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miércoles, 20 de diciembre de 2006

Falto de inspiración








¡Muajaja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...! Suficiente








Es difícil encontrar inspiración. La idea se siente en la mente, una cosa molesta, una picazón que no puede rascarse, confusión exasperante. Allí estoy, buscando palabras en el aire, levantando la vista, rastreando las huellas difusas de aquel protagonista, una anécdota salida de un momento de iluminación. Yo no se pescar, y casi siempre regreso a casa con las manos vacías. Pero el hambre es insaciable. Frente a mí, la máquina de escribir me muestra sus dientes brillantes, enseñándolos en muestra de burla.

Sí, búrlate si quieres, pero ¿quién sino yo te alimento cada vez que puedo? Ella, sin embargo, no entiende razones. Es una amante voraz, siempre tiene apetito. En la tarde cuando hace más calor, la oigo. Son ruidos de su estómago mecánico. Siento su mirada pesada en mi nuca. Es extraño, por que no tiene ojos. La ignoro, y me voy. Alguien tiene que traer el pan a esta casa.
Una noche, pensé en alimentarla con un simple diario. Toqué las teclas, pero no respondían. Sólo salían incoherencias, vaguedades y naderías. La golpeé en mi frustración por no encontrar las palabras. ¡Es tan difícil! Si pudiera, me sacaría con mis propias manos la mente y te la daría, hoja vacía. O tiraría mi alma por la ventana con tal de no volver a sentir esta inquietud. Mis manos son de carne, y no pueden responder a la velocidad de mis pensamientos. En el océano interior de la conciencia se esconde ese sutil sentimiento, hermano del sueño y de la locura, llamado idea. ¡Entiéndeme por favor, es imposible encontrarla! Yo, yo ya no puedo más.

- Te entiendo.

Sólo alcancé a oír esas palabras, antes de que mi abominable compañera, esa máquina de escribir, que tan bienintencionadamente me regaló un amigo, atrapara mis dedos. El dolor era insoportable. Mi sangre se derramó por todo el escritorio. El suave papel en el que escribiría la poesía de las eras, ahora servía de gasa. Lo último que ví fue mi dedo meñique entre la "L" y la "Ñ", siendo tragado por aquella convenenciera. Estaba satisfecha, por ahora.

2 comentarios:

Momus dijo...

Si eso hace una máquina de escribir con tus manos imagina lo que hace la televisión...

Excelente.

Cichriz dijo...

oh cielos

la falta de inspiracion es lo unico que...

olvidalo lagunas mentales me impiden terminar el comentario