando en la escuela, un día debió darse cuenta de que estaría mejor teniendo “un trabajo de verdad”, así que consiguió empleo como programador (que en el pasado era un trabajo de verdad, considerando que tenías que saber obligatoriamente el funcionamiento electrónico de la máquina a programar). Allí conoció a su amigo Peter, que siguió justo el camino contrario: se hartó de estar atado a un trabajo formal y decidió ser artista. Probó suerte en el mundillo de la música, y tuvo éxito: escribió las letras de un gran disco. A aquella maravilla le faltaba una portada, y Meter fue a buscar a Barry al nido de conformismo asfixiante en el que había decidido quedarse. Inspirado por aquella música, Barry pintó una imagen poderosa, desbordante de vitalidad, y al mismo tiempo melancólica. Aquel retrato de un hombre atrapado en el sinsentido de la modernidad, y de un anciano regente de una tierra atrapada en el tiempo y el ensueño fueron su obra maestra, y a la postre la única, puesto que su autor moriría poco después. Afortunadamente todavía podemos echarles una mirada:

21st Century Schizoid Man


The Crimson King

Alguno ya habrá reconocido la primera imagen: la portada de “In The Court Of The Crimson King”, de King Crimson. Es uno de mis discos favoritos, y ahora que sé la historia detrás de estas imágenes me agrada más, por ser la clásica del genio que se pierde cuando apenas está dando muestras de su potencial, pero también un triste ejemplo de una mala decisión de carrera. Y eso es justamente lo que he estado pensando en esta tediosa semana. Todos estos días, en los que cinco afortunados de mi salón disfrutaron de unas vacaciones fueron a un congreso, la clase se sintió semivacía (somos como 18), y como aparte de eso no hicimos absolutamente nada, la licenciatura en sistemas computacionales dejó ver todo su sinsentido, por lo menos a mis ojos. Así de aburrido estaba. Uno siempre vive en el presente: el futuro no ha llegado y el pasado ya se fue, pero como dice Andrew Ryan, nuestras decisiones nos hacen a nosotros. Y si soy producto de mis decisiones, ¿quién me asegura que soy el mejor “yo” que puede haber? Mr. Ryan seguramente me cachetearía y me diría: “piensa mejor en quién puedes ser”. Así que todavía puedo elegir, en teoría. Por suerte para mi existencia actual, para cuando lean estas líneas todo habrá vuelto a la normalidad en la escuela (de hecho, este es el último fin de semana tranquilo que tendré: empieza el fin del trimestre), y además estoy demasiado acostumbrado a las líneas de código para abandonarlas sólo por un desvarío existencial pasajero. Eso digo hoy…

Más de Barry (en inglés). Háganse un favor y pongan este disco en su estéreo/PC/reproductor MP3. Sus oídos se los agradecerán.

viernes, 26 de octubre de 2007

Viaje a Frikilandia (II)

En este foro de de libre expresión, tenemos hoy el honor de contar con la presencia del prestigiado filósofo Rufus Lepzdermann. Su teoría del neonaturalismo hace una profunda crítica a la civilización humana en general y al capitalismo en particular, en base a un enfoque ultrarracional, llamado por sus practicantes “pesimismo positivo” o “filosofía de las causas”. Esta manera de pensar ha tenido gran aceptación y prestigio en Flaigrod a lo largo de su historia revolucionaria.

Después de oír la experiencia de un buen amigo mío en ese antro de enajenación llamado Expo Cosplay no puedo sino sentir aún más desprecio por este sistema de cosas actual. A pesar de que trata de matizar su jornada del sábado con humor y nostalgia, entiendo perfectamente de lo que se trata todo esto: el lucro a costa de la enajenación. Antes que nada, no quiero decir que el todo el trabajo de los creadores japoneses persiga ese fin. En el mundo del capital es común que los artistas tengan que ceder a ciertas presiones para que su obra pueda exhibirse. De hecho, algunos ni siquiera hacen esto y se dedican a crear sin concesiones, siendo esas obras ejemplos magníficos de un modo de ver el mundo totalmente diferente al del mundo occidental. Empero, la gran mayoría de los productos salidos de esas salas de animación y restiradores son basura mental, y con tristeza soy testigo de la rentabilidad de producirla.

Un “otaku” es básicamente un coleccionista. Dedica la mayor parte de su tiempo libre en adquirir bienes materiales a cualquier costo: desde recuerdos como llaveros o calcomanías hasta costosas figuras o colecciones completas de discos. Su status frente a los demás compañeros de afición se basa en la cantidad de cosas que posea. Si no tiene muchos recursos económicos tratará de entrar al círculo de los que sí adquiriendo un conocimiento exhaustivo en la materia, rayando en lo enciclopédico. Éste lo obtiene bien leyendo sobre el tema, a través de amigos o adquiriendo reproducciones “ilegales”.
El hecho de adquirir prestigio a través de cosas materiales es una constante de las sociedades de consumo, tanto más en este ámbito social, y es deleznable. Además de que el esfuerzo de conocer de memoria los pormenores de una serie famosa que posiblemente haya sido alargada por las presiones de inversionistas no se traduce en un mejoramiento de la persona, y sólo responde a un deseo de no quedarse atrás en la carrera del progreso. Un sentimiento mecánico, por absurdo y contradictorio que parezca.

En el otaku se da un fenómeno que se repite a lo largo y ancho de la civilización: la destrucción del espíritu humano por complacer a una estructura mercantilista. En los primeros tiempos del libre mercado, los comerciantes se conformaban con lucrar con productos. En estos tiempos se comercia con ideas, se intercambian sensaciones y en cualquier esquina se puede adquirir un sucedáneo de “alma”. El mundo organizado se ha encargado de separar a las personas y de quitarles la capacidad de reflexión para inocular en ellas sustitutos artificiales, acordes a sus intereses, y claro, con un precio. Los otakus son diferentes a otras personas sólo en que fueron capaces de encontrar un lugar al cual pertenecer a través de estas creaciones traídas de Oriente. Llenaron parte de su vacío mental (hay que aceptarlo, todos nosotros tenemos una capacidad mental que necesitamos usar, no sólo porque es útil, es nuestra naturaleza) con historias de héroes legendarios, escenarios post-apocalípticos y galimatías tipográficos. Son parte de la misma audiencia pasiva de siempre, aunque algo más “sofisticada” y “exótica”, adjetivos que bien pueden explicar el éxito de esta corriente de consumo. Los casos de enajenación extrema (como los “cosplayers”) que tanto divierten al vulgo que gusta del espectáculo sensacionalista son fáciles de explicar cuando se toma en cuenta de que este estilo de vida es una creación artificial. Evidentemente son resultado de la extrema debilidad psíquica de personas atrapadas sin remedio en esta espiral de capitalismo voraz. Son los desechos de la sociedad basada en el materialismo: la persona convertida en un objeto, el triunfo de la mercadotecnia. Son ejemplos de lo que puede aguardarnos en un futuro: la humanidad como una masa informe de seres solitarios unidos sólo por símbolos y relaciones comerciales, que necesitarán ruidos estridentes o una luz brillante para evitar la muerte cerebral.

“Me disculpo por las últimas líneas”, me dijo Rufus terminó de hablar. Dijo haber pasado una semana demasiado aletargada mentalmente: “Creo que he pasado demasiado tiempo en América”.

“¿Un consejo algo más aterrizado?” pregunté.

“No todo lo bueno del mundo viene de Japón, ni todo lo que viene de Japón es bueno. Nunca comería pez globo, por ejemplo”.

lunes, 22 de octubre de 2007

Viaje a Frikilandia - I (?)

Cola Cosplay

Por ahora, la única foto que puedo mostrar: la cola para entrar

Hubo un tiempo en el que casi me convierto en otaku. Mis mejores amigos de la prepa lo son o lo fueron. De los varios Messenger-amigos que tenía, sólo mantengo contacto con uno que conocí en un foro de anime. Compraba mangas, cometía la indecencia de empezar los libritos esos por atrás. Me agradaba el galimatías de leer de derecha a izquierda. La única cosa que he comprado en Internet y llegó fueron los primeros cinco volúmenes de Neon Genesis Evangelion. También le entré a Dragon Quest por la nostalgia. Leía esa ofensa al diseño editorial llamada Conexión Manga. Tuve mi propio set de figuras de Heroclix, por Dios. Iba que volaba para ser uno de ellos. Un friki, un otaku, un nerd total. Pero algo pasó. Súbitamente, todo eso dejó de interesarme. Los monitos los vendí. Los mangas los regalé. Los capítulos los arrumbé. Sólo me quedé con los amigos. Todavía no logro desentrañar el enigma de este cambio. A lo mejor fue que para mi mente con déficit de atención le resultan más interesantes los videojuegos que los animes pasivos. Tal vez fue un acto para sentirme superior. O simplemente me aburrí de las historias que no iban a ningún lado o que se acababan antes de comenzar, de las bromas que se repetían una y otra vez, del j-pop y el metal (que para esa subespecie son de ley), de la abrumadora cantidad de cosas que tenía que ver y comprar sólo para seguirles el paso a los verdaderos freaks. Tal vez crecí. Pero a pesar de que renuncié a la posibilidad de pertenecer de una vez por todas a una denominación adolescente, a veces me gusta hacer un recorrido por ese mundillo que rechacé y pensar en lo que no fue, ya que después de todo, todavía les manejo un poquito del argot. Por ejemplo, lo del sábado pasado.

Por estos lares, desde hace cuatro años, vienen celebrándose expos de cosplayers, que logran juntar en un solo sitio a toda la otakés de Mazatlán, sobre todo para presenciar la pasarela del cosplay, que son como la crema y nata de la frikada. Fui con la intención de aprovisionarme de fotos y hacer un superpost sobre el absurdo y la enajenación, sobre como esta masa de gente sin nada mejor que hacer va a este tipo de eventos con el fin de aprovisionarse de mercancía y encontrarse con aquellos que comparten el anime – manga como interés y Japón en general como fetiche (solo los clavados), pero, después de pedirle con toda la cortesía del mundo a un cosplayer si me regalaba una foto y que éste no sólo aceptara, sino que pone su mejor pose, me di cuenta que simplemente no podía. Mis amigos me dijeron que era porque estaba allí entre ellos, y en ese momento no podía, pero después (por ejemplo hoy), cuando saliera de ese nido de ñoñéz, le encontraría el WTF al asunto y me inspiraría. Pero es hora de que eso no pasa. El otaku que enterré dentro de mí, que yace roto y desperdigado en mil pedazos, pero sobre todo mi sentido de empatía, me lo impiden. El Pepe Grillo que me habla al oído y me dice que queme las cosas también me aclara que ellos también son personas, personas que disfrutan lo que hacen de una forma que jamás podré comprender, partícipes de un sentimiento de grupo que nunca podré experimentar, tan fuerte que es capaz de hacer sentir raro a alguien completamente normal. Y todavía sigo en shock por lo que me dijo mi tía cuando vio las fotos de todos los disfrazados y maquillados: “Hubieras ido vestido tú también” Si mi tía ve con buenos ojos algo, no debe ser algo tan malo.

Por suerte para ustedes, que buscan reírse un rato con las fotos del Supremo Kaiosama y el cast de Naruto, habrá oportunidad de ello. Bueno, en realidad no, porque prometí a una amiga que no iba a subirlas, y entendí que debía aplicar el mismo criterio para todos. Además, Mazatlán es un lugar pequeño, y aunque es costumbre añeja que solo las mismas tres personas lean mis desvaríos, basta una sola voz que denuncie un ultraje hacia tan sano pasatiempo como para que me sea imposible volver a poner un pie en un lugar público, so pena de ser considerado la escoria de la escoria: un friki troll. El problema es que siento quiero y odio a la vez al anime y por extensión a todo lo que se relacione con él. Siento cariño por aquella parte de mi vida, mas me alegro de no haber caído en el pozo del ser otaku. Este fue el post del cariño. El filósofo flaidgrodiano ultra-reaccionario Rufus Lepzdermann se encargará del odio, y es por eso que dejo el tema por hoy. Si quieren de verdad oír lo que tiene que decir, sólo háganlo saber. Si no, pues no hay problema: El camarada Lepzdermann hará su aparición triunfal en otra ocasión, y les pasaré un link a Flickr con todas las fotos. Por su atención gracias.

jueves, 18 de octubre de 2007

Guess Who?

El lunes iba caminando tranquilamente por el malecón rumbo a la escuela, mirando hacia el frente como todos los días, pensando en lo que había soñado como cada vez que puedo recordarlo. Cuando estaba a medio camino, un extraño que estaba quitándole el rocío a su auto empieza a hablarme. Yo no lo reconozco, y de hecho ni entiendo sus palabras, así que sigo caminando. Pero el extraño sigue tratando de hacer conversación:

- ¡Hey, ven! – dice el tipo agitando un paño blanco - ¿A dónde vas? ¿A dónde vas? ¡Hey!
- ¿Qué? ¿Qué? – digo con un gesto estilo “habla más fuerte” + “qué raro” + “ya deja de estar jorobando”, cuando alcanzo a entender lo que dice – A la escuela.

Estaba cerca de retirarme del área en la que podía escucharlo, pero entonces me dice: “¡Ven!” con un tono que malinterpreto como “ocupo ayuda”, y pues como Mazatlán es una ciudad turística me presto a auxiliar al visitante. Sigue el siguiente diálogo:

- ¿Qué onda? – dice el extraño.
- Hola – respondo algo extrañado, pues me saluda como si me conociera de toda la vida.
- ¿Vamos a dar una vuelta? – En este momento, miré fijamente a este ser. Sus ojos me decían que me conocía, o que quería que lo creyera. O simplemente que me sintiera en confianza. A ver: un auto rojo, con música alta, un extraño y este extraño parpadeo rojo junto con el congelamiento de la escena me hizo saber que estaba en un caso de peligro estilo Chabelo, y como él me enseñó en mi niñez, tenía que alejarme y contárselo a un adulto.
- No, es que voy a la escuela – digo tratando de controlarme.
- Ándale, vamos a dar la vuelta y luego a la escuela.
Obviamente algo andaba mal, no se necesita ser muy inteligente para descubrirlo. En ese momento me interesaba un comino sus motivos para meterme a su auto. Sólo me interesaba salir de allí.
- No, es que ya está cerca.
- Ándale, vamos.
- No, es que tengo que ir… (cacofonías) – Hago maniobras evasivas mientras el tipo se queda cerca en donde está, con el pañuelo en la mano. Luego me largo de allí con el mismo paso con el que llegué, miro hacia atrás, y el extraño se me queda viendo un segundo para después seguir tallando su auto.

Seguí mi camino tratando de encontrar explicación a este incidente. ¿Quién era el extraño? ¿Sería un trasnochado del domingo que se había quedado muy arriba, volando en el séptimo cielo y queriendo seguir la fiesta, increpó al primero que pasó? ¿Un asesino serial en busca de víctimas no muy astuto, tal vez en su primer killing spree, o un secuestrador exprés que creía que tenía dinero? ¿Un gay que me vio cara de open mind, tal vez también en su primer killing spree? ¿Una fantasía delirante provocada por la oscuridad de la madrugada y mis ganas de dormir? ¿O simplemente una persona que me vio en la calle, me conoció de algún lado y quería departir un rato, actualizarse y luego despedirse? Tuve en la punta de la lengua decirle “Es que no te conozco”, y pedirle que me refrescara la memoria, pero lo consideré peligroso, porque al preguntarle eso a una persona que va a secuestrarte o matarte, al verse ante la posibilidad de perder el elemento sorpresa, dejaría de ser tan gentil, y simplemente te encañonaría y te echaría en su asiento trasero. A mi favor tenía los corredores de madrugada y que ya era de día, pero decidí no arriesgarme. Aparte, empezó a hablarme después de que pasó una patrulla…

En todo caso, he seguido pasando por allí toda la semana y no lo he vuelto a ver, lo cual es buena señal, o mala, porque podría seguir asechándome, siguiéndome en su auto rojo, escondiéndose entre los estudiantes, interviniendo el teléfono y hurgando en mi basura. Si dejo de postear en mucho tiempo sin dar una explicación o sin despedirme, entonces habré desaparecido de este mundo, y seguro él tendrá la culpa. Entonces sabré que tuve razón en pensar mal. Pero no ha pasado nada, y me pregunto si no le hice una grosería a un amigo. Todo su semblante me decía que me conocía, o por lo menos, que intentaba crearme confianza, ya lo dije. El misterio del extraño del auto rojo me perseguirá por el resto de mi vida. Tal vez tengo una segunda oportunidad, o un amigo menos. Eso nunca lo sabré.

lunes, 15 de octubre de 2007

Blog Action Day

Vives aquí. Así que cuídala.


Con motivo del Blog Action Day, los bloggers interesados en participar tienen que postear algo sobre el tema que se haya elegido para el año. Esta ocasión es el calentamiento global.

Acabo de postear algo sobre el documental de Al Gore, y no sé qué mas poner sobre el ambiente. Ya todo mundo debe saber de que los glaciares se derriten irremediablemente, de que Alaska se está degradando por la misma razón (hielo derretido, pero bajo la tierra), que los ciclos de lluvia y sequía se alteran cada día más, en fin, que el mundo se va a ir al orto. Pero, ¿saben qué?, yo no quiero que el mar suba seis metros al desaparecer el hielo se Groenlandia por culpa de gente que se queda atrapada en el tráfico con sus autos destartalados y chupadores de gasolina. Vivo en la costa y eso significaría que casi toda mi ciudad quedaría bajo las aguas. Sería una vista espectacular desde la lomita donde está mi casa, pero tal vez no podría salir de allí si me quedara a vivir, así que tendría que irme. Y yo no quiero irme (aún). También deben saber que los bosques se reducen cada vez más para dar paso a la agricultura, a la urbanización, o por incendios. Sin árboles no hay papel, y no quiero recorrer los caminos en busca de papel de baño en un mundo a la Mad Max, pero sin gasolina. No quiero cometer asesinato por tener el ano limpio. Mucho menos comer papilla nutritiva proveniente de cualquier hierba del campo o darle a la necrofagia (con el cambio climático es probable que ocurra una crisis alimentaria dado que va a ser más difícil cultivar, por la escasez de terrenos aptos). No quiero mirar con envidia al granjero que tiene un triste molino de viento para bombear agua de un pozo, ni matar por agua. Es cuestión de comodidad. Estoy demasiado acostumbrado a ella, y por eso uno debe aceptar que se deben hacer sacrificios para tenerla en el futuro, como por ejemplo juntar todas las cajas de cartón y llevarlas a reciclar o darles un uso en lugar de tirarlas a la basura. Si, sé que me veré estúpido cargando un montón de hojas de cartón por la calle pero quiero ese molino de viento, o ese papel de baño. ¿O para qué voy a usar el carro o el camión para ir a lugares que puedo alcanzar con mis propios pasos? Esos momentos son los que dan ideas más fructíferas para alguien que tiene un blog. Sobre todo si tiene que escribir por encargo.





sábado, 13 de octubre de 2007

ESPECTACULAR

1.- Dilema moral



En estos momentos estoy escuchando el nuevo disco de Radiohead, “In Rainbows”, que bajé de manera 100% legal al registrarme en la página oficial y pagar lo que quise: 0 libras esterlinas. Eso me deja con un conflicto en mi pequeña cabeza. La premisa era pagar lo que se te diera la gana, casi como diciendo “lo que guste cooperar”, para bajar el disco, no importaba si fuera un peso o doscientos, porque de todas maneras lo ibas a tener. Yo fui muy feliz cuando leí esto, pero obviamente, para hacer una transacción de esa naturaleza necesitas un plástico y cuenta en el banco, o sea, tarjeta de crédito. Al no tener, pues le puse 0 y me salté ese paso, y como lo prometieron, en este momento estoy oyendo el disco. Pero aún sin tener nada que temer, porque poner 0 se valía, me siento culpable, y lo único que va a poder lavarla va a ser comprar el disco cuando llegue en forma física a las tiendas. Si eso era lo que querían hacer, tuvieron éxito. Radiohead es mi 2° grupo favorito, y mi deber como fan es ese. Ahora, ¿por qué mejor no compro uno de los que me faltan para la colección? El disco es bueno, pero no es el mejor del mundo. Suena como si quisieran volver a tocar como un grupo “normal”, pero sin dejar de lado todo lo que han aprendido, y eso lo vuelve agradable, pero yo quiero algo ESPECTACULAR. ¿Qué más quería por un disco “gratis”? Consíganse Bodysnatchers y Jigsaw Falling Into Place.

2.- Cine incómodo

Soy un indeciso, y por eso cuando es momento de aprovechar el martes de a $15 del Blockbuster me tomo mi tiempo para escoger. El otro martes fue ESPECTACULAR, pero me tardé media hora en decidir. Esta vez me tardé menos, y por eso no quedé del todo satisfecho. Me decidí por Borat y La Verdad Incómoda (conocida como la película de Al Gore). Borat está muy chistosa, en especial la parte del rodeo en la que este ser dice apoyar la guerra de Irak y que espera que Bush beba la sangre de cada iraquí. También es una historia sobre un sueño: el de Borat de casarse con miss Pamela Anderson, y en última instancia, de hacer de Kazajstán un mejor país. Y qué mejor ejemplo de cómo vencer al oscurantismo que los EU y A. (“We are christians now!”).



La de la verdad incómoda… bueno, como nerd que soy, estoy siempre dispuesto a ver un documental. Me aburrió un poco por el hecho de que la mayor parte de la película es Al Gore dando su presentación sobre el calentamiento global, y la idea de un político comprometido con una buena causa me resulta incomprensible, pero parecía que creía en sus palabras, y que te hablaba con la verdad. Increíble que no haya ganado la presidencia de los States. Pero lo importante no es eso, sino que allá en Gringolandia un señor en el que los gringos confían les esté hablando de cosas del ambiente y de responsabilidad política, allá donde más contaminan, consumen y se dopan con mil series de televisión. El balance de las dos películas es bueno, pero no ESPECTACULAR. Si se quedan con ganas de más comedias “raras”, busquen a Dr. Strangelove, y si quieren ver más sobre el mundo capitalista que destruye todo lo que se pone a su paso, La Corporación. Por cierto, Al Gore acaba de ganar el premio Nobel de la paz.



3.- Se busca…



Restauración, película de época de 1995, no muy conocida. Si alguien la ha visto en forma física y tangible en algún lugar, favor de dejar un mensaje aquí. Esto con el fin de que mi hermano deje de molestarme con el asunto. Verán, la película es para él, bueno, para su maestra, y parece ser que no hay en DVD. Si alguien la encuentra y quiere hacer un trato con un servidor, tal vez me gane el Orange Box para 360, y él un punto para su calificación. La imagen es la portada de un DVD región uno, así que todavía tengo esperanzas.

lunes, 8 de octubre de 2007

Reportándome + En el 2062 Pt. 4 = indeterminado

¡Yo también hice algo el fin de semana! Bueno, en realidad no. De hecho, cuando salí a la tienda por la leche anoche, me di cuenta de que había pasado cuarenta y ocho horas encerrado en la casa. Dos días enteros en los que no salí por ningún motivo, ni a comprar unas papas. Puede parecer horrible (lo es), pero sucedió sin querer. Simplemente, cuando mi hermano salía, nada más le decía que me trajera algo, mientras seguía sentado frente a esta misma pantalla en la que estoy viendo aparecer estas palabras. Mas que nada, tuve una probadita de lo que es vivir siendo un hikikomori. Mi casita es tan pequeña que bien podría ser un solo cuarto, y soy un primogénito varón que se ve abrumado por la presión de la vida moderna, e incluso estoy reciclando mis pantalones de la prepa y con eso de que todas mis camisas para ir a la escuela son blancas parezco un clon barato de Shinji de Evangelion, pero miope, y ser un personaje de anime es el sueño de todo otaku ¿o no? Pero esos son parásitos. Me agradaría más ser un superhacker, haciendo programas (después de todo eso estudio, y eso me pasé haciendo el sábado), cobrando en cuentas secretas, comprando en internet con ese mismo dinero, haciendo gala del CTRL + V para dejar mensajes ofensivos en un panel de mensajes, incapaz de distinguir entre la mañana de la media tarde, y el atardecer de la noche.

***

Pero estas son cosas aburridas. Ahora lo que verdaderamente importa: el futuro. La única “sección” de la que puede presumir este blog es la de las predicciones al 2062, y hace mucho que no se veían. Hasta hoy. Démosle un aplauso a Criswell y a su buen tino.

En el 2062 (Pt. 4)




“Saludos, amigo. Todos estamos interesados en el futuro, porque es allí donde usted y yo vamos a pasar el resto de nuestras vidas.”

Cierto, Criswell. El futuro, ah, si pudiéramos verlo. Pero que digo, si PODEMOS VERLO. No por nada tomé su curso, oh, maestro de lo desconocido e inexplicable. Es un honor tenerlo aquí. ¿Alguna cosa antes de empezar? Recuerde que el tiempo – médium es muy caro, y la llamada sale como si fuera a una estación a la Antártida.

“Y recuerde, que sucesos futuros como estos pueden afectarlo en el futuro”.

Em… bueno, comenzemos.



Soylent Green Is People:
Algunas materias primas del futuro




Ummm… girls

El derroche de recursos naturales durante el siglo XX y lo que va del XXI es lo que en última instancia convertirá este mundo en una sopa de anhídrido carbónico y plástico achicharrado. ¿Sabías que se usan 356 árboles para producir un cuaderno de cien hojas? ¿Y 567 para una caja de lápices? Ni hablemos del triste caso del tiburón, que sólo se captura por las aletas, tirándose al mar doscientos kilos de carne, suficientes para alimentar a toda la población de Somalia por dos segundos (porque a pesar de todo existen casi dieciocho millones de somalíes, y no creo que 0.01 gramos les alcancen para mucho). Simplemente, no hay mucho mercado para la carne de tiburón ni los árboles, y por eso se rematan.

Ahora está de moda el fin del petróleo. Como sabrán, el petróleo se va a terminar más temprano que tarde. ¿Qué va a pasar entonces, si la gasolina que respiramos y el plástico que consumimos día a día provienen de él? No todo está perdido, consumidor, algunos audaces y visionarios dentro y fuera de las empresas trabajan en soluciones eficientes y seguras para el ambiente:

En el 2062, los niños de países pobres serán mucho más baratos que el poco plástico fósil e incluso que la cerámica que ellos producen. De hecho, el hueso de un niño es altamente dúctil y resistente, además de ligero. Su composición orgánica proporciona un ambiente fresco para el equipo electrónico, tan indispensable en los días post-calentamiento global. Elegantes aparatos y muebles en “protomarfil” serán lo más chic, además de altamente redituables para la industria que los producirán. Partidarios de los derechos humanos, no se preocupen: las técnicas de clonación serán tan avanzadas que será innecesario cometer los horribles genocidios que seguramente ya habrán imaginado. Los clones vivirán en semicautividad, sin caer en la estúpida idea de darles cultura y lenguaje únicamente para hacerlos conscientes de su inevitable final, como en La Isla. En lugar de ello, tendrán una vida donde podrán dar rienda suelta a sus instintos y bestialidad, dando lugar a una existencia que muchos hippies envidiarían. ¿Y las computadoras? Los chips son de silicio, que está prácticamente en todas partes, así que estamos a salvo.


Aunque con clones iguales, puede haber inconvenientes


Con la mayoría de las fuentes de alimento ancestrales desaparecidas o incultivables, se pondrán de moda los alimentos sintéticos, reciclados, diseñados y/o submarinos. Los alimentos sintéticos son por lo general pastas y caldos nutritivos creados en grandes masa para la gente demasiado pobre para comprar reciclados, y demasiado humana para las granjas de protomarfil. Su consistencia pastosa y sabor dulzón los convierte en papilla para adultos, en su mayor parte compuesta por azúcares y almidones bacterianos de fácil absorción. Claro que para los que les suene insultante, pueden comer alimentos reciclados, siendo básicamente basura orgánica de procesos industriales o fluidos corporales depurados. Las empresas ya nos están entrenando: la mayoría de los productos con fibra parecen ser aserrín prensado con sabor avena.


Compre una galleta Quaker y niéguelo. O vea esta imagen.


Los alimentos diseñados son más difíciles de conseguir. Se cultivan en invernaderos en la superficie terrestre, siendo en su mayoría legumbres pequeñas, frutas y mamíferos pequeños. Su target mercadológico son las personas que viven en los pisos altos de los edificios, lo suficiente para poder ver la luz del sol sobre las nubes de hidrógeno y presumir de ello, y de que comen cosas que estuvieron vivas alguna vez. Los alimentos submarinos son lo más exclusivo. Después de casi cien años de propuestas archivadas por los grandes empresarios terrestres, colonias submarinas comienzan a poblar los mares y fosas abisales, convirtiendo en la explotación de algas marinas, moluscos y peces en el negocio de alimentos más redituable que existe. Una hamburguesa de carne de kelp es cotizada en la superficie en veinte dólares, y los moluscos son tan apreciados en Japón que el gobierno de dicho país defiende con su ejército las estaciones marinas.


Sabe peor de lo que se ve, pero es comestible.


El mundo del futuro está lleno de máquinas que son activadas mediante formas de energía de lo más diverso: Los autos se mueven con hidrógeno sucio y biodiesel. Las casas se calientan con electricidad proveniente del único lugar que recibe energía solar todo el año: la megacelda fotovoltaica del Sahara (Dicho sea de paso: hecha de silicio, hecha de arena), una estructura creada en el único periodo de paz que hubo inmediatamente de las guerras del óleo. Las estaciones submarinas funcionan con energía geotérmica y química. Pero hay cosas que no cambian. Cada seis meses, los sibaritas hedonistas de Occidente mandan hacer veinte millones de tarjetas de crédito, solamente para distinguirse de las personas que tienen que usar un omnichip para todas sus operaciones. Pues bien, ya que China se volvió una superpotencia y utiliza todos sus obreros para satisfacer a sus propios sibaritas hedonistas, y que en ciertos países la energía humana es más barata que la eléctrica, las tarjetas son esculpidas a mano. Sí, a mano. Fuera de los países ricos, toda la tecnología volvió a ser manual, únicamente usándose la electricidad para cosas muy prioritarias, como mantenimiento de hospitales o alumbrado navideño. Impresoras de espectaculares con cadenas tiradas por burros, drives de tarjetas perforadas y reglas de cálculo son la onda. Lo bueno es que ellos disfrutan algo que los capitalistas no pueden en sus contaminados entornos: La luz del sol.



Estampa típica de Los Ángeles a las 4:00 PM, horario de verano.

FIN

***

Ahora, algo de música del futuro, para animar a los colonos submarinos: “Pyramid Song”, de Radiohead, aunque no creo que esta marcha fúnebre sea muy adecuada para ambientar a los aventureros que se van a sumergir mil o más metros para cosechar las algas de las élites, pero ayer estaba pensando que le va muy bien a BioShock, así que pónganle play y duerman. Criswell los guarde.


miércoles, 3 de octubre de 2007

Coincidencias



Película No. 1: Las Vidas De Los Otros


Ayer vi “Las vidas de los otros”. Si tienen buena memoria, recordarán que en los Óscares pasados ganó otra película y no El Laberinto del Fauno. Bien, esta es “esa” otra película. Obviamente me agradó por el tema: un espía de la STASI, la policía secreta de la República Democrática Alemana, o Alemania del Este (comunistas) se compenetra con sus espiados, y la película se convierte en una Lista De Schindler en muy chiquito. Me agradó la Berlín sombría de la Guerra Fría, la sensación del poder aplastante del aparato del Estado que casi se puede tocar, los archivos inmensos, la paranoia, el color gris - café, en fin, que tal pareciera que los socialistas hubieran querido que todo se volviera como una gran máquina – archivero. Es tan parecido a mi idea de lo que Flaigrod debe ser (hasta hablan alemán y usan puros aparatos analógicas y electromecánicas), que me da miedo darme cuenta de que fue real. Prácticas surreales como guardar pruebas de olor de cada interrogado, o inventariar las máquinas de escribir a fin de identificar a los autores de textos subversivos por el tipo de letra, o simplemente la privación del sueño eran usadas por el bien de la dictadura del proletariado. Claro que esto es una película. En verdad fue peor. ¿Se merecía el Oscar? Sí.




Película No. 2: Ed Wood

¿Y qué tiene que ver esto con las coincidencias? Dije que Flaigrod bien podría ser Alemania Oriental. Pues bien, un día como hoy, pero hace un año, este blog empezó. En 1990, este mismo día, el Flaigrod de verdad, Alemania Oriental, dejó de existir, al unirse con la otra Alemania para formar, bueno, Alemania. Ni mandado a hacer. Me acabo de enterar. ¿Querrá decir algo? A lo mejor que es inútil escribir sobre algo muerto antes de empezar. O quizás es una oportunidad, pues debe haber muchísimo material para inspirarse. Sí, eso debe ser. Uno nunca debe darse por vencido, como Ed Wood, cuya historia vi hoy en la película de Tim Burton. Los que tengan impulsos creativos y se sientan frustrados, deberían conocer su historia: un tipo que hacía pura basura, pero que nunca se dio por vencido. La película también está muy chistosa. Espero ver algún día Plan 9 From Outer Space, su obra maestra. Aunque está en Google Video, no puedo verla porque mi compu sigue mal y no se oye nada. Algún día será. Por si se animan:



Lea el anuncio y haga clic.

Para que no digan que los mando a la brava, unos pedacitos:


jueves, 27 de septiembre de 2007

Videogame Article



(Espero que no me demanden los de Something Awful. Oh, lo escriben separado. Suerte que escribo en engrish)

Estos últimos días se han puesto de moda los videojuegos. Halo 3 sale en todas partes, y los niños y gamers abusados saben que la temporada del año en la que salen más y mejores juegos acaba de comenzar, por lo que rompen sus alcancías o los bolsillos de sus padres. A pesar de todo, habemos algunos que nos tenemos que rascar con nuestras propias uñas para conseguir dinero y seguirles el paso a ustedes, nerds hedonistas, n00bs sin corazón y Nintendo-Fans recalcitrantes, por lo que tenemos que escoger con mucho cuidado lo que adquirimos (si los Soviets de Flaigrod estuvieran leyendo esto ya me hubieran ejecutado por traidor, antirrevolucionario, revisionista y capitalista). Por ejemplo, desde hace año y medio decidí que iba a conseguir el BioShock. Juego que terminé el viernes pasado. Es una lástima que el final dure veinte segundos, pero importa un comino si te la pasaste bien las otras quince horas ¿o no? Cosas del destino, el malo de la historia tiene el mismo nombre que un actor de los cincuentas, que por cierto, también sacó un disco. Su nombre es Frank Fontaine, y es un verdadero maldito (era, porque está muerto, y me refiero por supuesto al villano de BioShock, no al actor, que por cierto, ya murió).



Clic en la imagen para llegar al paraíso de los horrores

Por otro lado, el martes compré (mas bien le fui a comprar a mi hermano, que es uno de esos hedonistas sin sentido, maldito) el mentado Halo 3. La caja metálica de la edición de colección raya los discos, y pueden venir sueltos, por si están interesados. Nada más es cuestión de no abandonar la tienda sin abrirlo ante los ojos del encargado. Algo que no hice, por lo que ya no puedo reclamar. En fin, a mi hermano no le importó, al cabo que luego se compra otro. Y mientras él sube de nivel en Xbox Live, yo intento acabar la historia en Heroico (el equivalente de Halo al nivel difícil) ¡Ya voy en la segunda, y no está taaaan difícil! Si, me atoré en una base como meda hora porque no vi un rifle de largo alcance que estaba un poco más atrás y que me hubiera servido para limpiar el terreno, pero creí que iba a tardar más. Ahora bien, mi nivel me aconseja no arriesgarme a probarlo en Legendario (el equivalente de Halo al séptimo círculo del infierno).

Lasciate ogni speranza, voi ch'intrate.

Mientras BioShock es en esencia un ejercicio de cómo narrar una historia y una tesis de diseño, Halo es de matar como puedas, y a quien quieras gracias al multijugador. Lo bueno es que BioShock se juega bien también, pero está más fácil. Y Halo 3 es Halo 2 pero en divertido (el 2 me aburrió), así que decidirse entre uno y otro es… BioShoooock! Porque a los nerds les debe gustar la ciencia ficción bien hecha y deben acostumbrarse a filosofar, no solo conformarse con los deathmatchs. Aunque a decir verdad, las ideas de Andrew Ryan (el fundador de Rapture, y por ende, de BioShock) son políticamente incorrectas, por decir lo menos. Pero tan siquiera te ponen a pensar. Y eso es algo que pocos videojuegos pueden decir.


Ejemplo de idea no perversa: policía especial anti-pederastas

Pero si de todas formas se piensan comprar el Halo 3, que es seguramente lo que harán, no importa, es un buen juego también. Si quieren una reta abundante en palabras obscenas, muertes por escopeta e incomprensión hacia los novatos, mándele una invitación a Wittenbergman. Mi hermano con gusto los atenderá, porque es el que se dedica al Xbox Live. Yo los observaré o si ya estoy asqueado de verlo jugando, me iré a leer al sillón el libro del mes en turno. El de este mes se titula Armas, Gérmenes y Acero, de Jared Diamond. Truco para leer muchos libros rápido: escojan libros de divulgación científica o de historia. ¿Ven que no soy sólo un gamer cualquiera? (Pretensión Total: +9. ¡Subes de nivel!)

domingo, 23 de septiembre de 2007

Music To Drill Oil Wells


Detrás del horizonte, más allá de estas dunas, debe estar reinando el caos. Eso quiero creer. Aquí, en el equipo de exploración No. 7, sólo hay un vago sentimiento de apatía. Aunque este es el primer yacimiento que encontramos en treinta semanas (¿algo así como seis meses?) no estamos emocionados. Somos como los camellos que nos trajeron hasta aquí. Hasta estoy masticando el chicle como ellos. No hay mucho que hacer aparte de revisar las máquinas y pensar. Ya ni siquiera platicamos entre nosotros, tal vez porque el trabajo nos absorbe. Es una buena forma de evitar pensar. ¿Pero qué diablos estoy haciendo? Mejor vuelvo a revisar las válvulas.

El camión daba buena sombra, pero era hora de trabajar. Rick salió de entre las llantas, arrastrándose en la arena, retirando las manos en cuanto sintió el calor del mediodía. Era más seguro estar al sol de todas maneras. Jenny murió cuando un escorpión salió a cazar en el fresco y confundió su dedo con un gusano, así que pocos se arriesgaban a entrar al “cuarto”. Entre la oscuridad que provocaron sus párpados al cerrarse por la luz, oyó a Junior reír como demente, cosa que sucedía por lo general cuando algo se estropeaba, así que corrió a donde estaba. Lo encontró agachado frente al único jeep que quedaba.
- ¡Alguien olvidó revisarlo ayer! – decía Junior entre carcajadas - ¿Recuerdas cuando pasamos por ese helicóptero caído? ¡Pues una maldita varilla se le encajó en el tanque y se le salió todo el diesel!
- ¿Puedes arreglarlo?
- Claro, pero será un regalo para el Padre Desierto. Esa era la última carga de diesel para este jeep.
- Bueno, ya ni modo. De todas formas lo íbamos a dejar. Quítale todo lo que pueda servir y deja de asustarme.
- ¿Porqué lo dices? ¿Por mi sentido del humor? Oye, cuando uno ya no se puede reir, se muere y ya. Y yo no quiero quedarme en este lugar a que me coman los buitres. ¡Eso déjaselo al jeep! – dicho esto, Junior empezó a desmontar el vehículo, trabajo que le tomaría todo el día.
Desperdiciar cincuenta litros de diesel de esa manera era más grave que ser tragado por arenas movedizas. Desde el último año, todo el combustible sin utilizar debía ser devuelto a la cisterna de la compañía. De todas maneras, el “diesel” no era más que plástico quemado y derretido, pero era valioso. Literalmente, eso era dinero escurriéndose entre los dedos. Rick recordó el helicóptero. En lugar de simplemente pasar y recordar la fantasmal visión que era el esqueleto de la nave, él y Junior bajaron en busca de material electrónico o cualquier cosa. Hace algún tiempo, el “nec-rec” sólo lo hacían los desesperados. Ahora cualquiera lo hacía e incluso se había convertido en una actividad primordial. Los cazadores – recolectores de la antigüedad iban en busca de semillas y frutas. Los de ahora buscaban baterías o cualquier cosa que pareciera biomasa, material combustible o nutricional. Increíblemente, el dinero todavía servía. Claro que un litro de leche costaba una fortuna, pero se tenía la creencia de que la escasez era momentánea, o en el peor de los casos, temporal. Cuánta fe. Si la gente supiera de los meses sin encontrar un solo pozo, de los camellos, de Jenny, de que hasta el director general de la compañía tenía un par de sirvientes que hacían nec-rec por él, tal vez se darían cuenta de que las brigadas de exploración eran más rituales que cualquier otra cosa. Un día descubrió a un par de obreros oliendo los tanques que habían contenido alguna vez gasolina. Ninguno se atrevió a tocarlos. Cuando les preguntó porqué lo hacían, descubrió que esa sola experiencia había sido la razón por la que habían venido. Aunque había que decirlo, trabajaban bien.
Ellos prácticamente llevaban con el peso de todo el trabajo pesado. Poseídos cuando se les dijo que era un pozo muy probable, no pararon de trabajar. Hacia las 17:37, la perforadora llegó a una profundidad de setecientos cuarenta y nueve metros (siete, número afortunado). Un chorro de lodo salió por el tubo, y luego el petróleo. Rick dejó que los obreros disfrutaran del hedor del crudo un momento. Cuando vio que Cheng se saboreaba la boca y le mostraba una sonrisa negra, supo que era hora de cerrar la válvula. Junior se secó una lágrima, y puso a trabajar la protorefinería.
- Lástima que jeep No. Último no esté con nosotros. Le hubiera encantado un poco de diesel. Fuiste muy desconsiderado, Rick.
- Yo no tuve la culpa. Y deberías conectar el tocadiscos, ahora que podemos darnos el lujo.

***

No quedó muy coherente, ni largo, ni espectacular, pero es algo. Fue lo que se iba ocurriendo así que no me digan nada. Por cierto, si se fijan en la fotito de la parte superior, es un bonito disco extraño. Los discos raros vuelven a Flaigrod, con todo su diseño raro, sus nombres increíbles y su extraña habilidad inspiradora. Quería convertir esto en sección, pero por una cosa u otra no pude concretar. Ahora esperen verlos más seguido, al igual que más posts!

viernes, 21 de septiembre de 2007

Primer examen parcial

Toda mi vida gira en torno a la escuela. Nueve de cada diez ideas para este blog salen platicando con mis amigos del salón. Tengo que organizarme para flojear lo necesario, más no demasiado. Nunca he trabajado. Las únicas figuras de autoridad que conozco son las de la casa (que en mi caso es toda mi familia), y las de la escuela. Por eso cuando un desbarajuste surge en el campus, es obvio que todo mi sistema se descarrile. Este es el primer mes, y todo lo que he hecho se me hace sin sentido y vacío. Pero no puedo decir que no he aprendido nada:

* Van a hacer una serie de conferencias. Todo lo que sé es que serán de “corte ambientalista”. No sé si van a dar una clase de programación ecológica, o a partir de ahora todo el código lo vamos a tener que hacer a mano, pero de esto puedo aprender que toda la rebeldía punk fue y es innecesaria, y toda la represión fue inútil. En realidad, los hippies ganaron. Ahora todo mundo habla de los problemas de la madre tierra, todo mundo sabe una o dos cosas de new age, y a todo mundo le gustan los Beatles (o deberían de). A los hippies se les recuerda con una sonrisa; en cambio a los punks y similares se les tacha de delincuentes (aunque ahora, sus primos emos sientan pena cuando rompen un plato). El punk es estridente, repetitivo y repetitivo. A los que les gusta tarde o temprano lo dejan a favor del metal u otros sucedáneos. Eso sin contar que los punks originales se volvieron la generación X. Ahora, lo de moda son los geeks tecnológicos. Son respetados hasta cierto punto, los jóvenes ven sus poderes y creaciones con asombro, y las utilizan cotidianamente. ¿A quién le importa la izquierda o la derecha si de todos modos estamos avanzando hacia “el futuro”? Métanselo en la cabeza: los nerds heredarán la Tierra.



Un adelanto del nerdfuturo. Esto es Shanghai.

* Un vendedor común vende lo que la gente necesita. Un truhán vende lo que la gente no necesita. Un experto en mercadotecnia puede hacer que la gente deseé lo que ni siquiera conocía. El objetivo de la mercadotecnia es crear necesidades. Creo que me equivoqué de carrera, porque es como la psicología combinada con avaricia, y tengo facultades para ambas. Por ejemplo: una buena forma de atraer clientes es la beneficencia, y que la gente se entere. Allí está el Teletón, el redondeo, y Microsoft, que vende software a estudiantes a precios ínfimos, con el obvio propósito de capturar audiencia y futuros desarrolladores. Aunque me queda la duda de que si vender un Windows original a $30 es un acto desinteresado de altruismo o un precio justo por todos los problemas que te causará.


Una vez más, los nerds heredarán la Tierra.

¿Video de hoy? Un amigo me recomendó Black Capricorn Day, de Jamiroquai. Aquí está:



Sin embargo, ese no es el video que quiero que vean. En ese mismo disco, la primera canción se llama Canned Heat. Ya la había oído antes:



Los nerds heredarán la Tierra!

Ah, y el proyecto... el domingo sin falta!