Our Motto:

We yell because we don't care

jueves, 28 de diciembre de 2006

Playlist del 2006

Entre toda la música que me he conseguido este año, estas son de las canciones que más me han gustado, o que tan siquiera suenan mejor:

Sin ningún orden en particular

1. The Beta Band - Wonderful

2. The Beta Band - B + A

3. Kinky - I say hey (¡Mexicanos!)

4. My Morning Jacket - Dondante

5. Gorillaz - Don't Get Lost In Heaven

6. Gorillaz - Demon Days (Estas dos deben escucharse en ese orden)

7. Belle & Sebastian - The State I Am In

8. Belle & Sebastian - Seeing Other People

9. David Bowie – “Heroes”

10. Franz Ferdinand - Auf Achse

11. George Harrison - Out of the Blue

12. Mogwai - Mogwai Fear Satan

13. Muse - Knights Of Cydonia

14. Muse - Hysteria

15. Wilco - At Least That's What You Said

16. Wilco - I Am Trying To Break Your Heart

17. Wilco - Jesus, Etc.

18. The Killers - Jenny Was A Friend Of Mine (¿Cómo llegó esto aquí?)

19. Television - Marquee Moon

20. Radiohead - There There. (The Boney King Of Nowhere.)

21. Mojave 3 - Mercy (Esta y la de Kinky son apenas de hace unos días)


Luego pongo más, que al fin y al cabo tengo que saber con cuales canciones me voy a quedar. Y ahora, ¡La película de MySpace!


miércoles, 20 de diciembre de 2006

Falto de inspiración








¡Muajaja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...! Suficiente








Es difícil encontrar inspiración. La idea se siente en la mente, una cosa molesta, una picazón que no puede rascarse, confusión exasperante. Allí estoy, buscando palabras en el aire, levantando la vista, rastreando las huellas difusas de aquel protagonista, una anécdota salida de un momento de iluminación. Yo no se pescar, y casi siempre regreso a casa con las manos vacías. Pero el hambre es insaciable. Frente a mí, la máquina de escribir me muestra sus dientes brillantes, enseñándolos en muestra de burla.

Sí, búrlate si quieres, pero ¿quién sino yo te alimento cada vez que puedo? Ella, sin embargo, no entiende razones. Es una amante voraz, siempre tiene apetito. En la tarde cuando hace más calor, la oigo. Son ruidos de su estómago mecánico. Siento su mirada pesada en mi nuca. Es extraño, por que no tiene ojos. La ignoro, y me voy. Alguien tiene que traer el pan a esta casa.
Una noche, pensé en alimentarla con un simple diario. Toqué las teclas, pero no respondían. Sólo salían incoherencias, vaguedades y naderías. La golpeé en mi frustración por no encontrar las palabras. ¡Es tan difícil! Si pudiera, me sacaría con mis propias manos la mente y te la daría, hoja vacía. O tiraría mi alma por la ventana con tal de no volver a sentir esta inquietud. Mis manos son de carne, y no pueden responder a la velocidad de mis pensamientos. En el océano interior de la conciencia se esconde ese sutil sentimiento, hermano del sueño y de la locura, llamado idea. ¡Entiéndeme por favor, es imposible encontrarla! Yo, yo ya no puedo más.

- Te entiendo.

Sólo alcancé a oír esas palabras, antes de que mi abominable compañera, esa máquina de escribir, que tan bienintencionadamente me regaló un amigo, atrapara mis dedos. El dolor era insoportable. Mi sangre se derramó por todo el escritorio. El suave papel en el que escribiría la poesía de las eras, ahora servía de gasa. Lo último que ví fue mi dedo meñique entre la "L" y la "Ñ", siendo tragado por aquella convenenciera. Estaba satisfecha, por ahora.

jueves, 7 de diciembre de 2006

Una de películas - Awakenings, Children Of Men





El terror puede estar donde sea.









Como muchas otras películas, me tocó ver ésta en la televisión. No se qué tanto esté editada, ni me enfado por que haya estado doblada por las voces de Canal 5 que todo mundo conoce. La verdad no importa. Para mí, eso ya es normal. Lo que vengo a contar aquí no es ese mensaje de vivir la vida a cada instante que es el argumento central de la película, sino el horror que me causó. No puedo describirlo de otra manera. Se supone que unos pacientes de un hospital quedaron en estado catatónico por una variedad muy rara de encefalitis. Un médico descubre un tratamiento que puede ayudar, y lo hace. De repente, los pacientes despiertan. Pero el efecto se va desvaneciendo poco a poco, los pacientes necesitan dosis cada vez más grandes… y al final, todo vuelve a como estaba antes. Esta es una de las pocas, poquísimas películas en las que me he quedado absorto, no tanto como picado con la película., sino impactado, impactado de verdad. Las contorsiones de Robert De Niro, todo lleno de tics por el tratamiento, el miedo de los pacientes, el autocuestionamiento del doctor (Robin Williams) que hasta se arrepiente y se lamenta de lo que hizo, todo eso es apabullante. No la podría volver a ver. Es demasiado para mí. Para mí, esta es la forma más perfecta de terror, y asusta de verdad. ¿The Ring, Saw, Scream? Por favor. Regalen esta película a alguien que odien, para que se asusten de verdad. Funcionará si esa persona es hipocondriaca – asustadiza – pensativa como un servidor. Y para rematar el cuadro, esta enfermedad está provocada por una bacteria muy común, de esas que provocan el dolor de garganta (ver aquí).

Hablando de películas pesimistas, aquí queda el tráiler de Children of Men, de Alfonso Cuarón. ¿Por qué no estrenan esta película en mi ciudad YA? De seguro va a durar en cartelera una semana como la de La Caida o Gracias por fumar.


Éste es el mismo corto, doblado al castellano. Le da un aire de videojuego a todo el asunto, pero está bien para los que no saben (ejem, sabemos, ejem) inglés.



miércoles, 6 de diciembre de 2006

La suerte no existe





“Dios no juega a los dados”: Porque hablar de dios en un blog siempre le da categoría, y con una cita de Einstein, mucho mejor.





Hace un tiempo que puse una entrada sobre lo extraño que se sentía estar en la universidad con mentalidad de estudiante de secundaria. Pues bien, para mí, por fin se acabó la preparatoria. Ayer hice un examen maratónico de contabilidad (perdí la noción del tiempo, creo que fueron cuatro horas y media, aunque no estoy muy seguro). Hasta el momento en el que la maestra pasaba lista a los exentos, no perdí la fe de que sería uno de ellos. No fue así. Aunque no estuvo tan mal. Mañana me dan los resultados y si todo sale bien, habré aprobado la materia satisfactoriamente, o a secas, ya no importa. El hecho no tiene nada de especial, sino lo que implica: las acciones tienen consecuencias. Una pregunta que no contesté en un parcial, haber olvidado anotar un número en una cuenta, fue suficiente para tenerme allí encerrado. Obviamente, yo no lo sabía. Obviamente pensaba que iba a salir de ésta en el último momento, que no me iba a tocar. Y no pasó nada. Sigo aquí, escribiendo, pero adentrándome ahora sí de lleno en la idea de que ya no estoy chiquito. Perdonen si le doy mucha importancia a este asunto pero en una vida de nerd, donde casi no te pasan cosas interesantes, hay que encontrar la sabiduría donde sea, aunque en realidad, no sólo los nerds tendríamos que.

jueves, 30 de noviembre de 2006

Vida nocturna


La Tierra de noche. Tal vez sea lo más cerca que esté de ver cómo es el mundo nocturno, así que la comparto.

Si tus sueños son simples, no hay nadie que te impida conseguirlos. Qué error. Normalmente, las moralejas de los Simpson son acertadas o por lo menos bien planteadas. Esta vez, Marge se equivocó, por lo menos hoy.

Verán, siempre he deseado salir de noche. Llegar a la casa tarde. Caminar por las calles vacías de una ciudad que duerme. Literalmente. Uno puede jugar soccer en una avenida principal a las dos de la mañana (no es que me guste el soccer, simplemente, la idea me parece interesante). El frío de la noche es muy peculiar. Está cargado de rocío. Acá en el puerto no se ven esas coladeras de las que sale vapor, pero sí se siente la brisa marina. A veces hago un viaje fuera de mi cuerpo, a través de la mente, tratando de imaginar el mundo nocturno. No es que no lo conozca, pues he estado en él en algunas ocasiones; es sólo que no puedo salir tarde, y eso no me gusta.

No pienso beber, ni hacer escándalo, nada más deseo estar en compañía de unos amigos, salir a caminar, y no sé, tal vez hacer sonar un timbre desconocido. Estoy consciente de que es un anhelo pequeño, pero créanme, para mí es realmente difícil conseguirlo. Así que la próxima vez que vayan a salir a cualquier parte, acuérdense de todos los que nos quedamos encerrados. Y cuando lleguen con su gente, salúdenlos de mi parte.

***

Ahora que veo la foto de aquí arriba, veo que hay grandes agujeros negros entre los países luminosos. Supongo que no hay mucho que decir sobre eso, por que seguramente ya se ha dicho todo (no es cierto: Muy pronto, “La historia del mundo, según sus mapas”, ya verán…). Mientras, me gustaría tener un teleport para viajar a aquellos lugares de oscuridad, y no tanto por que quiera hacer misiones humanitarias o por que desee que un vampiro me haga especial (para eso están las misiones humanitarias), sino para verme por un momento en un lugar en el que nadie ha puesto un pié. Creo que estar en un lugar así, descubrirlo, puede ser una gozada increíble. Incluso, puede sentirse como caminar por una banqueta desolada, a la medianoche, viendo las cortinas de los negocios cerradas, y encontrar algo que te haga voltear la mirada. Así se han de sentir los descubrimientos.

Una máquina del tiempo ultrarrápida también estaría bien. Así se podría ver hacia atrás, el momento en el que el mundo no tenía más luz en la noche que la de la luna y las estrellas, y sobre su superficie se oían los sonidos silvestres. Pero esas ya son cosas para otro tema, así que mientras, dejo unas imágenes nocturnas aún mejores tomadas de aquí


lunes, 27 de noviembre de 2006

A la manera de Animal Planet : El Ser Individual (II)




"La sospecha crea confianza"

Hoy me dieron ganas de poner esta imagen. Por que sí.




Segunda parte de esta forzada meditación sobre la nueva especie humana.

***

Es obvio que las relaciones basadas en estas apariencias de oropel y sueños comprados son más que nada de placer. El “tu vive tu vida y déjame vivir la mía” que es el slogan del ser individual, inevitablemente lleva al desastre. Una pareja conseguida de esa forma no puede durar mucho tiempo. Se acaba el encanto inicial, y se pasa a una fase de separación, que en ocasiones se da tan rápido como se comienza, como en esas tan famosas “relaciones de una noche”, que se olvidan al paso de las semanas, empujadas por el aluvión de las nuevas experiencias.

El ser individual, al basar su existencia en la novedad y la forma, tiene muy poca memoria. La historia tiene tanto valor como una bolsa de frituras. Lo que haya pasado antes de su llegada al mundo lo tiene sin cuidado, por que ya pasó. Sólo es motivo de reconocimiento cuando se convierte en una película o miniserie de época. Así, todos aprendemos la suprema buena voluntad de Norteamérica, y lo buenos que son los espías británicos. La historia del presente se circunscribe a los que caigan en el pequeño polo de interés del que la esté viendo. Porque este ser es profundamente visual. No lee, sólo ve. La impresión de una imagen o un testimonio puede mover fácilmente su corazón, deseoso de encontrar un motivo por el cual hacerlo. Eso explica la increíble generosidad que se da en casos de desastre. La corta memoria explica el olvido que acompaña a esa generosidad.

Pero, ¿y qué se puede decir del individualismo en sí? Es una doctrina extraña centrar el universo en el yo, uno mismo, el ser egocéntrico a cuyo alrededor gira el mundo y orbitan las personas. El sol se pone únicamente hasta que cierro los ojos y duermo. Al amanecer, yo lo despierto, no él a mí. Entonces, Dios, dime, ¿por qué todo lo malo me pasa a mí?

La espiritualidad perdida por los continuos ataques de la vida moderna tiene que remplazarse. Ya dijimos que el ser individual tiene un vacío dentro de él. Este vacío no es sólo por la soledad, sino por la carencia de un soporte espiritual. El sol sale y se pone a nuestra voluntad, nos repetimos, pero en el fondo sabemos que no es cierto. En ese caso, tenemos que buscar a alguien o algo que nos lo confirme, o al menos, que nos muestre un camino, “el” camino. Pero este camino tiene que ser atractivo y sencillo. Puede estar en un libro de superación personal, las revelaciones de un lama tibetano, un telepredicador o dentro de una secta de dudosa calidad moral. Por lo general, las personas más vacías son las que pueden moldearse de una manera más sencilla. Sin saberlo, el ser individual pierde aquello que mejor lo identificaba (su yo) y lo reemplaza por un sentimiento monolítico de comunión. Es común ver a este tipo de seres, espectros de lo que fueron alguna vez, paseando como seres puros e iluminados. A veces nos entristece, pero si ellos están bien, y no le hacen daño a nadie, no importa ¿no?

Es aquí donde se debe hacer un alto. Quizá el meollo del asunto esté en esa cómoda postura de tolerancia indiferente que se ha convertido en materia de uso común (¿o moda? Si es así, ojalá pase pronto). Es muy bueno que se quiera dar su espacio a las personas, que se desee vivir en una atmósfera de respeto y buena voluntad. Pero esto es también contraproducente. La libertad y la tolerancia mal entendidas pueden convertirse en un factor de división, de olvido mutuo. ¿Cada quién debe vivir como un fantasma en la memoria de los demás? ¿Una sombra que se vio pasar una vez? Este mundo fantasmagórico, de existencias supuestas y presentidas, mas no comprobadas, ¿acaso resulta agradable y acogedor? En este mundo donde la vida de los demás importa cada vez menos, la idea del vecindario de la humanidad resulta correcta pues ese es el destino último del ser individual: pasar su vida ensimismado en su castillo, apenas rozando la vida de otros, asomándose tímidamente tras las cortinas.

***

¿Estoy loco o sólo no doy rienda suelta a mis ideas muy seguido? No importa. Este es un desahogo, entre clase de contabilidad y trabajos de contabilidad.

sábado, 25 de noviembre de 2006

A la manera de Animal Planet : El Ser Individual (I)

Este es un "ensayo" que tuve que hacer para una clase de redacción. Como no he escrito en semanas, he aquí algo para llenar este vacío. Espero que los dos lectores que tengo lleguen hasta el final. Y sí, es un post con truco, nada más estoy pegando algo que ya tengo guardado, pero, who cares?

***

Una vez leí en un National Geographic una frase muy peculiar con motivo de la globalización: “Espero que la humanidad no se convierta en un vecindario antes de que en una hermandad”. Entonces no comprendí el sentido de esa extraña oración. Ahora, varios años después, veo con temor que corro en riesgo de convertirme en un vecino más de esta colonia universal. Encerrados en nuestros acogedores capullos urbanos, rodeados de placeres que hace apenas un siglo eran inimaginables, y unidos al mundo por cordones umbilicales de naturaleza electrónica, el avance de la tecnología ha hecho posible que podamos empezar a prescindir unos de otros, alejándonos, pero no hay que temer, puesto que es por nuestro bien: tu vive tu vida y déjame vivir la mía, después de todo, sólo es una. Así, en el siglo XXI, la especie denominada “ser individual” hace su triunfal aparición como un pariente cercano del homo sapiens sapiens.

El ser individual siempre tiene un escozor dentro de él, un vacío que es normal, puesto que el humano es gregario por naturaleza. Busca la compañía de otros. Así que cada día salimos a la calle con la esperanza de encontrar a alguien con quien platicar. El ser individual, sin embargo, no escucha: habla, y busca identificación. Es de notarse el auge de los clubes, los hobbies, el tiempo libre como algo sagrado. Inmersos en una sociedad altamente competitiva, que nos exige de cada uno de nosotros el 110%, lo mejor y algo más, las horas de ocio son un derecho inalienable del ser productivo. ¿Y qué mejor forma de pasarlas sino satisfaciéndote, o mejor aún, en compañía de otras personas que están “en tu mismo canal”, “en tu onda”? Las visitas al café, al antro, al centro comercial, para conocer gente, son en su misma raíz, una expresión de la soledad que guarda en su interior el hombre moderno.

La cacería comienza. Pero es una cacería diferente a las demás. Ya no vivimos en la era de la brutalidad explícita, sino en la chocante época del esbirro científico llamado darwinismo social: los mejores sobreviven, los peores sólo tienen vagas expectativas de sobrevivir. Las creaciones de la publicidad se han programado en el ser individual de tal manera que empezamos a anunciarnos. Sí, nos ponemos distintivos, marcas, buscamos en todas partes la identidad que no podemos crear nosotros solos. Para eso están las revistas, los comerciales, la TV, la radio, las listas de éxitos, y en fin, todo aquello que las novedades nos ofrecen. Y es que estar a la moda es la mejor carta de presentación.

Es evidente que la gente compra lo más actual, es una tendencia natural. Se puede argumentar fácilmente que es una forma de sacudirse lo viejo, los lastres de formas caducas que impiden desenvolverse bien. En cierta forma es comprensible. El sentimiento de estar a la moda es muy reconfortante. Pero últimamente, se ha convertido en un anhelo mucho muy abstracto, centrado en una figura espectral: “lo nuevo”. El deseo de actualizarse corresponde a una forma irracional de comprar el ser, de adquirir una personalidad, y en última instancia, de poder cambiar de forma según la ocasión. Reino de camaleones, cuyos colores son los que dicta la máquina del comercio y los medios. Una melancólica vida les espera, en el eterno devenir del tiempo: cazar no sólo imagen, sino también juventud, esa rara, efímera y apreciada sustancia que se extingue con el paso de los años. Tratar de encontrarla con sucedáneos sintéticos. Aquí podemos encontrar una pequeña explicación de la cirugía plástica. ¿En realidad es necesario ser hermoso para tener la autoestima alta? Los que así lo afirman, por lo general, son pisoteados en su vida común y corriente, por no estar “bien”. Lo que lastima no es estar “mal”, sino los golpes que se sufren por estarlo.

***

La segunda parte en unos días, mientras, pónganse a oír buena música. Hoy estoy de humor de algo de My Morning Jacket: Dondante.

lunes, 20 de noviembre de 2006

El castillo (Realidad Pt. 2)


¿Imágenes oscuras de vampiros en besos de sangre? Los que las usan no conocen la sobriedad ni lo profundamente triste que puede ser una foto del desierto, justo como ésta.




Estás sentado en medio de una plaza. Es de día. Puedes ver a toda la gente pasar, a los niños jugando con las palomas, los boleros esperando clientes. Es extraño, pero el concreto parece húmedo y poroso. El charco de la esquina refleja la luz del sol. Mueves la cabeza para ver, y el agua brilla. Te quedas encandilado por un momento. Una mancha cubre tu visión unos momentos. Puedes hacerla bailar, hacer que salte a los autos sólo con voltear a otro lado. Poco a poco, se desvanece. Sirve también con una manchita en la ventana de un autobús.

Caminas por la calle. Los escaparates de las tiendas muestran sus mercancías. Pasas por una óptica. Los adornos son profusos. Juguetes, fotos, pedestales, luces, todo para disimular lo aburrido de las lentes y los armazones.

Estás platicando con un amigo. ¿Estás con él por que no tienes nada que hacer más que oírlo, porque necesitas algo, o sólo no quieres estar solo? No importa. De repente llega otra persona. Es alguien que les cae mal a los dos. Los saluda y ustedes le devuelven el saludo. Él o ella se van. Tu amigo ni siquiera repara en decir algo, sólo sigue la conversación como si nada hubiera pasado. Piensas en el extraño. ¿Sabrá que le caigo mal? ¿Qué tal si no? ¿Y si sí sabe? Tu amigo te despierta de tus ensoñaciones, y te unes a su indiferencia.

Un día cualquiera, te encuentras a una persona que hacía mucho tiempo no veías. Se saludan, se enteran de las noticias de cada quién (las que puedan decirse en cinco minutos), y luego cada quien sigue su camino. Se te ocurre pedirle su teléfono, para hablarle después. Te volteas, y él o ella ya han doblado la esquina. Te sonríes, pensando en que volverán a verse. ¿Será cierto?

La bruma de la memoria, que envuelve a la vida, cae lentamente sobre nosotros. Es densa y fría. Es como un gran valle. Cada uno vive en una ermita en lo alto de una montaña. Todo lo que conoces es sólo una gruta en la piedra, el pueblo vecino, y la inmensidad arriba de ti. Todo se ve tan pequeño desde arriba que no puedes creer que aquél valle sea tan enorme. Y es sólo una parte. El horizonte, la frontera final, divide el mundo interior del exterior. Nunca veremos todos los horizontes. Más allá está el desierto, la extensión infinita, a la que pertenecen todas las leyendas y todos los olvidos. No es que los que entran en él perezcan, o se desvanezcan en la arena. Es sólo que no podemos ver más allá de nuestro horizonte. El mundo exterior nos está vedado para siempre.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Me siento poético hoy

Este lo escribí hace como un año o dos:


Brumosas nubes de opio
suenan en el horizonte
gráciles y felices bailarinas
pequeñas, exóticas, máquinas afeitantes.
Un viento del norte,
son movidas con soltura
y los algodones flotantes
en un hotel rasuran,
corren por ignotos paisajes,
demuelen, cortan, sabatinas barbas
dicen: “hola querido sultán”
con un chirrido apabullante.
y éste les responde:
“maldita sea, estoy sangrando”,
“pequeñas cositas, brillantes, frágiles”.
y dan al basurero.
¡Que cosa más extraña
Sucedió en el verano,
el sultán sigue sonriendo!
la herida no ha sanado.

Y este hace media hora:

Cada día el viento recoge un poco de mí.
Me voy en la brisa, me fundo con el aire;
y en mi cuerpo queda un pequeño vacío.
Pero no importa: ya volverá.

Puedo ser fuerte, pero igual y de un golpe me desmoronaré.
¿Qué será de mí entonces?
Un montón de pedazos, amontonados, sin forma;
aunque, tal vez, da lo mismo.

Una mañana, ese bulto de piedras será arena,
y el viento me llevará al desierto.
Pero ya no seré yo;
me convertiré en una ola del mar de las dunas.

El sol acariciará mi cuerpo granular,
el aire nocturno, fresco, apaciguará el calor;
tal vez aún pueda ver las estrellas, y estará bien,
por que, fundido con el infinito, ya no estaré solo.

Hace falta mucha paciencia para sentarse a esperar,
que las cosas sucedan por que sí,
y no me gusta quedarme sin hacer nada, pero, ¿qué me queda?
Sólo espero que la lluvia no me convierta en un terrón de tierra.



En todo caso, gracias por su tolerancia.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Bitácora del 360


UNO!


Es increíble que un simple juego de cartas tenga tanta emoción. Uno siempre me ha gustado, y su encarnación electrónica no desmerece en nada. Sin embardo, el videochat sigue siendo una ventana a las malas posturas y costumbres de los implicados. ¿Qué es eso de andar mostrando los pies por la cámara? Los presentes no sabemos nada de pedomancia o callos y juanetes, así que no nos involucren, y sigan jugando. Aunque por mí está bien siempre y cuando me dejen entrar en sus partidas, eso hasta que me consiga xbox-amigos, o aprenda inglés.

El tablero, donde se hacen y se pierden amigos, y la cordura cuando te quedas con puros números verdes


GEARS OF WAR


Por fin este esperado juego ha visto la luz. Yo también la he visto al observar los parajes desolados y ruinosos del planeta Sera. Aunque tendré que esperar a que mi hermano se lo acabe tres veces para jugarlo y achaté la caja de aluminio al sentarme en ella (nota mental: fijarse antes de acostarme EN MI PROPIA CAMA), esos tres segundos de carnicería brutal al estar blandiendo la sierra eléctrica, y el hecho de que el juego se ajusta a la televisión normal, bien va len la pena.



No encontré foto del mole de sangre, pero esta imagen habla por sí misma. Esperemos cómo le va contra el PS3

jueves, 9 de noviembre de 2006

Divagaciones varias

Lo increíble de la inspiración es que llega súbitamente, y en realidad no es sino la suma de imágenes y recuerdos que ya están allí. Eso y la habilidad inconsciente de poner las cosas en orden lo suficiente. Estaba dándole vueltas a un asunto de la escuela, cuando pude acuñar esta frase: “Siento que estoy en la secundaria. Nada de lo que hago aquí tiene algún sentido excepto cuando te ríes”. Creo que en este momento en particular del tiempo, en estas semanas, no puedo encontrar otra definición al sentimiento de apatía que he sufrido últimamente. ¿Esto es entonces otra disculpa por no aparecerme por aquí? Sí, pero también es una idea que me andaba dando vueltas. Creo que se debe tener un poco de sentido común para recordar el por qué de lo que hacemos. Una vida enajenante que nos prive de tomarnos el tiempo de darnos un respiro es malísima para la mente y el espíritu. Cuando ves todo desde la perspectiva del presente, es inevitable que un día despiertes y no sepas dónde estás. El tiempo se desperdicia más pronto si se fragmenta en pedacitos.

martes, 31 de octubre de 2006

Música del futuro, y no es Kraftwerk (En el 2062, Pt. 3)




Se dice que los discos de acetato, por ser una reproducción más directa del sonodo, son mucho mejores que los CD's. Entonces ¿se habrá perdido algo del
feeling musical?



Con el advenimiento de los reproductores MP3 de 80 GB, me pregunto ¿de qué se llenarán en el futuro? Posiblemente, se podrá conseguir un hipercubo infinitamente pequeño, que pueda almacenar terabytes de información. Entonces la compresión será una trivialidad, con espacio virtual para dar y repartir; una compensación etérea por los apretujados espacios de las megaciudades del futuro. El ruido de la calle será un recuerdo, puesto que todo mundo podrá andar por allí con su propio soundtrack. Tal vez la música deje de ser algo de sonidos y letras, para convertirse en un componente simbiótico de la vida cotidiana. Incluso, con un pequeño chip en el cerebro, podríamos hacer esa idea posible. Imagina llegar a Las Vegas y que en un servidor escondido en alguna parte de The Strip, se acceda a la memoria del visitante para poder conocer su gusto musical, y así, poder hacer que tenga una agradable experiencia, por ejemplo, yendo en un autobús de turistas por la noche de neón, y éste vaya escuchando, por ejemplo, “Speed Of Life” de David Bowie. Como cada persona escucharía algo diferente, visitar la ciudad del pecado sería una verdadera experiencia única para cada persona.

También me pregunto cómo será la música. A mí me encanta escuchar buena música, pero parece que ésta se encuentra encapsulada en los cada vez más inútiles CD’s. En la radio, o en los reproductores, lo que suena es el plástico. Aunque no todo es basura. Alguna de esa música es hip-hop, pero eso se cocina aparte. Personalmente no me gustan los ritmos ni las letras que le ponen a ese engendro denominado reggeaton, pero no puedo obligar a la gente a que escuche otra cosa. Aparte de que nadie está leyendo esto, no sería justo.

En fin, como iba diciendo, tal vez el plástico del futuro sea ejecutado, o incluso escrito, por máquinas. Si hacer una canción efectiva es tan fácil, ¿por qué no mejor ponen a un sistema experto para que la componga? El resultado sería perfecto y útil, que es lo que se espera de una computadora. Posiblemente los nuevos ídolos del futuro sean grandes hologramas, como en esa novela de Gibson, “Idoru”. Y quien quisiera ir a cenar con ellos, y luego a… cocinar, podría comprar los archivos de su artista favorito. Si se puede hacer con música, ¿por qué no con hologramas serviciales? Sería muy higiénico.

Pero si, como en la página de The Coming Dark Age, el mundo entrará en decadencia, tal vez la música sea más tribal y directa. Las antiguas obras de los Grandes Maestros, a fuerza de ser copiadas una y otra vez, empezarían a desvanecerse lentamente en el tiempo. Las que sobrevivan, tal vez no sean las mejores, ni las más conocidas. Incluso, ni siquiera podrían ser las mismas: en el devenir de las eras, por ser adaptadas a instrumentos cada vez más extraños que no alcanzamos a distinguir todavía, queden transfiguradas en otra cosa totalmente diferente. La inmortalidad de los fantasmas se habrá perdido, pero quedará la enseñanza, y la nueva vida. Perdonen esta última línea, pero estoy oyendo “Mogwai Fear Satan”, de Mogwai, y es casi hipnótica. Y Speed Of Life también lo es pero está mucho más corta. Consíganse las dos.

martes, 24 de octubre de 2006

Bocadillos sombríos: Realidad

Veo en las noticias una historia acerca de los maestros de Oaxaca. Son unos belicosos agremiados de un sindicato que mantiene secuestrada a esa ciudad patrimonio de la humanidad. Ojeo de pasada otra historia acerca de los maestros de Oaxaca. Son rehenes de un sindicato corrupto que los mueve como peones en un inmenso ajedrez político. Oigo de pasada otra historia acerca de los maestros de Oaxaca. Son una expresión de una realidad soslayada por el gobierno, una presión interna insufrible que ha llegado al límite y empieza a soltar chorros de conflicto. La situación del país es un torrente embalsado por una represa gubernamental cada vez más débil. No estoy aquí para expresar mi sentir sobre la política de México (eso queda para otra ocasión) sino para documentar un fenómeno que se me hace por demás curioso: la incertidumbre de la verdad.

La verdad absoluta no puede alcanzarse. Uno sólo puede aproximarse a ella lo más que pueda. En la realidad, la única forma de conocer la realidad es siendo parte de ella, y a veces ni siquiera así. Las costumbres, por ejemplo. Nadie sabe cuándo iniciaron ni cómo fue que se llegó a ellas. En el mejor de los casos los investigadores dedican largos años de estudio para tratar de indagar sobre su origen. Ellos están concientes de que sus teorías serán válidas hasta que se demuestre lo contrario. Eso es cuando de verdad no se conoce la verdad. Nosotros vemos algo, por ejemplo, un par de borrachos pelean en la calle. ¿Por qué lo hacen? “Por que están borrachos”. No le damos importancia y nos vamos de allí. De repente, un grupo de curiosos rodea a los tipos, y uno de ellos, con una devoción absoluta por la paz y el lucimiento personal (¿quién sabe? Puede ser que sólo sea un tercero en discordia. Eso nunca lo sabremos) trata de hacerlos entrar en razón, de separarlos. La curiosidad lo embarga y les pregunta el porqué de su discordia, a lo que ellos responden con una confusa retahíla de razones, de hechos inconexos y de recuerdos equivocados. Tal vez esto se arregle solo. Pero, ¿quién sabe la verdad? En realidad, nadie. Como digo, eso es cuando en serio no se conoce la verdad. Nos confundimos fácilmente. Una palabra amable, una oración medianamente coherente y gramaticalmente correcta, y ya estamos en el bolsillo de alguien. En otras ocasiones, la realidad es tan evidente, que podemos dibujarla con facilidad con unas pocas pistas de ella. Es entonces cuando entra en acción la mentira. Ya dije arriba que es fácil confundirse. Pero, ¿y qué tal si este mecanismo está en automático siempre, o si la verdad permanece oculta mucho tiempo? En ese caso, se logra nublar permanentemente.

En 1984, George Orwell describe uno de los métodos con los que se puede ocultar la verdad: simplemente suprimiéndola. Si la verdad interior, la que existe en la memoria, no puede sustentarse con nada, ¿existe acaso? Si la historia es lo que está plasmado en los libros ¿rescribiéndolos es posible cambiarla? La verdad, esa propiedad intangible del ser, es tan escurridiza como el aire. El imperio Romano podría desaparecer tan sólo destruyéndolo hoy. Igual Gandhi, o Hitler. Igualmente, si no se puede verificar la verdad de lo que se cree, ¿cómo estar seguro de que es correcto? Tal vez preguntarse sobre lo correcto o lo incorrecto sea erróneo, puesto que la verdad le pertenece a cada quien y uno es libre de creer lo que quiera. ¿Eso entonces no nos convierte en una masa de seres que por ser únicos, en realidad están desorientados y solos? ¿Solo así es posible vivir con la absoluta certeza? La serpiente se muerde la cola cada vez que trato de pensar en esto, e inevitablemente, una pregunta lleva a otra. Tal vez esa sea la verdadera forma de encontrar la realidad.

lunes, 23 de octubre de 2006

Memorias de un gamer: Oh, que bonito...¿Qué más hay?

Ayer, después de 3 meses de un fatigoso periplo, o mas bien 146 : 46 : 01 horas, o 955 saves después, mi personaje en The Elder Scrolls IV: Oblivion, conquistó a todos los gremios (guilds) del juego, sacando todos los logros posibles, y por lo tanto, lo declaro terminado. Sí, me faltaron algunas misiones secundarias, pero no importa, ya acabé. Ahora, me siento algo desorientado. Me siento feliz por que por fin pude acabar este monstruo, pero algo triste por que ya no tengo juegos que jugar. Sí, Dead Rising es muy chistoso, pero jamás podré acabarlo, así que no haré el esfuerzo, por ahora. Y de los demás mejor ni hablo. Así, que, ¿qué se hace después de un viaje tan memorable? ¿Ver las fotos? No tomé ninguna. Creo que será mejor planear el próximo. Por lo pronto, aquí queda el video de inicio. Disfrútenlo. Por cierto, la voz del emperador es de Patrick Stewart, mejor conocido por los nerds como el Capitan Jean-Luc Picard de Star Trek, o por el vulgo como el profesor Xavier de las películas de X-Men.



sábado, 21 de octubre de 2006

Estática - Mis más sinceras disculpas

Es una historia típica: no haces lo que debieras hacer por que se te olvida. Pero en el fondo hay algo más. No tienes ganas de hacerlas. Son tediosas y repetitivas. Absurdas. ¿Quién las toma en serio? ¿En realidad a alguien le importa que haga mis deberes? De todas formas todavía queda tiempo. Pero no. Hay algo más. No logro concentrarme, es todo. Pero es una forma extraña de distracción. Es como si todo tu cuerpo y tu mente estuvieran en stand – by. Una niebla espesa dificulta que pongas atención. Es como el ruido en una radio: no tiene forma ni sentido, pero hay algo en él que es absolutamente hipnótico. Escuchar atentamente al ruido que hay en la mente es síntoma de locura, o por lo menos de depresión. ¿Pero qué estoy pensando? Todo este discurso sólo por que no se hacen los deberes. En todo caso, es como el rumor que hace una caída de agua en medio del bosque. Es una buena explicación, aunque, ¿qué tal si sólo no sé por dónde empezar? No estoy loco ni nada por el estilo, y todas esas tonterías de ruidos y aguas son cuentos de new agers. Así que sólo debo empezar, y ¿por dónde, mi listo amigo? El camino a la grandeza es estrecho, y esta oculto entre matorrales espinosos, que pocos se atreven a cruzar. No es problema, dices, pues tengo un machete, así que venga. Pero sigues en tu sala, sentado, mientras el tiempo se te escurre. ¿Qué es entonces, si tienes todo lo que necesitas? Ya lo sé, lo veo en tus ojos. Es miedo a fracasar. Que infantil. Pues, ¿cómo puedes fallar en algo que ni siquiera has empezado? No seas tonto y ponte a escribir.

Aquí está mi disculpa por no escribir diario, pero oigan, no soy una máquina.

martes, 17 de octubre de 2006

Memorias de un gamer: Nostalgia, con razón

Morrowind was Artwork - Didnt pay for fraps, so its in 30 second clips.

He estado jugando a The Elder Scrolls 4: Oblivion, por cerca de tres meses, y todavía no he sacado todos los logros (Faltan 4, y esa tarea de contabilidad no hace sino agravar las cosas). Es enorme, vivo, y totalmente hermoso. Sin embargo, hay veces que extraño la entrega anterior, Morrowind. Lo jugué en Xbox, y aunque es inferior al de PC, me quedé rendido ante él por la atmósfera tan especial que tiene, el sentirte parte de un pequeño mundo de fantasía, y a veces, realmente en otro mundo (Esta serie sucede en otro planeta, Nirn, según el librito), y los pequeños detalles. Pero sobre todo, por el estilo tan intoxicante y fastuoso, lleno de imaginación, que tiene cada rincón de la isla de Vvanderfell. Cuando mi hermano y yo vendimos el Xbox, ésta fue la razón principal por la que no quería hacerlo. Todavía conservo el mapa que venía, digno de enmarcarse. Oblivion es muy lindo, y se juega mucho mejor, es más sencillo y amable, pero a veces se siente un dejavú que te incomoda. Todavía me gusta recorrer lo desconocido, como lo hacía en Morrowind, y todavía es muy divertido, pero sigo extrañando los hongos gigantes y las ruinas extrañas. Encontré este video en Google, y expresa lo que acabo de decir de mejor forma. Espero que los que tengan una buena computadora se lo consigan. Como no lo pude pegar aquí, quedan dos videos de YouTube: El trailer oficial, del lejano 2002, y un video que muestra cómo puede llegar a verse realmente con un programa que elimina esa niebla molesta. Informes aquí.


El tráier oficial:



Y Morrowind sin niebla:

lunes, 16 de octubre de 2006

¡Lunes de insomnio!: Doble dosis de bocadillos sombríos

DOS USOS DEL APLAUSO


Ejercicio de imaginación: ¿Qué uso será el que le estén dando al aplauso?






No hay nada más emocionante que un aplauso, una buena palabra. Imagina a un auditorio hasta el tope, y esta banda de novatos entra al escenario, y entonces suenan las primeras notas de una canción. Dos horas después, el recital acaba en una atronadora aclamación del público. El aplauso aquí es una forma de decir: “Que bien estuvieron”.

En la escuela, sin embargo, es muy diferente. Hoy hubo un auditorio hasta el tope, pero en condiciones diferentes. La sabia administración nos invita a entrar a una conferencia sobre el tema “ponga aquí el nombre”. Por lo general, cada conferencia cuenta, y los profesores pasan lista a veces, así que allá vamos todos a retacar un salón. Y sí, se llena, y luce muy bien para fotos corporativas. El ponente expone, y todos hacemos como si escucháramos, o por lo menos en la mitad más cercana al estrado. Se oye un rumor, una cacofonía que cubre todo el lugar, hasta la salida del digno expositor. Al final van las preguntas, sólo que los aplausos llegan antes. El aplauso aquí es una forma de decir: “Ya queremos salir de aquí. ¿Nos permite?”. Es lo más que puede esperar de un público coaccionado – acarreado – sonámbulo. Creo que no hay más usos, así que este es el fin por el día de hoy. Este es el momento de aplaudir.


PONER LAS COSAS EN PERSPECTIVA: ESO NO ME VA A PASAR


Gracias, Edward Teller, de verdad hiciste del mundo un lugar mejor







Últimamente he estado muy moral, pensativo, meditabundo y reflexivo. No puedo evitarlo cuando no se tiene nada más que hacer en las tardes que esperar a que se descarguen archivos y leer de videojuegos hasta el punto de lo abominable. Sin embargo, a veces me doy el tiempo de leer algo interesante. Entre mis decenas de ebooks, escogí uno por casualidad, un libro de cuentos de ciencia ficción llamado “Blue Champagne”. Hubo un nombre que me capturó: Era “La guía telefónica de Manhattan (Abreviada)”, en la que se describe la verdadera historia de la bomba. Vidas sencillas, cientos de miles, arrancadas de tajo de una forma espantosa, que revuelve las entrañas, por un bombardeo nuclear. Y tiene unas frases espeluznantes:

En secreto, sabemos que nosotros sobreviviremos. Todas esas otras personas morirán. De eso hablan las historias de después de la bomba.”

“Todas esas historias de después de la bomba son mentiras. Mentiras, mentiras, mentiras.”

Sí, la esperanza es lo último que muere, y nadie quiere morir, pero así será. No importa que se trate de la bomba nuclear o de un fin más prosaico, aunque creamos que no nos pasará, así será. La ley de Murphy dice: “Si algo puede salir mal, pasará”, así que no hay que confiarse. Mientras tanto, sonríe, sonríe mientras puedas, hermano en la bomba.

viernes, 13 de octubre de 2006

Poner las cosas en perspectiva: Siempre puede ser peor

Ejemplo de que no todos los finales son malos: El Tercer Reich, que iba a durar mil años, pero que sólo duró hasta 1945, con el fín de la S.G.M. Aquí los soviéticos proclamando la victoria. Por cierto, ellos también se acabaron en 1991






Este post está dedicado para las personas que tienen o creen tener problemas graves. Optimistas, acérquense y lloren.

¿Crees que todo está perdido? Pues lo está. Desde el momento en el que lo crees, lo estás. Pero no te preocupes, aún y cuando te recuperes, siempre hay algo en que temer, y si no, allí te van ideas:

* En cualquier momento, EU puede entrar a Irán. Esto significaría que veríamos una verdadera jihad, y no solamente bombazos o aviones cayendo. Y con eso de que los iraníes son muy devotos y pueden hacer armas nucleares, no está de más tomarlo con calma, Bush.

* Este es para mexicanos. Felipe Calderón toma posesión el 1° de diciembre de 2006. Sin embargo, AMLO hará lo propio el 20 de noviembre. Les deseo salud y mis mejores deseos a los habitantes del DF, y de todo el país. Este será un laaargo sexenio.

* Según los new agers y los seguidores de Jaime Maussan, esta era terminará en diciembre de 2012, pues por esas fechas termina el calendario maya, el más preciso del mundo. Se espera un máximo solar, una alineación con la galaxia, y no sé que demonios más, la verdad, ya me cansé de ver el programa de Impact Laser. Pero lo que es seguro es que algo va a pasar, ya sea que se acabe el mundo, se vea algo bonito en el cielo o los ecologistas linchen al Maussan por hacerlos vender todas sus pertenencias mundanas.

Lo anterior fueron papitas con chile a comparación de lo que sigue:

* La gripe aviar, en su mortal variedad H5N1, podría pasar de caso marginal de noticieros a pandemia mundial, literalmente, mañana. Esto debido a que el virus sólo tiene que mutar lo suficiente para poder pasar de humano a humano, en lugar de animal a humano. Y lo peor es que es una variedad muy mortífera. Aproximadamente la mitad de los que la adquieren no lo cuentan (para ver la gráfica, pícale aquí). Así que sólo es cuestión de tiempo para que andemos como Bruce Willis en 12 Monos.

* La seguridad sobre el uso de Internet y el uso del software en general están cada vez más afiladas. De acuerdo con estos dos ensayos (The Digital Imprimatur – sólo en inglés y El Derecho a Leer – ese sí en español) estamos en camino de que nuestro querido Internet se vuelva cada vez más cerrado y restrictivo, pudiendo controlarse no sólo el uso de los programas, sino lo que estos hacen. Es decir, no se trataría ya de mp3’s bajados, sino de lo que escribes y expresas. De hecho, podrían cobrarte si no te apegas al copyright de la información que obtienes, y controlar lo que haces o dejas de hacer en tu PC. Adiós piratería, adiós libertad.

* Aquí iba lo del calentamiento global, pero como ese es tema de dominio público, no lo pongo. Ya deberías saber de él. Si no, eres parte del problema.

Ahora sí, el big enchilada de todos:

* En The Coming Dark Age, se hace una extensa revisión a lo que los autores piensan el ocaso de nuestra civilización. Según esto, la civilización occidental está en decadencia, y en el proximo siglo dará su estertor final. Seguirá una era oscura en muy parecida a la Edad Media, pero más brutal, ya que todas las instituciones y conocimientos de la humanidad colapsarán, se olvidarán, desaparecerán o se mitificarán. La buena noticia (para que no digas que soy un cuervo maligno) es que irremediablemente esta era de caos y desorden será seguida por un nuevo Renacimiento, en el que el mundo emergerá nuevo y listo para colonizar el espacio. Eso será, de acuerdo con el estudio, en 1000 años.

Espero que con esto te des cuenta de que no importa lo mal que estén las cosas, siempre podría ser peor. Sí, reprobaste un examen, y tal vez no acabes tu carrera, en el peor de los casos. Pero, ¿qué se compara eso a que el Big Brother de Internet te vigile todo el tiempo, o a andar buscando gasolina como en Mad Max?

lunes, 9 de octubre de 2006

La televisión del futuro (En el 2062 Pt. 2)




Pero, dime, ¿quién te ha hecho esto?





Cuando veo en la televisión un anuncio de desodorante que es mejor que el programa que le sigue (A las pruebas me remito: “La ciudad de los dobles” vs. “La verdad oculta”), sé que algo en este mundo está mal, o por lo menos está cambiando. Creo que las personas están siendo adoctrinadas desde algún castillo en New York, oculto en los túneles del metro o en lo alto de un rascacielos, o si no, desde un bunker secreto en alguna montaña o geo-front, para que las personas entiendan menos de razones y de ideas; ya saben, cosas como “parlamentos”, “líneas”, “opiniones”. Eso para que todo el potencial intelectual que cada persona posee sea nublado por imágenes confusas, borrosas y sin contenido. Así, el poder de la imagen, la sensación y la emoción suplantarán el que durante siglos tuvo la contemplación y la mente. ¿Y qué mejor lugar en estos días masificados y encerrados para empezar que la televisión, que ha demostrado ser eficaz tantas otras veces en la ofi-evangelización y el enmascaramiento?

Ahora bien, pronto veremos que algunos tipos de programación desaparecerán, otros avanzarán, y para llenar los huecos intermedios, se crearán nuevos. Los reallity shows, en su forma “real”, como Bailando Por Un Sueño y Laura en América, así como los programas de chismes, que según mi teoría (que luego presentaré), son sus progenitores directos, seguirán al aire. Para el 2062, sin embargo, serán omnipresentes. El morbo de la realidad siempre vende. Otros tipos, como las telenovelas, necesarias en aquellos tiempos para generar artistas, tendrán que modificarse en alguna de estas variantes:

Cocanovela.- Son las típicas novelas y series de siempre, sólo que con comerciales dentro de la trama, por ejemplo una mujer que conoce al amor de su vida en una fábrica de Bimbo, o una historia de amistad entre dos agentes de ventas de Fábricas de Francia; también más burdos, como en The Truman Show, cuando la esposa de Truman le ofrece calmar la discusión con chocolate. También están “cafeinazas”, es decir, con sobrecarga de emoción.

Aglutinador.- ¿No te ha pasado que en un programa no te alcances a fijar de lo que se trata, pero te ríes o te emocionas con una escena en particular? ¡He aquí la solución! Un montón de chistes, peladeces e imágenes sensuales y sugerentes, sin ningún orden en específico, ni ligación en particular (en los casos más graves), diseñados específicamente para que te diviertas sin más, como una botana de papas fritas con chile, que no disfrutas mas que cuando te las estás comiendo, sabiendo que si no te hartas, siempre habrá más en la tienda.

En el 2062 seguirán existiendo programas normales para criaturas que no se adapten al sistema, pero dichas creaciones preciosistas e íntimas tendrán un precio estratosférico que pocos podrán costear, de modo que no quedará más que ver lo que nos ofrecen. Podríamos protestar, pero nos dirían sin duda:

- ¿Qué más querían? Esto es gratis.

Y entonces pondrán el programa de los colores.

domingo, 8 de octubre de 2006

Ayer ganó el eje... al fin



Wittenbergman's Quality Seal ;)
Una MP-44 real. En CoD 2 es gris y pesa una tonelada. (Tomada de www.cod.alliancze.org)


Por primera vez, gané en un enfrentamiento virtual de cualquier especie. Fue un gran enfrentamiento en un bunker alemán, una de las arenas para deathmatch de Call Of Duty 2. Ahora puedo perder tranquilo. Porque no importa qué tan grande sea la próxima tunda, no importa qué tantos snipers haya regados por el mapa, sé en mi mente y mi corazón que por una vez probé las mieles del triunfo, por una vez gané, y por lo tanto, puedo hacerlo en cualquier momento. Y ayudado de una ametralladora MP-44, cualquier cosa puede pasar. Solo me siento algo culpable porque siempre escojo ser nazi, pero es divertido ser el antagonista.

También aprovecho la oportunidad para decir que soy un aficionado casi morboso de los videojuegos. A lo mejor tiene que ver con el hecho de que cuando era niño jamás probé uno, y por eso hasta ahora he empezado a jugar, pero no importa. Lo digo por que a veces van a tener que soportar mis devaneos sobre el tema, pero me excuso diciendo que hay freaks que rayan en la locura por su afición. Pronto pondré pruebas. Mientras tanto, y por que es fin de semana para acomodar ideas (y para hacer tareas), y sobre todo, por que tengo algo de pereza hoy, aquí queda una vista de un juego que, aunque lo conocí hace muy poco, ya lo extraño demasiado: The Elder Scrolls III: Morrowind.






Una callejuela de Balmora. A la derecha, el Figther's Guild local. A la izquierda, una librería, y en el fondo el templo. Ahh, los recuerdos.




(Tomada de www.abiro.com/lab/morrowind.php. Tiene una galería de más de 400 fotos)

jueves, 5 de octubre de 2006

Rebel without a cause




Eso va a doler mañana...




Hoy, en la escuela, alcancé a oír las notas de una canción especial. Se trataba de “Puto”, de Molotov. Cada vez que la escucho me inunda la nostalgia, se me llenan los ojos de lágrimas al recordar las kermeses de la primaria en las que un discomóvil barato programaba la susodicha canción entre otras tantas composiciones vacías y sin alma, y la expresión de todo mundo: expectante, riéndose antes de tiempo, listos para el momento supremo en que aquella palabra venida de un pasado antiguo e inmemorial, oída y recordada por su cáustica connotación. Aquella palabra que como llave mágica, nos abriría las puertas del maravilloso e ignoto reino de la pubertad – adolescencia. Eran aquellos prados inexplorados, que todos imaginábamos peligrosos y sugestivos, un lugar en donde se podía brincotear en el slam por la eternidad. Para algunos, sus sueños se volvieron realidad, y hoy, están renuentes a salir de ellos. Para otros (como yo), aquella tierra de emociones sin límite se volvió inalcanzable. Muchos están en un punto intermedio. Desde aquí, a varios años de distancia, aquellas palabras pronunciadas a media voz entonces, y a todo pulmón ahora, me parecen simples y vacías. Acaso de tanto oírlas han perdido su sustancia. Pero no puedo dejar de ver con respeto y admiración a todos aquellos que, victoriosos, cruzaron las puertas y ahora, se encaminan a nuevas latitudes. Este post va dedicado con cariño a todos aquellas personas que hemos conocido a lo largo de nuestra vida, y que, irremediablemente, hemos perdido de vista, muchas veces para siempre. A todos ellos un saludo.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Adios, Samara, Adiós (En el 2062 Pt. 1)



El tiempo no se detiene. Como una fuerte corriente de agua, arrastra todo lo que encuentra, y cambia la faz de la tierra. Así, el mundo de hoy no es como era cuando nacimos, y será mucho más diferente en el futuro.

Igualmente, cosas que hoy tienen sentido, pronto no lo tendrán. Cuando el petróleo se acabe y la gasolina deje de fluir, ¿acaso tener un auto será útil? ¿O qué tal si, en el futuro, se vuelve inmoral tener a un animal en cautiverio, en contra de su voluntad? Tal vez entonces los perros inicien su desdomesticación, y al volver a su estado salvaje, se inicie su exterminio, ¿o acaso no considerarías una amenaza a un monstruoso Doberman y su jauría?

Hoy, tener un disco es algo ambiguo. Es un medio útil para oír música, pero nada supera a un sexy IPod con gazillones de canciones. ¿Entonces tener una tienda de discos será un esfuerzo fútil? Una cosa es segura: la niña del Aro no podrá matarme jamás, puesto que su video maldito se empolvará, estropeará y finalmente, irá a dar a la basura junto con los otros despojos de la guerra de los gadgets: laserdiscs, betas…, mientras el DVD se apila y tiembla mientras sus retoños empiezan a crecer. Y como los aparatos no tienen la fuerza de Cronos, pues solo les quedará echarse sal ellos mismos y esperar a ser comidos.

martes, 3 de octubre de 2006

De zombies y dias feriados

Hoy es 3 de octubre de 2006. Tuve un examen de dos horas, y ayer descubrí en Internet que morí hace más de seis meses. Según ese formulario de la página de la muerte (no recuerdo ahora mismo cuál era), morí el 13 de marzo de 2006, electrocutado cuando un radio encendido cayó en mi bañera. Creo que lo más extraño no es que esté vivo ahora, sino que no tengo bañera. Quizá las cualidades adivinatorias del HTML no están aún muy desarrolladas, aunque tal vez fue un simple error de cálculo: otra página mucho más austera dijo que moriría a los 75 años, así que tengo mucho tiempo para averiguar si es cierto. Tal vez en el 2062 tengan mejores instrumentos para predecir el futuro... o para decirles a los muertos que ya lo están. Aunque yo no confiaría en los médiums; la carrera del niño del Sexto Sentido no ha despuntado como se hubiera creído cuando lo oímos decir aquella frase de "I see dead people...", así que lo que tenga que decirme me tiene sin cuidado.

Por lo pronto, espero que no se me olvide escribir en este blog como en los otros que he tenido, y declaro al 13 de marzo como día festivo, como una especie de no-cumpleaños de verdad. Ahora, a hacer la tarea.