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lunes, 9 de octubre de 2006

La televisión del futuro (En el 2062 Pt. 2)




Pero, dime, ¿quién te ha hecho esto?





Cuando veo en la televisión un anuncio de desodorante que es mejor que el programa que le sigue (A las pruebas me remito: “La ciudad de los dobles” vs. “La verdad oculta”), sé que algo en este mundo está mal, o por lo menos está cambiando. Creo que las personas están siendo adoctrinadas desde algún castillo en New York, oculto en los túneles del metro o en lo alto de un rascacielos, o si no, desde un bunker secreto en alguna montaña o geo-front, para que las personas entiendan menos de razones y de ideas; ya saben, cosas como “parlamentos”, “líneas”, “opiniones”. Eso para que todo el potencial intelectual que cada persona posee sea nublado por imágenes confusas, borrosas y sin contenido. Así, el poder de la imagen, la sensación y la emoción suplantarán el que durante siglos tuvo la contemplación y la mente. ¿Y qué mejor lugar en estos días masificados y encerrados para empezar que la televisión, que ha demostrado ser eficaz tantas otras veces en la ofi-evangelización y el enmascaramiento?

Ahora bien, pronto veremos que algunos tipos de programación desaparecerán, otros avanzarán, y para llenar los huecos intermedios, se crearán nuevos. Los reallity shows, en su forma “real”, como Bailando Por Un Sueño y Laura en América, así como los programas de chismes, que según mi teoría (que luego presentaré), son sus progenitores directos, seguirán al aire. Para el 2062, sin embargo, serán omnipresentes. El morbo de la realidad siempre vende. Otros tipos, como las telenovelas, necesarias en aquellos tiempos para generar artistas, tendrán que modificarse en alguna de estas variantes:

Cocanovela.- Son las típicas novelas y series de siempre, sólo que con comerciales dentro de la trama, por ejemplo una mujer que conoce al amor de su vida en una fábrica de Bimbo, o una historia de amistad entre dos agentes de ventas de Fábricas de Francia; también más burdos, como en The Truman Show, cuando la esposa de Truman le ofrece calmar la discusión con chocolate. También están “cafeinazas”, es decir, con sobrecarga de emoción.

Aglutinador.- ¿No te ha pasado que en un programa no te alcances a fijar de lo que se trata, pero te ríes o te emocionas con una escena en particular? ¡He aquí la solución! Un montón de chistes, peladeces e imágenes sensuales y sugerentes, sin ningún orden en específico, ni ligación en particular (en los casos más graves), diseñados específicamente para que te diviertas sin más, como una botana de papas fritas con chile, que no disfrutas mas que cuando te las estás comiendo, sabiendo que si no te hartas, siempre habrá más en la tienda.

En el 2062 seguirán existiendo programas normales para criaturas que no se adapten al sistema, pero dichas creaciones preciosistas e íntimas tendrán un precio estratosférico que pocos podrán costear, de modo que no quedará más que ver lo que nos ofrecen. Podríamos protestar, pero nos dirían sin duda:

- ¿Qué más querían? Esto es gratis.

Y entonces pondrán el programa de los colores.

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